Niña en el pediatra©AdobeStock

Salud

La psoriasis, más allá de una alteración en la piel: así afecta a los niños

Suele ser menos grave en los menores, pero hay ciertas cuestiones clave a tener en cuenta

Una de las afecciones en la piel más frecuentes es la psoriasis que, por lo general, a una descamación en las manos o en los codos, si bien se trata de “una entidad que puede afectar a todo el organismo, aunque se manifieste preferentemente en la piel”, como nos indica el Dr. Eduardo Varas, jefe del Servicio de Dermatología de Clínica Vila Parc en Ibiza. ¿Puede manifestarse también en los niños? El doctor nos explica que, si bien el mayor número de diagnósticos se dan en adultos, la psoriasis puede comenzar desde la edad pediátrica; la cuestión es que en los niños, a menudo “pasa desapercibida o se diagnostica erróneamente de dermatitis atópica u otras dermatosis”.

La aparición de la psoriasis viene determinada por “una combinación entre la predisposición genética y el estilo de vida del paciente”, añade. “Si un progenitor padece de psoriasis, el hijo tiene una posibilidad de un 14% de desarrollarla, mientras que si los dos padres la tienen el riesgo asciende al 41%”.

¿Qué es la psoriasis y cómo se manifiesta en los niños?

“La psoriasis es una entidad inflamatoria crónica que afecta predominantemente a la piel, con una prevalencia en España cercana al 1.4-2.3% de la población”, detalla el jefe de Dermatología de Clínica Vila Parc. “Su manifestación clínica más frecuente consiste en la aparición de placas rojizas con descamación blanquecina en los codos, rodillas o cuero cabelludo, pero también hay casos con lesiones en palmas, plantas, pliegues, zona facial o alteraciones ungueales”.

Cuando la psoriasis aparece en edad pediátrica, esta suele debutar a los 6-9 años de vida y, aunque estos casos generalmente son menos graves, “pueden requerir de tratamiento tópico con cremas o medicación sistémica (oral o inyectable)”. Para evitar un diagnóstico erróneo y los problemas aosicados, el Dr. Varas recomienda la valoración por un dermatólogo, pues “puede ser fundamental en muchos casos para su detección precoz y tratamiento adecuado”.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que, tanto en menores como en adultos, la psoriasis puede presentarse junto a otras patologías o afecciones:

  • Artritis psorásica. “Cuando la carga inflamatoria de la enfermedad es intensa y no recibe tratamiento, puede provocar incluso una alteración articular descrita en hasta el 20-30% de los casos. Se establece así una artritis psoriásica que produce inflamación y dolor de las articulaciones, pudiendo dañarlas de forma irreversible”.
  • Riesgos asociados. “Ahora conocemos que la inflamación persistente que sufren los pacientes con psoriasis se interrelaciona con un mayor riesgo de hipertensión, obesidad, dislipemia, resistencia a la insulina y enfermedad cardiovascular”.
Afección en la piel©AdobeStock

Las repercusiones de la psoriasis a nivel emocional en los niños

Aunque en los menores de edad la psoriasis sea, por lo general, menos grave que en los adultos, es importante prestarle atención desde el primer momento, ya que “la repercusión psicológica y psiquiátrica de las enfermedades dermatológicas es una cuestión innegable”, subraya el doctor. En primer lugar, porque la sintomatología propia de la enferneddad, con picor o escozor, afecta a la calidad de vida de quien lo padece. “A esto se añade un estigma social por la visibilidad de sus lesiones, que exponen públicamente la enfermedad del paciente”.

“El efecto nocivo que esto ejerce en edades tempranas de la vida impacta en el desarrollo psicosocial, incrementando el riesgo de ansiedad, depresión y trastornos de conducta que acompañarán al paciente a lo largo de su vida en una cicatriz psicológica duradera”, advierte el facultativo. De ahí la necesidad de que el menor reciba “el tratamiento adecuado y el abordaje multidisciplinar temprano”, aspectos fundamentales en la mitigación de dichas consecuencias.

¿Cómo son los tratamientos para la psoriasis en la población pediátrica?

El Dr. Varas indica que existen tratamientos tópicos con cremas, si bien estos “deben ser adaptados a la localización, extensión y gravedad de las lesiones, atendiendo siempre a la edad del paciente”. Cuando se trata de un caso más grave, también hay medicamentos autorizados en la población pediátrica cuya seguridad y eficacia ha sido validada en ensayos clínicos de calidad, nos dice. “En todo caso la atención individualizada del paciente debe marcar el ritmo del tratamiento”.

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