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Desde que comenzase el confinamiento, buena parte la agenda de don Felipe y doña Letizia se concentra entre las paredes de sus despachos y la mayoría de los contactos se realizan de forma telemática a través de una pantalla. El resultado es una puesta en escena monótona, pero no así sus reuniones, con las que se configuran un dibujo lo más preciso posible de la situación que vive el país. Desde que comenzase el estado de alarma, los Reyes han hablado con representantes sectoriales, de colectivos vulnerables, mandatarios extranjeros y, especialmente, hospitales. Todas las semanas su agenda incluye llamadas a hospitales de las diferentes Comunidades Autónomas para comprobar la situación del personal, los pacientes y transmitirles su agradecimiento por la labor que realizan para luchar contra la pandemia. Este sábado ha sido el turno de pasar revista a Baleares, Asturias y Cataluña.
En su llamada a las región insular, Felipe VI y su esposa no se han centrado en la capital, sino que han contactado con Romá Juliá, gerente del Área de Salud de Menorca, que comprende el Hospital General Mateu Orfila, tres centros de Salud, tres puntos de atención continuada a las urgencias y cinco unidades básicas de Salud para una población de 100.000 habitantes. Juliá les ha transmitido noticias esperanzadoras como que a las 136 camas habituales han podido añadir hasta 75 más en planta y 16 nuevas en UCI y que los sanitarios que han sido contagiados en estas semanas - algo menos de una veintena- han sido ya dados de alta.
Los Reyes contactan con los hospitales que más tiempo llevan combatiendo el COVID-19
También se han interesado por la situación de un hospital aún joven, teniendo en cuenta que se inauguró en 2014. Se trata del Hospital Universitario Central de Asturias, que está siendo el centro de referencia en Asturias para el tratamiento del COVID-19. Luis Hevia, su director gerente, ha puesto a los Reyes al día de la situación, que en el Principado está más o menos controlada con algo menos de un centenar de pacientes ingresados por el virus y poco más de 30 en cuidados intensivos. El hospital cuenta con más de 1.000 camas y casi 130 de UCI, por lo que no ha habido problemas de ocupación ni de suministro. Del total de 7.000 trabajadores, unos 100 han sufrido contagio.
En Cataluña, donde la incidencia del COVID-19, ha sido algo mayor que en las regiones ya mencionadas, don Felipe y doña Letizia han hablado con Manuel Jovells, director general, de la Fundación Althaia de Manresa (Barcelona), que abarca el Hospital Sant Joan de Déu (Hospital de agudos), la Clínica Sant Josep (Atención mutual y privada), el Centro Hospitalario (Sociosanitario), el Centro de Salud Mental, el centro de discapacitados físicos del Bages (atención a la dependencia), el área básica de salud Les Bases y Barri Antic. En total atiende a una población de 265.000 habitantes con 2.200 trabajadores, de los que casi medio centenar están confinados.
El Rey reconoce la contribución de la seguridad privada a la lucha contra el virus
Esta semana, además, el Rey también ha atendido compromisos fuera de Zarzuela. Con las medidas de protección necesarias, ha visitado en El Pardo (Madrid) las instalaciones de las unidades de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía adscritas al Servicio de Seguridad de la Casa de Su Majestad el Rey. Allí, los responsables de las diferentes unidades han informado al Rey sobre algunos de los cometidos desempeñados por su personal en los dispositivos desplegados desde que comenzara el estado de alarma. Era un día después de la participación de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, en la lectura de El Quijote con motivo del Día del Libro. Las dos hermanas aprovecharon su reaparición para enviar después un mensaje dirigido a los más jóvenes en el que agradecieron el trabajo de todos aquellos que están "ayudando y cuidando a los demás de tantas maneras".
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