© Matthieu Salvaing/Cortesía Rizzoli New York Cocina Cordelia de Castellane HOLA 4040

Cocina con corazón

Cordelia de Castellane: la diseñadora y aristócrata nos da las claves para ser la anfitriona perfecta

La nieta de la aristócrata española Silvia Rodríguez de Rivas, condesa de Castilleja de Guzmán, nos abre las puertas de su casa de campo a las afueras de París

Cordelia de Castellane es, probable­mente, una de las aristócratas más multifacéticas de Francia: diseñadora, empresaria, directora artística de Dior Home y Baby Dior, influencer, esposa —casada con el banquero Igor de Limur— y madre de cuatro hijos. Además, está considerada como la mejor anfitriona de su país. “Ella es para el arte de recibir francés lo que Inès de la Fressange es para la moda francesa”, dicen al otro lado de los Pirineos. Cordelia nació para reinar entre las anfitrionas. Es hija del noble Henri Jeane de Castellane y de la heredera griega e interiorista de la jet set Atalanta Politis.

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Los Castellane son una de las familias más antiguas de Francia, con más de mil años de historia. Diez siglos de educación y refinamiento han convertido a esta saga en la quintaesencia de la elegancia y Cordelia es el mejor ejemplo. Ahora, ha plasmado en un libro todo lo que ha aprendido sobre buenas maneras, decoración y gastronomía. Life in a French Country House (Rizzoli New York, 2021) es la guía definitiva para vivir à la française. Los capítulos, organizados según las temporadas del año —primavera, verano, otoño e invierno—, descubren sus consejos e inspiraciones para todas las ocasiones: desde un almuerzo estival al aire libre hasta una cena formal de Navidad.

“Con su pedigrí ancestral, que se remonta a algunas de las familias aristocráticas más venerables de Europa, y criada en el centro de la élite de la moda parisina, no es de extrañar que el buen gusto sea el segundo nombre de Cordelia”, escribe la supermodelo rusa Natalia Vodia­nova en la introducción del libro. “La conozco desde hace más de diez años y su elegancia no solo se expresa en su gusto perfecto, sino también en la forma en que hace que todos se sientan bien, con su sonrisa generosa, su amabilidad y su interés genuino en los demás”, añade la top model.

Cordelia ha elegido un escenario único para Life in a French Country House: su casa de campo, a una hora de París. En el marco de esa propiedad, que se remonta al siglo XV, comparte con el lector los secretos que han convertido su hogar en uno de los más bonitos de Francia: vajilla, arreglos florales, interiorismo y recetas y menús custodiados celosamente por su familia durante décadas. La brioche rusa de la tía Sophie, la tarta crème caramel de Sanaz, el rösti de patata con salmón… Tampoco podía faltar el salmorejo “a la Castellane”, porque nuestra anfitriona es muy francesa, pero también muy española.

©Matthieu Salvaing/Cortesía Rizzoli New York

Se crio entre Francia y Suiza y con España siempre muy cerca: “Mi padre creció en Madrid. Y mi abuela era española”, explica en conversación con ¡HOLA! Su abuela era Silvia Rodríguez de Rivas y Díaz de Erazo, condesa de Castilleja de Guzmán, una de las mujeres más elegantes de su época y una de las más admiradas por los hombres. Estuvo casada cuatro veces, con cuatro de los nobles más ilustres de Francia: Henri de Castellane, Boson de Talley­rand-Périgord, Erich von Posch-Pastor y Kilian Hennessy. “¡Ella era una mujer muy valiente! No le tenía miedo a nada y tuvo muchas vidas. Era muy femenina y, hasta el final de su vida, lució perfecta. Era una verdadera musa en nuestra familia”, reconoce Cordelia, que desvela a ¡HOLA! algunos de sus consejos y recetas para triunfar en sociedad.

—Cordelia, en tu libro mencionas tus raíces españolas. ¿Qué nos puedes contar sobre tus antepasados?

—Como te decía, mi abuela era sevillana. Hablaba en español con mi padre. Los españoles bailan y cantan tan bien… Aunque no hablo lo suficientemente bien vuestra lengua, me parece que tenéis una cultura hermosa.

 

—¿Has heredado algo del carácter español?

—Claro que sí. Tengo sangre latina.

—Cuando recibe visitas, ¿tienes algún plato español favorito?

—¡Gazpacho y tortilla! Nunca pueden faltar.

—Tu tío abuelo el famoso interiorista y jardinero Emilio Terry también era español…

—Sí, era mitad cubano, mitad español. Nunca lo conocí porque murió mucho antes de que yo naciera, pero su trabajo es una gran inspiración para mí. Me encanta la forma en que mezclaba estilos clásicos y totalmente excéntricos. Se atrevió con todo.

—Eres una de las anfitrionas más famosas de Francia. ¿Cómo ha cambiado la pandemia tus fiestas?

—Nunca me he considerado una gran anfitriona, pero me gusta tener cerca a mis amigos y familiares. La pandemia no ha cambiado nada, solo he cocinado más durante los meses de confinamiento.

©Oleg Covian/Cortesía Rizzoli New York

—¿Alguna vez has tenido un invitado “difícil”? ¿Qué haces en esos casos?

—No, nunca. A mi casa solo vienen mis amigos. Y mis amigos no son difíciles ¡Mi naturaleza no me permite lidiar con personas difíciles! Pero sonreírles es la mejor manera de responder.

—¿Hay algo que no puedas soportar en la mesa?

—No soporto ver una botella de agua (risas).

—¿Cuál es el mejor regalo para llevar cuando uno es invitado a una casa?

—En mi caso, flores de tu propio jardín, si tienes un jardín…

—¿Y el peor?

—Chocolates, porque me los comería todos y engordaría (risas).

“El gazpacho y la tortilla nunca pueden faltar cuando recibo visitas”

—Tus padres tenían amigos muy famosos. ¿Cuál recuerdas como el más inolvidable o excé­ntrico? 

—Tenían muchos amigos increíbles, pero los más excéntricos están en mi familia. Ellos me inspiran.

—Tu madre era amiga de Cristina Onassis. ¿Cómo la recuerdas? 

—Como una persona muy bella.

—¿Ha desaparecido el glamour de los viejos tiempos o todavía existe?

—Bueno, no vivimos de la misma manera que antes. La mujer trabaja y la vida es más frenética. Pero la belleza todavía existe y espero que el glamour no desaparezca nunca.

El gazpacho ‘a la Castellane’

©Oleg Covian/Cortesía Rizzoli New York

Ingredientes:

● 5 tomates grandes ● 4 rebanadas de pan blanco ● 2 pepinos pelados ● 2 pimientos, sin semillas y picados ● 1 cebolla picada ● 1 clavo de ajo pelado ● tabasco ● 3 cucharadas de vinagre ● zumo de limón ● 2 cucharadas de aceite de oliva ● sal ● pimienta negra.

Elaboración

  1. Poner agua a hervir en una olla y preparar un baño de hielo. Sumergir los tomates en el agua hirviendo durante un minuto, luego retirarlos e, inmediatamente después, colocarlos en el baño de hielo. Pelar y deshacer la piel y las semillas. Retirar la costra del pan, guardar dos rebanadas y desmenuzar las otras dos en pan rallado. Cortar el pepino a lo largo, quitar las semillas y cortarlo en dados. Colocar los tomates, la mitad del pepino, la mitad de los pimientos, las cebollas, el ajo y el pan rallado en un procesador de alimentos o licuadora. Licuar hasta obtener un puré muy suave; luego, echarlo a un tazón grande.
  2. Agregar el tabasco, el vinagre, el jugo de limón, dos cucharadas de aceite de oliva, sal y pimienta, y revolver. Agregar una docena de cubitos de hielo al tazón y enfriar durante dos horas.
  3. Una vez que esté frío, cortar las dos rebanadas de pan restantes en cubos y sofreírlos en una sartén con el aceite restante. En platos pequeños separados, servir los picatostes, el pepino restante y los pimientos junto al gazpacho bien frío.

La tarta ‘crème caramel’ de Sanaz

Ingredientes:

● 15 terrones de azúcar ● 3 tazas de leche ● 5 claras de huevo ● 10 yemas de huevo ● 1 taza de azúcar ● 1 vaina de vainilla, sin semillas.

Elaboración

  1. Derretir los terrones de azúcar en una cacerola o en un molde a fuego lento hasta que queden de un color marrón rojizo. Retirar del fuego y agitar la sartén o moldear de lado a lado para que quede caramelizado por todas partes, incluidos los bordes. Dejar enfriar. Poner a hervir la leche en otra cacerola. Batir las claras de huevo hasta que formen picos rígidos.
  2. En un bol grande, mezclar las yemas de huevo con el azúcar y la vainilla. Echar en la leche caliente y batir vigorosamente para obtener una mezcla homogénea. Agregar las claras de huevo batidas y mezclar con cuidado. Verter toda la mezcla en el molde caramelizado y cocinar al baño María durante cuarenta minutos. Dejar enfriar antes de desmoldar.

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