Marta, la novia del vestido '2 en 1' que se cortó la melena en plena boda

La catalana apostó por un bonito diseño de Marta Martí para su gran día que no tardó en hacerse viral

Por Regina Navarro

Cada vez es más frecuente que las novias busquen vestidos con factor sorpresa para su gran día. Prendas que, además de encajar con su estilo y favorecer su silueta, evolucionan a lo largo de la celebración, dando lugar a diseños diferentes, que reciben más de un wow por parte de los invitados. Se trata de una forma de sumarse a esa tendencia de lucir un segundo look nupcial sin necesidad de invertir en una nueva prenda. El reto está en componer vestidos 2 en 1 que, en realidad, no lo parezcan. ¿Un ejemplo? El diseño que Marta Martí imaginó para una de sus novias. "Marta –sí, novia y diseñadora comparten nombre– llegó el pasado junio al showroom y ya en la primera visita hubo una conexión real. Nos entendimos rápido y desde entonces todo el proceso y creación de su vestido fue a más. Tenía muy claro lo que quería y lo que no, como muchas de nuestras novias que tienen esa personalidad y carácter que pone muy fáciles las cosas", nos explica la diseñadora. Y quería una falda abierta y algo que le ayudase a transformar el vestido, para "darle otro rollo a la hora del baile".

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VER: La romántica boda de Marta y Alejandro en la Costa Brava

Marta siempre había pensado que algún día quería casarse, pero no es una de esas chicas que, desde pequeña, sueñan con su boda o se interesan mucho por en mundo nupcial. Por eso, cuando llegó el momento de empezar con los preparativos tuvo que investigar bastante hasta dar con los proveedores que más le gustaron. Y sí, también con el vestido de sus sueños. "Lo del vestido fue amor a primera vista, tanto con la firma como con el equipo. Estuve buscando y visitando diferentes sitios, pero no conecté, ni me sentí con nadie como con ellas. La tranquilidad y la profesionalidad con la que lo hicieron todo fue brutal. Y tuvieron mi vestido en menos de 3 meses, aunque había piezas hechas a mano. ¡Fue un sueño!", nos cuenta. Marta, la diseñadora, nos explica que lo primero que hicieron para dar con el vestido perfecto fue centrarse en lo que buscaba la novia, le ofrecieron opciones y dieron con lo que buscaban.

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Aunque a simple vista parece que estemos viendo dos vestidos totalmente diferentes en realidad se trata de un único diseño con un cuerpo superpuesto. Una prenda que estuvieron "horas y horas confeccionando artesanalmente cada detalle y pieza. Personalmente me emociona experimentar con tejidos, crear de nuevo e unir diferentes encajes y eso fue lo que hicimos para Marta. El segundo vestido fue un puro divertimiento. Experimentamos con la abertura de la falda y creamos dos tiras de gasa en los hombros para que le diera juego para la fiesta. Desde el primer día todo sumó y fue uno de los procesos mágicos del año pasado", apunta la diseñadora. ¿Lo más importante para la novia? "Saber que estás en buenas manos, sentirte a gusto y que te entiendan, luego ellas hacen magia".

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Cómo conseguir un look nupcial perfecto

Nadie duda que el vestido es el eje central del look nupcial pero, para conseguir un resultado final perfecto, es importante prestar atención al resto de accesorios. Marta asegura que ella, al contrario que otras chicas, no se preocupó por mantener las tradiciones ni llevar ese "algo prestado, algo viejo y algo azul" que muchas novias lucen en su enlace. Lo que incluyó fue por otros motivos. "Creo que lo más importante es hacer las cosas como uno quiera, para eso es tu día. Llevaba unos detalles en la manga de unas flores. Quería que hubiera algo azul porque es nuestro color, el color del mar. Mi anillo de pedida también fue azul", asegura. Con su ramo también rompió tradiciones. "Tenía claro que no quería un ramo redondo y compacto, sino algo más desenfadado, asilvestrado e irregular y que secase bonito. Me encanta secar flores y quería que a quién se lo regalásemos lo pudiera tener de decoración, y Molist Floristes me entendieron muy bien, no solo con eso sino con toda la decoración floral de la boda", nos cuenta.

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Pero fue su sencillo peinado el que dejó más de una anécdota. Marta asegura que ella siempre lleva el cabello suelto, pero aquello no era una opción para el gran día –al menos no para el primer momento–. “La espalda del vestido era muy bonita, y por eso decidí hacerme una coleta baja, no la quería tapar con mi melena que era muy larga. Me peinó mi amigo José Toro, de Salón Toro, y además era invitado a la boda, así que llevé coleta hasta la comida, después de la comida me solté el pelo que me quedó con unas ondas preciosas y justo antes del baile... ¡me corté la melena delante de todos! ¡Fue un momentazo!”, explica.

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Aplazar la boda por un temporal

Marta y Alejandro se conocieron, por casualidad, en Ibiza. "Le pedí a un chico que había por allí (Alejandro) si nos podía hacer una foto a una amiga y a mi. Fue muy divertido el momento porque mi cámara era una cámara de vídeo, y le pedí que grabara y yo ya sacaría una captura, con lo cual tengo grabado el momento exacto en que nos conocimos, y es un recuerdo muy bonito". Tiempo después empezaron a salir junto y, tras tres años y medio de noviazgo decidieron dar el gran paso.

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Su boda tendría lugar en la Costa Brava, el rincón preferido de Marta. "Nos casamos en la Fosca, en una pequeña cala de la Costa Brava. Decidimos casarnos allí porque es donde he veraneado desde que nací y desde que se lo enseñé a Alejandro es nuestro lugar favorito y donde pasamos la mayor parte del tiempo cuando vamos a mi tierra. Queríamos que todos nuestros amigos y familiares lo conocieran". Las wedding planner de Miss Little Thing fueron las encargadas de organizar una celebración que, como está sucediendo a muchas parejas este año, tuvo que ser aplazada. Eso sí, los motivos fueron muy diferentes.

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"Hubo un temporal ese día, en el que se inundó todo. Además cayó un rayo en la finca que fundió la caseta del hombre que la cuida y calcinó un árbol que estaba al lado de la mesa de la comida. Teníamos todo preparado para un plan B, pero no para ese desastre, era peligroso e intentamos actuar rápido y de la mejor forma posible. Yo fui la que recibí la llamada a las 7 de la mañana de las wedding planners diciéndome que no sabían si podríamos casarnos, que si podríamos subir a la finca, que nos estaban esperando todos los proveedores con ellas para valorar la situación y ver qué podíamos hacer, pero que creían que no podríamos casarnos en esas condiciones. Buscamos una solución y todo salió bien, pero fue durísimo", cuenta Marta. La novia nos explica que decidieron montar una fiesta el sábado por la noche (cuando estaba prevista la boda) para todos los invitados y aplazar el enlace al día siguiente. Al final, todo salió como habían esperado, aunque un día más tarde. 

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