La ciudad de Ottawa ya ha recibido a los duques de Cambridge, que comienzan en la capital canadiense su primer viaje oficial al extranjero. Decenas de miles de personas se acercaron a dar la bienvenida a la pareja real en su primera jornada de su visita que ha sido etiquetada por el Gobierno canadiense bajo el título de "Avanzando juntos hacia el futuro".
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Guillermo y Catherine llegaron procedentes de Londres en un avión de la Fuerza Aérea canadiense y fueron recibidos en el aeropuerto internacional de Ottawa por altos funcionarios del país. Después fueron al Monumento Nacional de la Guerra a depositar una ofrenda floral a la Tumba del Soldado Desconocido, donde charlaron con los veteranos de guerra canadienses situados alrededor del monumento y con los ciudadanos que se acercaron hasta allí para poder verlos de cerca.
Más tarde, la pareja se dirigió a la residencia del gobernador general del país, David Johnston, que ejerce la función de Jefe de Estado en representación de la reina Isabel II, y en los jardines de esta residencia, el príncipe Guillermo pronunció un discurso que comenzó con palabras en francés, uno de los dos idiomas oficiales del país y, siguiendo la tradición de su abuela cuando visita el país, dividió a partes iguales su discurso entre esta lengua y el inglés. "Muchas gracias por su cálida bienvenida", dijo Guillermo de Inglaterra, que incluso se permitió bromear sobre la calidad de su francés al afirmar que "mejorará de ahora en adelante".
Un día, tres vestidos
Una vez más, la duquesa de Cambridge se convirtió en el centro de todas las miradas y quiso hacer un guiño a Canadá a través de su estilo. Al despegar del aeropuerto londinense de Heathrow lució una chaqueta azul marino de la firma canadiense Smythe y cuando llegó a Ottawa optó por un precioso vestido de encaje de Erdem Moralioglu, diseñador que nació en Montreal. Samantha Cameron, Michelle Obama o Gwyneth Paltrow son algunas de las personalidades que acostumbran a lucir las creaciones de Erdem Moralioglu. Más tarde, Guillermo y Catherine se reunieron con los jóvenes voluntarios que organizaron la barbacoa benéfica que se celebró en la residencia del Gobernador y la duquesa de Cambridge se decantó por un vestido más informal de color negro de la firma Issa.
La anécdota de la jornada se produjo cuando los duques de Cambridge entraron a la sala donde se encontraban los voluntarios. De pronto, todos los presentes se callaron y el príncipe rompió el hielo diciendo de manera distendida: “Hablad, seguid hablando entre vosotros”. Después de este momento, Guillermo y Catherine se fueron reuniendo cada vez con más jóvenes y uno de ellos preguntó a la duquesa de Cambridge cómo había sido el viaje Londres-Ottawa y Catherine respondió con una amplia sonrisa que “muy bien. Hemos tenido un vuelo muy agradable”.
Ottawa ha sido la primera de las siete ciudades canadienses que tienen previsto visitar antes de seguir hacia California, Estados Unidos, entre el 8 y 10 de julio, que pondrá fin a su viaje. Unos 1.400 periodistas y fotógrafos de todo el mundo cubrirán la visita oficial, 500 más que los acreditados para la visita que hizo la reina Isabel II el año pasado a Canadá.
Entre los eventos más destacados figura la celebración mañana del Día de Canadá, cuando los duques se unirán a miles de personas en los festejos del día nacional del país.
En Estados Unidos, los duques de Cambridge asistirán a una recepción que ofrecerá la Academia de Cine Británica Bafta -de la que el príncipe Guillermo es presidente honorario- y que tendrá lugar en el treatro Belasco de Los Ángeles el próximo 9 de julio. Este evento tiene como objetivo vincular lo mejor del talento británico con el de Hollywood.
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