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"Se esperará mucho de vosotros. Tenéis que tener valor pero también altruismo, ser líderes y también atentos, confiados pero también respetuosos. Y debéis ser todo eso en algunos de los entornos más desafiantes de todo el mundo para que los hombres y las mujeres sigan de buen grado vuestro liderazgo en todas las situaciones posibles con absoluta confianza en vuestro juicio... Os estoy hablando a todos y cada uno de vosotros..." -dijo la Reina mientras pasaba revista y sonreía de refilón a su nieto el día en el que éste se graduaba como oficial en la Real Academia de Sandhurst el pasado mes de diciembre.
Ha pasado sólo un mes desde entonces, pero Guillermo de Inglaterra ya está listo para retomar su carrera militar en los alrededores del castillo de Windsor.
Su novia, Kate Middleton, cumplío el martes 25 años, pero él no estuvo en Londres para ayudarle a soplar las velas. El primogénito de la princesa Diana se ha unido ya a la Caballería Real de los Blues & Royals. Sin duda, el batallón más importante y antiguo del Ejército de Tierra británico. De hecho, es este regimiento el que vela día a día por Su Majestad a las puertas de palacio del Buckingham y, también, el que la escolta durante los acontecimientos solemnes en los que los soldados del escuadrón lucen sus impresionantes y vistosos uniformes de color rojo y los cascos dorados coronados por plumas.
Siguiendo al pie de la letra el programa que se ha preparado para su carrera militar, el príncipe Guillermo ha ingresado en los cuarteles de su nuevo regimiento para comenzar su nueva vida como oficial del Ejército.
El paso definitivo hacia el altar
El "Corneta Gales", así es conocido entre la tropa, permanecerá durante varias semanas en la base de Combermere Barracks cerca del castillo de Windsor preparándose para el entrenamiento que recibirá en el campamento de Bovington Camp, en Dorset (suroeste de Inglaterra), como futuro jefe de tropa con una unidad blindada de reconocimiento.
En 2004, Guillermo dijo a la prensa: "Lo último que quiero hacer es ser mimado o estar envuelto en algodones porque si iba a unirme al Ejército querría ir donde mis hombres fueran y hacer lo que ellos hicieron. No querría que me retuvieran por ser demasiado valioso".
Pero, aunque es muy comprensible que el Príncipe quiera ir a donde vayan sus soldados sirviendo a su país en los terrenos conflictivos, no es probable que a un futuro monarca se le permita estar en primera línea. Una "realidad" que el Corneta Gales ha ido aceptando al entender que sería injusto poner a sus hombres en situación de mayor riesgo por su presencia en zona de Guerra.
El futuro Rey de Inglaterra no seguirá, por lo tanto, los pasos de su hermano Harry –al parecer, completamente decidido a estar en primera línea de fuego- pero sí cumplirá con la tradición de los Windsor pasando por la RAF y la Marina Real para ser, en el futuro, Jefe de las Fuerzas Armadas.
Guillermo está hecho un hombre y así lo ha demostrado en estas últimas semanas, en las que no sólo ha recibido con absoluta madurez las conclusiones del informe de la investigación llevada a cabo sobre la muerte de la Princesa de Gales, sino que ha dado instrucciones al país de cómo celebrar la vida de su madre y ha hecho alarde de su probablemente futura esposa a título oficial. Esa joven con la que se da por hecho que contraerá matrimonio antes o después de los 28 años. La edad que él señaló como la apropiada para dar un paso definitivo hacia el altar.
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