Del 'gym' a la oficina sin pasar por casa

El 'athleisure' es la tendencia que está revolucionando el armario de diario, sacando las piezas que llevaríamos al gimnasio de su contexto deportivo

Por Ana Riaza

Suena la alarma, una hora más pronto de lo normal, te levantas con la intención de ir al gym, y lo que es más, lo consigues. Después, un café para llevar y a la oficina. O al revés: tu planificación semanal incluye varias visitas al gimnasio a la hora de comer, e incluso alguna sesión de running a última hora de la tarde. Sea como sea cómo te organices, los días de gimnasio suelen tener siempre lo mismo en común: desde el momento en que sales de casa, y hasta que vuelves, tienes que tener pensados dos vestuarios, el de la oficina y el deportivo, sino tres, si después de hacer deporte tienes planeado un afterwork. Pasar del look de oficina al de noche es fácil si sabes cómo, pero ¿qué hacemos los días en que hay que estar vestidas lo mismo para una reunión importante que para una sesión en la elíptica?

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El reciclaje de las prendas deportivas en business casual no es tan difícil como parece; es más, forma parte de la misma corriente de tendencias que nos llevan a reinventar el armario colisonando estilos. Lo vimos por ejemplo al ponerle un vestido por encima al pantalón, o al mezclar faldas con zapatillas deportivas, una fórmula que parece imposible pero que se ve a menudo a los pies de las insiders de la semana de la moda. Si ellas lo llevan, es por algo: la tendencia ha derivado en su propio nombre (athleisure), y habla precisamente de adaptar las prendas deportivas al armario convencional sin despeinarse. Explica el por qué de que Kanye West diseñe para Adidas, o que Rihanna haya creado una colección para Puma: el 'lujo deportivo' ha vestido durante meses a Kendall Jenner y Gigi Hadid con leggings por debajo de un abrigo monocolor, además del crop-top con cazadora bomber.

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Las firmas de moda se han puesto las pilas en el territorio deportivo y cada vez es más común encontrar prendas híbridas, que valen lo mismo para salir a correr que para una noche con las amigas, una cena romántica o una reunión. Entran en esta categoría los leggings en tejidos súper eficientes, con paneles transparentes en mash transpirable que crean un estampado envolviendo la pierna, o los que replican el efecto cuero; los monos de una pieza que pueden usarse para hacer yoga y sirven además como prenda interior debajo de un vestido; o los sujetadores deportivos, una prenda que antes era fea por definición, que pueden llevarse en forma de corsé bajo un blazer.

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Convertir la ropa deportiva en un estilismo apto para la working girl no es sólo cuestión de ahorar tiempo o espacio (más de una vez te las habrás visto y deseado para salir desde por la mañana con las prendas del gimnasio, el maquillaje, la plancha del pelo y las zapatillas de correr): la clave está en añadir básicos sobre las tres piezas clave del armario deportivo, los leggings, la sudadera y las zapatillas. Estas últimas son las más versátiles: cuidado porque no todas las zapatillas valen lo mismo para hacer deporte que como calzado de calle; si vas a reutilizarlas más tarde en una sesión de jogging piensa cuáles quieres llevarte y elige el resto de prendas dependiendo del estilo y color. Las zapatillas bisagra suelen ser las blancas, tanto tipo tenis como de carrera, combinadas con unos pantalones sastre, un vestido neutro o unos pitillos con americana. Algunos ejemplos: una zapatilla deportiva blanca, con falda tableada y un top de punto en color verde esmeralda. Unos carrot pants pinzados en un color oscuro, con un jersey de cuello vuelto y un blazer. O el vestido negro con accesorios potentes.

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Junto a los leggings y las zapatillas deportivas, el athleisure tiene un caballo de Troya entre sus prendas y esa es la sudadera: si has seguido de cerca tendencias como el lampshading probablemente ya hayas fichado a más de una famosa convirtiendo una maxisudadera de algodón en un vestido con sólo añadirle unas botas. De entre todas estas super prendas, la sudadera es la que más difícil de adaptar a la oficina, aunque en realidad basta añadirle una única prenda o el complemento adecuados para llevarla del gym a la calle.

El truco está en que esa pieza extra sea 1. o bien completamente neutra, como una camisa blanca cerrada hasta el cuello; 2. o muy femenina, como una falda muy fluida ; 3. o tenga un carácter marcadamente deportivo pero de calle, como un blazer bien estructurado con efecto engomado o neopreno. Ejemplos: la sudadera gris de algodón de los años 80, sobre una camisa de hilo con falda con estampados y sandalias. O con capucha y largo pasado la cadera, tipo canguro, con vaquero y náuticos metalizados. También las sudaderas de algodón con mensaje, con vaqueros y sandalias, o pantalón sastre tobillero y botines, dependiendo de la temporada.

Elegimos 16 maneras de sacar las prendas del gym a la calle en la galería de imágenes