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Una nueva imagen y una década de vida. Así ha celebrado la princesa Charlotte su décimo cumpleaños, en una instantánea entrañable tomada nada menos que por su madre, la princesa de Gales. En un gesto ya tradicional en la familia, Kate Middleton ha sido la encargada de capturar con su propio móvil este momento tan especial, como parte del íntimo homenaje que hacen cada año a sus hijos.
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La imagen, difundida por los príncipes de Gales en sus redes sociales oficiales con el mensaje “¡Feliz 10 cumpleaños Princesa Charlotte!", muestra a la pequeña royal durante una excursión familiar en Cumbria, al noroeste de Inglaterra. Charlotte aparece con una gran sonrisa, vestida con un conjunto de camuflaje, mochila a la espalda y rodeada de naturaleza, ¡como una auténtica guerrera! Una estampa sencilla y alegre que ha conmovido a los admiradores de la Casa Real británica, muchos de los cuales han destacado el gran parecido con su padre, el príncipe Guillermo: “¡Es su vivo retrato!”, se podía leer entre los cientos de comentarios.
Los Reyes Carlos III y Camila también han querido unirse públicamente a esta celebración con una felicitación afectuosa dirigida a su adorada princesita, dejando constancia del lazo familiar en un momento especialmente emotivo para la institución.
Charlotte Elizabeth Diana, tercera en la línea de sucesión al trono, se ha convertido con tan solo diez años en una de las figuras más queridas del entorno Windsor. En el último año, su agenda ha estado repleta de momentos memorables: desde su elegante aparición navideña en Sandringham, donde incluso posó con naturalidad junto a seguidores, hasta su inolvidable encuentro con Taylor Swift en el concierto de la artista en Wembley. La propia estrella estadounidense quedó encantada con la pequeña, y así lo reflejó su pareja, Travis Kelce, quien no dudó en describirla como “una auténtica estrella”. Su hermano Jason fue aún más efusivo: “Estaba tan increíblemente adorable que no puedo…”, dijo en su pódcast, mientras que Travis añadía: “Fue la estrella del momento”.
Y no fue la única vez que Charlotte acaparó todas las miradas. Poco después, durante la final masculina de Wimbledon, la Princesa de Gales la llevó consigo a presenciar la victoria de Carlos Alcaraz. Al término del encuentro, la joven royal tuvo la oportunidad de felicitar al tenista en una imagen que dio la vuelta al mundo. Alcaraz, que no pudo ocultar su alegría por el gesto, se inclinó con amabilidad para saludarla con atención. “Un apretón de manos para el campeón de parte de Su Alteza Real la princesa Charlotte”, destacaba la cuenta oficial de Wimbledon.
En el ámbito familiar, Charlotte sigue siendo la hermana mayor atenta que todos admiran. Durante el Trooping the Colour del pasado junio, no dudó en corregir con delicadeza a su hermano Louis para que adoptara la postura correcta durante el himno nacional. También se la vio pidiéndole que dejara de bailar al ritmo de la música militar, demostrando una vez más ese carácter resuelto que la princesa Kate ya definió como “la que manda”.
Su pasión por la naturaleza y el deporte continúa creciendo. Es conocida su afición por el ballet y la gimnasia, pero también ha heredado de su madre el gusto por las actividades al aire libre. En una conversación reciente con el explorador Dwayne Fields, la princesa de Gales expresó lo mucho que le aporta el contacto con la naturaleza: “Es una reconexión muy intensa y emocional. Me ayuda a encontrar paz en medio de un mundo ajetreado”, confesó. Un vínculo que parece haber transmitido a su hija con la misma sensibilidad.
Charlotte cursa actualmente sus estudios en el colegio Lambrook, cerca de Windsor, donde se trasladó junto a su familia en 2022. Allí, entre clases, ensayos de danza y aventuras campestres, sigue creciendo con discreción, pero también con una personalidad arrolladora que ha conquistado tanto a la prensa como al público. Y, a juzgar por su imagen de este cumpleaños, parece que la pequeña princesa está más que preparada para afrontar la próxima década con la misma energía, ternura y determinación que la ha hecho brillar desde su primer día.