Hay tantos viajes posibles como posibles viajeros y viajar solo es una de las opciones más habituales entre los jóvenes que nacieron con el cambio de siglo, una tendencia que ha llegado para quedarse. Según un informe de Statista, una de cada cuatro personas da un paso adelante y se plantean el desafío de aventuras en solitario. Son varias las circunstancias que les llevan a ello, nos las cuenta Laura Pérez Martín, country manager de WeRoad España, una comunidad de viajeros nacida para conectar personas, culturas e historias de todo el mundo y volver a casa con nuevos amigos: “Más de un 60% de este colectivo no tienen una pareja estable y eso hace que sea complicado encontrar con quien irte de vacaciones. Tus amigos tienen novio o novia y tú no, tus amigas se han casado o tienen hijos y tú no. Por eso los planes son diferentes a la hora de viajar. También hay un target de padres divorciados que son jóvenes, les corresponde una semana sí y otra no a los niños y se preguntan qué hacer, porque hasta ahora su vida estaba orientada a la familia”.

Destinos para 2024 según tu franja de edad

Cierto es que los millenials tienen necesidades distintas a las de otros grupos de edad, son viajeros desde una edad muy temprana, han nacido con las low cost, conocen ya muchos lugares, buscan vivir aventuras más intensas, abrirse más a las personas que se cruzan en el camino y lo que quieren es conectar con gente con su mismo perfil. Para Laura Pérez, WeRoad es un vínculo de conexión: “Si quieres ir a un destino como Tailandia o Colombia, a lo mejor si vas solo dices que no, pero si lo haces con un grupo de gente como tú, que tiene las mismas inquietudes, entonces sí que te apetece”. 

Estos son los destinos que van a pegar fuerte en 2024

En ocasiones a WeRoad le han puesto el calificativo del "Tinder de los viajes", pero Laura Pérez, directiva de la startup y también escritora, autora de La chica de las redes sociales, defiende más la idea de hacer amistades: “Hay gente que llega a una ciudad nueva y necesita conocer a otras personas y también los amigos van evolucionando, no todos tenemos los mismos intereses. El otro día una directiva de una empresa muy importante que también es millenial me decía que a su pareja no le gustaba viajar. Así que tenía dos alternativas, o se buscaba otra para hacer un viaje al año o se apuntaba con su mejor amiga a este tipo de viajes en solitario, pero en grupo, más cañeros”.

Los millenials son una generación que buscan huir de la cotidaniedad de la vida diaria. Son flexibles, quieren probar experiencias únicas, locales, auténticas, y encuentran respuesta en este tipo de agencias ‘diferentes’ a las tradicionales. Sus viajes se hacen en grupos de entre 8 y 15 personas y divididos en dos franjas de edad, de 25 a 35 años y de 35 a 49, porque ambos tienen prioridades y economías distintas, incluso a la hora de hacer actividades muy tempranas o tardías.

A veces son amigos o grupos de empresa que tienen un evento en determinado destino y luego quieren vivir sus propias experiencias en el país. O son nómadas digitales que van, por ejemplo, a Vietnam, y dan después un salto a Camboya para seguir teletrabajando y pasar el fin de semana o su tiempo libre visitando el lugar.

EXPERIENCIAS AUTÉNTICAS

Otra de las diferencias entre agencias tradicionales y comunidades de viajeros son las experiencias que ofrecen, y más marcan a los viajeros: “Vamos a mercadillos en Japón, hacemos trekkings de madrugada para ver amanecer en Islandia o en Indonesia, visitamos playas con bioluminiscencia en Costa Rica o paseamos en las barcas locales por paraísos naturales de muchos destinos asiáticos”, dice Laura Pérez. En ello tienen un papel importante los coordinadores, que nos son los típicos guías al uso, sino personas apasionadas que comparten el entusiasmo de los viajeros por descubrir el mundo.

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Esta manera diferente de viajar de los millenials, solos, pero no en soledad, está enfocada no solo a vivir una verdadera aventura, también a hacer amigos y tener vivencias que cambian sus vidas y crear recuerdos inolvidables. Sea una experiencia inmersiva corta, de entre 3 y 6 días, o larga, de más de 7, se comparte con gente de la misma edad y los mismos intereses y eso hace que uno se sienta dentro de una gran comunidad de viajeros, recuperando el “concepto de tribu que –dice la experta–, se está perdiendo poco a poco en las grandes ciudades”.

EL VIAJE EMPIEZA ANTES DE PARTIR

Otra cosa que diferencia esta forma de viajar es que desde el momento que se reserva el viaje se empieza a soñar con él. Los viajeros están conectados con el grupo 15 días antes de partir, durante –obviamente– y después, pues las agencias organizan eventos y encuentros en los que se tiene oportunidad de reencontrarse con los amigos en convocatorias como fiestas o actividades deportivas: pádel, fitness…

CUÁLES SON LOS DESTINOS PREFERIDOS DE LOS MILLENIALS

Los jóvenes que han llegado a la vida adulta con el cambio de siglo eligen destino dependiendo de la estacionalidad y de las compañías aéreas. Son los propios viajeros los que compran los vuelos, las agencias solo venden la parte terrestre. Como los viajes son intensos, muchos deciden luego quedarse en el lugar algunos días más. La tendencia ahora es ir a ver las auroras boreales en Islandia o la Laponia sueca, pero también viajes express o 360º a lugares como Cuba, Vietnam, Japón, México, Indonesia, Marruecos o Sri Lanka. Más intensos son los trekking a Nepal, Perú o Patagonia. En Europa los sitios preferidos son la Costa Amalfitana y Bélgica. Y para los que buscan la unión entre aventura y mar, itinerarios por Madagascar, Cabo Verde y, en verano, las islas griegas.

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CÓMO RESERVAN LOS VIAJES

Hay dos tipos de perfiles entre los millenials, nos cuenta Laura Pérez, los que van a precio y reservan viajes de larga estancia con tiempo, que pueden conseguir ir a Marruecos por 500 € (más vuelos a 40 €) y vivir experiencias como dormir en el desierto con los bereberes o hacer rutas en todoterreno. Los del último minuto, que son gente con menos posibilidades de organizarse por el tipo de trabajo que tienen o por su forma de ser. Y luego están los que viajan fuera de temporada, como los nómadas digitales.