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Esta edición de la Barcelona Bridal Week ha dejado espacio a un buen número de firmas que desfilan por primera vez. La mayoría lo tienen más difícil que los pesos pesados para grabarse en la memoria, o incluso para congregar invitados, especialmente si se tiene en cuenta que a muchas de estas firmas les toca rellenar el hueco que han dejado algunos de los 'clásicos' que se han caído del calendario este año (las ausencias más acusadas, las de Hannibal Laguna y Victorio & Lucchino); otras firmas, además, tienen el difícil papel de desfilar detrás de una colección que acerca su propuesta a la Alta Costura. Que es precisamente el hueco que le tocó ayer a la firma de Isabel Sanchís: desfilar detrás de los vestidos de novia de YolanCris, presentando, además, una colección únicamente de fiesta.
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Sin embargo, y a pesar de no tener todo a favor, este taller artesanal de Valencia conseguía meterse al público de la bridal week en el bolsillo prácticamente desde su primer diseño: Isabel Sanchís y Paula Maiques son las diseñadoras encargadas de dar forma a esta firma familiar ("con más de cien vestidos cada temporada", tal y como ellas mismas nos contaban en el backstage después del desfile), donde casi cada persona implicada comparte algún apellido, y que ha ganado proyección internacional en los últimos cinco años. La explicación: vestidos llenos de fantasía, dignos, también de la Haute Couture, que arriesgan en los colores, los cortes y las formas, con algunas propuestas futuristas ("aunque vestimos a invitadas de todas edades", nos explican), que se alejan de la invitada que suele dejarse ver en la pasarela nupcial de Barcelona, y que recuerdan en su confección a algunos de los grandes nombres de París, como Stephane Rolland o Viktor & Rolf.
"Todas las colecciones tienen una línea común, y en ninguna faltan las flores". Las de la temporada 2016 aparecen en forma de bouquets multicolores, en gasa que se escapa de los vestidos, en tonos acuarela, y no faltan los diseños en blanco o en blanco y negro, con monos con pantalón harem, maxivolantes envolventes que cambian de color de dentro a afuera generando efectos ópticos y trampantojos, volúmenes XL, y siluetas victorianas renovadas, adaptadas al siglo XXI.
LOS DETALLES: los tocados tipo diadema con redecilla de topos. Los broches-hormiga de tamaño XL. Los desteñidos arty tipo acuarela. Los cut-outs.
INMACULADA GARCÍA
El broche final a los desfiles de ayer lo puso la firma de Inmaculada García, que presentó una propuesta de moda y fiesta a última hora de la tarde, justo antes de la fiesta por el 25 aniversario de la Barcelona Bridal Week en el Palacio de Pedralbes. El oro volvió a brillar en pasarela bajo el nombre de la colección, Golden Sunshine, una propuesta inspirada en la luz, aportando destellos dorados a sus novias en forma de acabados de pedrería, remaches y borlas.
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TENDENCIAS: novias con camisa y falda estructuradas en dos piezas. Faldas y colas desmontables que adquieren volumen en la parte trasera y se cierran al frente con un cinuturón, dejando al aire la parte delantera del vestido. Largos midi hiperrománticos, que realzan los zapatos cerrados con lazos. Tops de novia con aire a camiseta.
TEJIDOS: clásicos, como la gasa, organza o tul en los trajes de novia, que brillan con luz propia al abandonar las superposiciones para concentrarse en los acabados lisos y definidos. Para los modelos de fiesta, seda, transparencias y Cantilly.
'BEAUTY LOOK': la melena partida con raya al centro es un look que ha repetido en la bridal week desde el mismo desfile de Rosa Clará, y en esta ocasión lo hace con pelo suelto y melena ahuecada a partir de los hombros. Las cejas, con acabado metalizado dorado, y el maquillaje de ojos, con mucha luz en el párpado y el interior del ojo, convierten a la novia en una auténtica golden girl.
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