Patricia Eguidazu conoce de primera mano lo que es el éxito. Con 'El Método Triziazu', creado por ella misma en 2021, ha logrado la eficiencia en los armarios de sus clientas, enseñándolas cómo funciona la moda para que así puedan utilizarla a su favor. Más de veinte años dedicada profesionalmente al complicado mundo de la moda la avalan.
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Hija de Santiago Eguidazu, fundador y presidente de la banca de inversión Alantra Partners, Patricia estudió ADE en Cunef, pero decidió no seguir la estela paterna para evitar comparaciones. Admira a su padre, del que ha heredado su capacidad de sacrificio y esfuerzo, así como su punto de vista crítico, pero ha preferido crear su propio camino. Estudió un Máster en gestión y dirección de empresas en Londres en el Instituto Marangoni y ha sido profesora universitaria durante más de diez años. Siempre crítica con la industria de la moda, acaba de publicar El día que dejé de comprar ropa de Ediciones Destino, un libro en el que nos conciencia del problema que sufrimos con el excesivo consumo de prendas de vestir.
Eres una mujer con una gran experiencia profesional en el mundo de la moda desde distintos prismas. ¿Crees que esto te ha capacitado para escribir un libro tan crítico con la industria?
Este libro es una parcela de mi actividad actual, que es el 'Método Triziazu' y el magazine que envío semanalmente a mis suscriptoras. Creo que sí que ha tenido que ver la educación que recibí de niña, porque estudié en el sistema francés que está muy enfocado a la comunicación personal y al pensamiento crítico. Cuando terminé la carrera de ADE me fui a Londres a estudiar. Recuerdo que me pasaba horas en los grandes almacenes analizando prendas y marcas que en España no existían. Después siempre me he dedicado a la comunicación vinculada con la moda y tengo diez años de experiencia docente.
"Estoy muy orgullosa de mis padres, ambos son emprendedores y creo que emprender es algo que llevo en la sangre"
Tu padre es Santiago Eguidazu, un hombre relevante en el sector financiero español. ¿Nunca te planteaste seguir su estela?
No. Estudié ADE, pero cuando me di cuenta de que siempre iba a ser 'la hija de' salí corriendo (ríe). Estoy muy orgullosa de mis padres, ambos son emprendedores y creo que emprender es algo que llevo en la sangre.
El libro se lo dedicas a tu marido…
Él siempre ha creído en mí.
Después del éxito del Método Triziazu llega tu libro ‘El día que dejé de comprar ropa’. ¿Por qué en este momento?
Había autopublicado dos novelas ya. 'El Método Triziazu' ha sido el primer negocio que me ha funcionado de todos los que he emprendido. Mi sueño toda mi vida era ser autora publicada por una gran editorial. Por eso cuando me llamó Destino no dudé ni un segundo.
En tu libro describes el modo en que un curso sobre sostenibilidad en la moda que realizas supone un antes y un después en tu visión sobre el sector
Bueno, ese curso fue el colofón. Pero todo comenzó cuando una primavera de hace seis años hice un orden de ropa y saqué seis bolsas de basura de prendas que no utilizaba de mi armario. Dos veces al año sucedía esto, no era nada diferente. Lo que ocurrió es que coincide que mi prima me habla de una plataforma de venta de segunda mano donde ella vendía la ropa que ya no utilizaba e hicimos una apuesta a ver quién lograba vender más. Ahí me di cuenta de lo difícil que es vender y del valor que pierde la prenda. En el curso de sostenibilidad que mencionas entendí el origen de las prendas, en ocasiones hay trabajo infantil detrás en países en vías de desarrollo y la terrible omisión de responsabilidades que existe por parte de las grandes empresas de moda.
También tratas en el libro el preocupante problema de las tallas
Yo nunca he tenido un cuerpo normativo, he tenido toda mi vida que luchar contra el peso y eso ha motivado que desarrollara una especial sensibilidad desde muy pequeña. El hecho de pasarlo muy mal por no parecerme a los estereotipos hizo que me preguntara qué es lo que estaba mal hecho en la moda en este aspecto. Me encontré con que, para una marca, es más barato producir de la talla 38 a la 42, que de la 36 a la 44 por los patrones. Buscan continuamente su beneficio y rentabilidad sin darse cuenta de los problemas que pueden generar.
Es muy preocupante el daño y la frustración que provocan las tallas, al igual que la segmentación por marcas. ¿Qué solución propones?
Ambas cosas son preocupantes. Que una persona, especialmente una niña con un cuerpo no normativo, tenga que ir a adquirir ropa a una tienda solo para ellas puede hacer mucho daño. Propongo una estrategia de medidas: a las clientas aprender a medirse y exigir a la marca que publique sus medidas más allá de las tallas. Además, cuando te acostumbras a manejar tus medidas te das cuenta de la oscilación que hay, en una tienda puedes tener la 38 y en otra la 42, no quiere decir que hayas engordado, sino que manejan diferentes medidas.
"Se compra por impulso y por ansiedad, pero cuando ya hemos efectuado la compra al poseer viene el declive"
¿Qué es la sostenibilidad emocional, la que también tratas en tu libro?
Es algo parecido a la curva de la glucosa porque genera su mismo efecto. Se compra por impulso y por ansiedad, pero cuando ya hemos efectuado la compra al poseer viene el declive: ¿Cuánto me he gastado? ¿Realmente lo voy a utilizar? ¿Me cabe en el armario? Y caemos mucho más debajo de lo que estábamos, por lo que necesitas comprar para volver a tener esa sensación. Deberíamos ser conscientes de esto, el libro nos enseña a serlo. Y una vez somos conscientes,' El Método Triziazu' y el magazine semanal pueden ayudarte.
¿Cómo debe ser el armario ideal para no caer en ese consumo innecesario?
Es importante que sea totalmente personalizado. Primero se debe aprender sobre la proporción, después asumir tus medidas sin importar tallas o kilos, y por supuesto conocer qué prendas y patrones favorecen a tu tipo de cuerpo. Adquirir herramientas sobre el color y la composición de los tejidos; y por último analizar cómo es tu vida para saber qué prendas vas a necesitar evitando las que no. Todo esto se convierten en barreras que una prenda no va pasando, la que llegue es la que realmente vas a utilizar.
¿Qué te gustaría que pasara cuando una persona leyera este libro?
Que entendiera que la ropa es algo práctico, como la alimentación, y que en ella no hay entretenimiento ni diversión. Que ir de compras no es una actividad de ocio, como tampoco debería serlo sentarte a mirar apps de compras. Todo ello puede tener consecuencias graves para la autoestima. Hay que pensar bien aquello que metemos en nuestro armario.
Eres una mujer que siempre consigue aquello que se propone, ¿qué retos tienes a futuro?
Sobre mi cabeza están un pódcast y ¿por qué no otro libro?