Tras la “indignación” del extorero Francisco Rivera Ordóñez tras conocerse que la Audiencia Provincial de Madrid otorga a Eugenia Martínez de Irujo la custodia definitiva de su hija Cayetana, ‘Tana’ como así la llaman cariñosamente en la familia, no dudo en tomárselo de la mejor posible y aunque no podrá recurrir más, por sus palabras se dejo ver que su indignación es extrema. Y es que la decisión de la Audiencia Provincial de Madrid, que da la razón al juzgado de primera instancia número 75 y ante la que no cabe recurso alguno ha caído sobre el extorero como un auténtico jarro de agua fría. “Estoy indignado pero hay que acatar las decisiones del juez” afirmó Francisco Rivera, justo el día en el que celebraba el 30 cumpleaños de su esposa, Lourdes Montes. “No me queda otra que esperar a que Cayetana tenga la mayoría de edad”, añadió el extorero ahora convertido en empresario.
Tras este duro varapalo, Francisco Rivera Ordóñez que este fin de semana le tocaba estar con su hija, disfrutó junto a ella y Lourdes Montes de unos días en la aldea almonteña de El Rocío (Huelva), donde el pasado fin de semana se festejó la festividad de la Candelaria que la Hermandad del Rocío de Triana celebra el último fin de semana de enero y donde acuden miles de peregrinos y devotos de la Blanca Paloma. Pues aprovechando que Cayetana llegó el pasado viernes a Sevilla, nada más acabar su jornada escolar se trasladó hasta la capital andaluza donde allí le esperaba su padre quien junto a su mujer, Lourdes Montes, se desplazaron hasta El Rocío (Huelva) donde los tres disfrutaron de un idílico y estupendo fin de semana campestre.
Con motivo de la festividad de la romería de La Candelaria, y como tres peregrinos más, Francisco, Lourdes y Cayetana vivieron con gran emoción este camino que, montando a lomos de sus respectivos caballos, recorrieron varios kilómetros y, acompañados por su grupo de amigos hicieron un alto en una de las paradas del ‘Camino de la Virgen’ para almorzar y coger nuevamente fuerzas para seguir el itinerario.
No obstante, a pesar del duro golpe recibido por la custodia de su hija, al mal tiempo, buena cara, parece ser el lema de Francisco Rivera que, aunque serio en muchos tramos del trayecto hacia El Rocío, no escatimó en sonrisas y detalles cariñosos hacia su hija Tana, que se mostró visiblemente contenta de estar con su padre y Lourdes, quien se lleva de maravilla con ella. Lourdes ya se maneja muy bien a caballo y la pudimos ver perfectamente equipada para la ocasión en un día soleado y con muy buena temperatura. La abogada, que ahora estudia diseño de moda, vestía pantalón de montar en color crema, botas de cuero, y un jersey gris sobre una camisa blanca con un pañuelo anudado al cuello.
Los tres, como una familia feliz, disfrutaron de varios momentos durante el camino de esta peregrinación y la propia Lourdes Montes se encargo, cámara en mano, de retratar los más divertidos que quedaran en su álbum familiar. Una de las fotografías que quedaran para el recuerdo fue la de padre e hija, montados a lomos de sus caballos que posaron para el objetivo de la cámara de Lourdes Montes. Francisco estuvo muy pendiente en todo momento de las dos mujeres de su vida. Ambas parece que han congeniado a las mil maravillas, y así se las pudo ver el pasado sábado a las dos charlando y riendo animadamente demostrando con todo esos gestos la excelente relación que ambas mantienen.
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