Francisco Rivera y Lourdes Montes no pueden estar más felices tras dar la bienvenida a su tercer hijo en común, Nicolás, que nos presentan esta semana en las páginas de ¡HOLA! El pequeño ha llegado "en nuestro mejor momento", como nos dice el propio Francisco, que ha formado junto a la diseñadora la familia que soñaron.
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Convertirse en padre, por cuarta vez, a los 51 años, ha sido toda una bendición, aunque, nos confiesa, que "todavía me estoy acostumbrando": "Me cuesta asimilar el ‘momento bebé’, que te necesiten constantemente, porque yo ya tenía a mis niños bastante autónomos".
El pequeño Nicolás ha sido "un regalo de Dios" porque, tras casi cinco años buscándolo, "ya habíamos tirado la toalla". Y es que Francisco nos habla de un pequeño problema de salud que sufre "desde que me dio una cornada un toro y me abrió un testículo".
Pese a que al médico le recomendaba operarse para aumentar las probabilidades, "lo fui dejando y ya lo habíamos dado por imposible".
Así que Nicolás ha sido toda una sorpresa para ambos. "¡Ahora soy papuchi!", nos dice con gracia.
"Yo me hubiera plantado ya con Fran", añade. "Cayetana ya es una mujer y mis otros dos hijos, con nueve y seis años, están en un momento que los disfruto muchísimo, pero, a la vez, ya son muy autónomos y nosotros, Lourdes y yo, ya podíamos hacer planes solos. Ahora me toca volver a la casilla de salida, pero también he de decir que ha llegado en nuestro mejor momento. Eso también lo tengo claro".
En estos quince años junto a Lourdes, no todo ha sido un camino de rosas, nos explica, pero lo que tiene claro es que su mujer es "lo mejor que me ha pasado en la vida".
"Fui padre muy joven"
La primera vez que Francisco descubrió la paternidad -con Cayetana, fruto de su matrimonio con Eugenia Martínez de Irujo-, fue hace veinticinco años. "Fui padre muy joven". Otra vida, recuerda. “Toreaba cien corridas al año, me iba a América…”. Ahora, todo es diferente y la experiencia, como se suele decir, es un grado: "no soy el mismo padre que antes", detalla.
Ilusionado, se refiere al nuevo miembro de la familia como "don mofletitos. Es un tío muy serio, pero, cuando sonríe, se ilumina el mundo".
Lo que está claro es que Francisco es un padre orgulloso, que se 'derrite' con sus niños, con los que le gusta mantener una 'tradición'. Como nos cuenta, su momento preferido es tumbarse con el bebé en el sofá, poniéndolo sobre su pecho hasta que se queda dormido. "Eso es insuperable. Lo sigo intentando hacer con los mayores incluso. Es un momento mágico".
Lejos de lo que se pueda imaginar, Lourdes y Francisco también nos descubren que los pequeños Curro y Carmen han recibido a su hermanito con los brazos abiertos. "Lo adoran. Carmen es una madrecita. Le da el biberón, le duerme, de todo. Está como loca con su juguete. Y Fran, que es muy gracioso, está haciendo planes para cuando crezca. Se acerca todo el rato, le acaricia y nos pide permiso para darle un beso".