En el festival de Eurovisión no está todo dicho. El voto del público depara siempre sorpresas así que es bastante difícil hacer predicciones y si no que se lo digan a los cientos de seguidores de Dana International, la representante de Israel. En el año 1998 ganó el certamen con su canción Diva y este año, sus paisanos esperaban repetir aunque fuera actuación en el escenario de Düsseldorf, pero no ha podido ser. Seguro que se quedaron decepcionados todos los que apostaban por el tema Ding Dong que fue eliminado de la carrera en la segunda semifinal. Y es que la competencia es cada vez más dura y la voz que fue una revolución hace trece años no ha cuajado en esta edición.
La lista definitiva para la final está completa. Estonia recreó con su Rockefeller Street el estilo neoyorquino, con una movida coreografía y letra animada que consiguió poner en pie al público. Los gemelos irlandeses Jedward lograron meterse también al público en el bolsillo: vestidos con unos trajes diseñados por ellos mismos, originales y rompedores, conquistaron con su energía y buen hacer en escena. Si algo hubo en esta segunda semifinal fueron canciones con ritmo, como la de Moldavia, y baladas que enamoraron como la de Austria y Eslovenia. Todos ellos estarán el próximo sábado 14 en la gran final junto a Bosnia y Herzegovina, Dinamarca, Rumanía, Ucrania y Suecia.
Francia sigue encabezando las apuestas aunque como se ha podido comprobar en Eurovisión siempre puede haber un giro inesperado. ¿Logrará España convencer con su alegre y desenfadado Que me quiten lo bailao? ¿Conseguirá Alemania vencer por segundo año consecutivo? ¿Dará el ruso la sorpresa? Queda apenas un día para desvelar las incógnitas, ¿tiene ya a su favorito?
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