El fin de una era triste

Por hola.com

La Iglesia Anglicana nació porque Enrique VIII quería poner fin a su matrimonio con Catalina de Aragón y casarse de nuevo, en segundas nupcias. En la actualidad, tres de los cuatro hijos de la Reina se han divorciado.
Por ello, incluso si el Príncipe de Gales no se volviera a casar, envejecerá feliz sólo con saber que la próximas generaciones de su familia no deberán enfrentarse al sufrimiento que arruinó la vida de su tía, la princesa Margarita y la de otros muchos de sus antepasados.

La renuncia de la princesa Margarita
La Iglesia aprobó la Ley de Convocación de 1957: "Esta Cámara afirma que casarse en segundas nupcias, tras el divorcio, durante la vida de la antigua pareja siempre implica una desviación del verdadero principio del matrimonio tal y como lo declaró nuestro Señor", pero ya en 1955 la Princesa Margarita tuvo que renunciar a casarse con el capitán Peter Townsend, un divorciado no viudo.

La princesa Real contrajo su segundo matrimonio en Escocia
Cuatro décadas después, 1992, su sobrina, la Princesa Real Ana se casó con Timothy Laurence, su segundo marido, en una iglesia en el estado de Balmoral. Con la aprobación de la Reina, aprovechó que, en Escocia, se regían por otras leyes. La opción escocesa podría seguir abierta para el Príncipe de Gales, pero habría habido fuertes presiones para que renunciara al puesto de Gobernador Supremo así como nuevos llamamientos para que la Iglesia y el Estado quedaran separadas.
Situados en este punto nuevo de la historia, sólo queda esperar próximos acontecimientos, aunque, con la nueva resolución eclesiástica, no cabe la menor duda de que la Iglesia anglicana pondrá fin a una era donde se ha sufrido demasiado