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La naturaleza es caprichosa en Lanzarote. Y bella, increíblemente bella. Moldeada por los volcanes, el viento y el mar, la isla ha sabido congregar el desarrollo y la protección medioambiental en sus 845 kilómetros cuadrados. Entre viñedos excepcionales, rutas de senderismo, playas de otro mundo y el indiscutible legado de César Manrique, la más septentrional y la más oriental de las Islas Canarias parece estar envuelta en un aura especial. En ¡HOLA! hemos aprovechado nuestro espacio en directo para charlar con el artista y diseñador local Ángel Cabrera y con Rocío Durán, delegada comercial de Newblue, la marca de vacaciones especializada en Lanzarote, que nos descubren una isla de belleza insólita, atractiva, salvaje, pura… Y que bien merece una visita porque inspira, porque resetea, y porque sus suaves temperaturas –entre 16º y 23º– son perfectas para esta época del año.
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No es casualidad que, cuando se acaban de cumplir 30 años de la muerte del pintor, escultor y artista español César Manrique, Lanzarote presuma de ser uno de los destinos favoritos de los amantes del turismo equilibrado. Con su propuesta estética, Manrique no solo nos enseñó a apreciar la belleza frágil y singular de la isla, sino que también nos alertó de la importancia de su cuidado. Fue un ecologista convencido, pionero en sentar las bases del modelo turístico que caracteriza a Lanzarote. Esta mirada y sensibilidad es algo que, con su reivindicación de lo artesano y lo local, comparte Ángel Cabrera quien, además de artista y diseñador, también ha sido guía de la isla.
Una nueva forma de viajar
Existen varias maneras de visitar Lanzarote, pero si tuviésemos que elegir un solo camino para visitarla, Cabrera nos recomienda hacerlo con Newblue, la marca de vacaciones especializada en Lanzarote. ¿Los motivos? Ofrecen una nueva forma de viajar, más adaptable y personalizada a cada cliente gracias a sus Holiday Planners y, además, cuentan con la posibilidad de compensar las emisiones de sus vuelos a través de la reforestación y conservación de bosques en diferentes lugares del mundo. Newblue es siempre garantía de confianza, ya que si tienes cualquier problema durante el viaje puedes solucionarlo chateando en tiempo real con alguno de sus agentes a través de su app. Y aún más, gracias a sus acuerdos con compañías aéreas y hoteles podrás disfrutar de tus vacaciones al mejor precio del mercado.
Una vez que tenemos claro cómo viajar a la isla de los volcanes, es el momento de conocer alguna de las infinitas posibilidades que ofrece al viajero. En primer lugar, tenemos que saber que Lanzarote es la isla de los 30 minutos, es decir, que ese es el tiempo que te llevará realizar cualquier trayecto desde el centro de la isla y, si la recorres de punta a punta, no será más de una hora de coche. Es por lo tanto un destino cómodo, manejable, perfecto para explorar por tu cuenta. Ideal para una escapada corta, pero también para perderse y descansar una semana, dos o incluso más.
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Además del reclamo playero y de ese magnetismo del que gozan los paisajes volcánicos, Lanzarote es una aventura para los niños, un peregrinaje cultural por los hitos de Manrique –quien, usando la naturaleza como lienzo, reinventó la isla para que conservase su arquitectura y volúmenes tradicionales– y otros creadores (como la casa del escritor José Saramago), así como un lugar elegido durante todo el año –bendito clima–, por caminantes, ciclistas y buceadores.
Costumbres arraigadas
Sus más de 200 kilómetros de costa se complementan a la perfección con un interior aún por descubrir. Ángel Cabrera nos recomienda recorrer sus pequeños pueblitos de casas blancas que trepan por las colinas y que hablan de las costumbres e idiosincrasia de sus gentes, hospitalarios con los forasteros y orgullosos de su patrimonio. La Villa de Teguise, considerada uno de los pueblos más bonitos de España, Yaiza o Haría, en el Valle de las Mil Palmeras, nos invitan a disfrutar de una estupenda gastronomía con sabor a mar y a campo.
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La esencia de Lanzarote se descubre en la red de Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo, una serie de espacios concebidos por César Manrique en enclaves emblemáticos. En ellos, arte y naturaleza se dan cita para revelar aquello que hace a Lanzarote ser Lanzarote. Destaca su restaurante El Diablo, en el Parque Nacional de Timanfaya, rodeado por un sobrecogedor paisaje de cráteres y campos de lava; las galerías volcánicas de la Cueva de los Verdes y Los Jameos del Agua, donde el techo de un antiguo túnel excavado por la lava cedió para revelar un espacio que Manrique transformó en un viaje al centro de la tierra; y el Mirador del Río, una atalaya desde la que se contemplan espectaculares vistas del Archipiélago Chinijo.
Por último, Ángel Cabrera nos recuerda que la isla es un destino deportivo por excelencia, ideal para aquellos que buscan disfrutar del ejercicio en las mejores condiciones climáticas y en contacto con esta naturaleza salvaje e indómita que hace de Lanzarote un destino siempre mágico.
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