Pisando fuerte y con una imagen casi veraniega, la princesa Mary entregó en el campus de Amager de la Universidad de Copenhague la beca que lleva su nombre. La futura Reina de Dinamarca usó, por tercer año consecutivo, una parte de los fondos que recaudaron como regalos de boda en mayo de 2004, para fomentar el intercambio de alumnos entre universidades. La princesa, australiana de nacimiento, vivió con tremenda ilusión la experiencia que quizá soñó para ella un día, al hacer posible que Pheobe Downing, estudiante de Historia de Arte en la Universidad de Copenhague; y Sam Christensen, alumna de derecho de la Universidad de Tasmania, "intercambiaran", por un año, sus vidas. Mary Donalson contó para este nuevo curso con la ayuda de su hermana Trish Baley, que fue la encargada de presentar el pasado mes de marzo en la Universidad de Tasmania el premio a Sam Christensen recogiendo el testigo de su otra hermana, Jane.
La futura Soberana, además de entregar personalmente los talones, escribió una cariñosísima carta a los dos estudiantes en la que les felicitaba por sus becas, les aconsejaba que aprovecharan al máximo un tiempo que les aportaría una enorme experiencia "académica y personal" y les deseaba, finalmente, todo la suerte del mundo en esta aventura que iban a emprender en el extranjero. Dirigiéndose personalmente a los dos alumnos elegidos, la Princesa destacó sus cualidades académicas; la labor que habían desarrollado en el campo de la investigación y su participación en proyectos humanitarios de la ONU demostrando así su "interés en ir más allá de los libros de texto". Mary Donaldson señaló también en su misiva el notable incremento de estudiantes australianos que habíoan elegido Copenhague para completar estudios universitarios en un país extranjero. Especialmente, en Historia del arte, Literatura inglesa y De Internacional, campos académicos en los que la Universidad danesa tiene una fuerte reputación internacional.
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