Embarazada tumbada en la cama con gesto preocupado©AdobeStock

Parto

¿Qué sucede cuando las aguas salen teñidas en el parto?

Cuando se rompe la bolsa amniótica en los instantes que rodean al parto, las aguas pueden estar ‘manchadas’ o ‘teñidas’. ¿Conlleva esto algún riesgo para el bebé? ¿Condiciona algún cambio en el desarrollo del parto?

Durante el embarazo, el bebé está cálidamente mecido por las aguas amnióticas. El feto la deglute también, en lo que supone un ejercicio para cuando sus órganos sean independientes en la vida extrauterina.

En el momento del parto o inmediatamente antes del mismo, la bolsa se rompe, o bien de forma espontánea o bien con ayuda médica. Entonces salen las aguas. Habitualmente son claras, pero en algunos casos están manchadas o teñidas. Le hemos preguntado al Dr. Víctor Cosme, ginecólogo de la Maternidad HM Belén, en A Coruña, por las implicaciones que tiene esta circunstancia.

¿Por qué las aguas amnióticas salen manchadas?

El motivo por el que las aguas de la bolsa amniótica en lugar de salir claras salen manchadas es porque el bebé ha realizado su primera defecación en el vientre materno. Esa primera caca, el meconio, se hace habitualmente en sus primeras horas de vida, pero en algunos casos se produce antes de nacer.

En la mayoría de las ocasiones hablamos de fetos de más de 38 semanas de gestación, aunque lo más frecuente es que estén rondando, o por encima, de las 40 semanas; es decir, a punto de venir al mundo. ”Se suele deber a un proceso fisiológico del bebé por un aumento del peristaltismo intestinal [movimientos digestivos] y habitualmente no se asocia a pérdida de bienestar fetal”, indica el experto.

Así pues, esa primera caca oscura, pegajosa y con un aspecto similar al petróleo, el meconio, que tanto llama la atención a los padres, se hace antes de nacer, provocando que las aguas salgan manchadas. Se trata de unas aguas de color verdoso, no claras y que pueden asustar cuando se ven.

Aguas manchadas y pérdida de bienestar fetal

El hecho de que las aguas amnióticas estén teñidas no implica necesariamente que haya algún problema. Así, aunque en algunos casos esta circunstancia se relaciona con la pérdida de bienestar fetal (denominada hace un tiempo ‘sufrimiento fetal’), no es en todas las ocasiones, por lo que no hay que alarmarse de forma innecesaria si la mujer rompe la bolsa y observa que las aguas son verdosas.

“En la mayoría de las gestantes con pérdida de líquido amniótico meconial, el estado de bienestar fetal es adecuado”, confirma el Dr. Víctor Cosme. No obstante, es un extremo que hay que confirmar.

Madre con su bebé tras el parto©AdobeStock

¿Estamos ante una urgencia médica?

“La pérdida de líquido amniótico meconial per se no es una urgencia médica, pero es recomendable que en esta circunstancia la gestante acuda al servicio de urgencias para hacer una valoración completa del estado de bienestar fetal”, recalca el ginecólogo de la Maternidad HM Belén.

Así, lo recomendable es acudir al hospital donde la mujer tenga pensado dar a luz para que la examinen y puedan determinar si el bebé está bien. Para saberlo y confirmar que no ha habido pérdida de bienestar fetal, se recurre a la monitorización cardiofetal, que revelará cómo está el niño en ese momento. Además, está la ecografía, que también se puede emplear en estos casos. De este modo, y gracias a estas dos vías fundamentalmente, los ginecólogos obstetras observan “una serie de parámetros que nos ayudarán a saber si el bebé se encuentra bien”, destaca.

¿Es diferente el parto si las aguas están teñidas?

Una vez que la gestante acude a Urgencias para que valoren el estado del pequeño, el parto se desarrolla en función de cómo se encuentre este. “Si confirmamos o tenemos una alta sospecha de pérdida de bienestar fetal, tenemos muchos protocolos de actuación encaminados a la finalización inmediata del embarazo; ya sea vía parto vaginal instrumentado (ventosas, fórceps o espátulas) o vía cesárea”, comenta el Dr. Cosme. La prioridad sería que el bebé naciera lo antes posible para revertir la situación.

Si, por el contrario, se ve que no hay pérdida de bienestar fetal y que el niño está bien, el parto se puede desarrollar sin esa urgencia, por lo que pueden transcurrir varias horas hasta que se desencadene por sí mismo (con o sin ayuda). Eso sí, en estos casos, “se desarrolla bajo monitorización cardiofetal continua para asegurarnos de que el bebé se encuentra en condiciones óptimas hasta el momento del parto y, si no es así, para detectar precozmente cualquier signo que comprometa el bienestar fetal y proceder convenientemente”, señala el ginecólogo.

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