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Hay ocasiones en las que conoces a una persona, surge la chispa, hay sintonía... pero esa persona de la que te enamoras ha estado previamente casada. Tú, por el contrario, no has pasado aún por el matrimonio. “Comenzar una relación con alguien que ha estado casado ya, y divorciado, cuando tú, afortunada o desafortunadamente no has pasado por un matrimonio previo y posterior separación, no debe ser nada fácil. O sí. Me baso en la idea de la experiencia no vivida por tu parte, en la virginidad vivencial con la que te enfrentas a esta situación”, reflexiona la psicóloga Pilar Guerra.

 

Si bien es verdad que cada persona tenemos un histórico diferente al resto en las relaciones de pareja, la afinidad resulta en muchas ocasiones ser un requisito para establecer una base de igualdad. Aun así, la experta matiza que, como en todo, puede tener su parte positiva y negativa, como los dos polos de una pila. Nos encontramos, de esta forma, con situaciones variadas.

 

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Una 'mochila' previa

Un hombre o mujer que ha estado casado llega a nosotros con una maleta en la que ha ido metiendo experiencias con respecto al concepto de pareja. “Ha estado de viaje en lugares dónde tú no has estado, y ha pasado por pueblos que tú ni tan siquiera sabes que existían. Ha dejado atrás un proyecto de vida sentimental que empezó con la intención de permanencia en el tiempo, y que finalmente no se pudo llevar a cabo”, nos cuenta la experta, que matiza que podría haber buscado un perfil de divorciado o divorciada para sentirse en una relación de igualdad, pero que, sin embargo, te ha buscado a ti quizá con la emoción sincera de la ilusión de creer que vuelve a empezar de cero y que, a través de tu soltería, le haces recordar esos 20 años de nuevo. Tu condición de soltero o soltera y sin hijos, le ayuda a identificar esa magia de experimentar de nuevo “lo nuevo”.

 

“Tú puedes entrar entonces en esta aventura desde dos sensaciones: desde la del miedo por tener en mente un montón de creencias fantasmagóricas; o desde tu verdadera emoción, que no es otra que la de mostrarte como eres, con tu maleta vacía, dispuesta a llenarse de vivencias nuevas sin prejuicios”, nos explica.

 

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Si no hay hijos de relaciones anteriores

Se puede dar la situación de que un hombre o mujer que ha estado casado puede que no haya tenido hijos. En ese caso la experta nos cuenta que “la maleta no pesa tanto como para que tú no la puedas coger”. Así, en este sentido, Pilar Gerra considera que empezáis de nuevo los dos, cosa que hace más fácil la decisión conjunta de formar una familia. Aunque su exmujer o exmarido puede que siga dentro de su mapa que le recuerda que pudo tener una familia más numerosa, esto solo se queda en la huella de su memoria, por lo que para él o ella, al igual que para ti, también es nuevo, y la idea de tener cunas y biberones en casa se convierte en una primera vez para los dos.

 

“Puedes estar tranquila con respecto a la relación que puede tener con su expareja, ya que está demostrado que, tras un divorcio sin hijos, el cierre es más rápido y más fluido, ya que puede que solo compartan un vínculo de recuerdo, o una relación cordial, que se va disipando, porque apenas tienen compromisos en común como para seguir manteniendo una relación de contacto”, añade.

 

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¿Y cuando hay hijos?

Puede darse, eso sí, el caso de que un hombre o mujer que ha estado casado sí tenga hijos. “En este sentido, te puedes encontrar con dos situaciones. Puede que tenga decidido no aumentar su familia, o puede que sí. Depende entonces de tus necesidades y deseos con respecto a este tema. Si tienes una edad en la que deseas tenerlos, su negativa al respecto puede, por supuesto, generarte un dilema. Aquí se ponen en evidencia las prioridades que tú tengas para con tu vida, y que sepas reamente lo que quieres hacer ante tal disyuntiva”, nos cuenta la psicóloga, que plantea, además, otra posibilidad: puede también que tú no desees ser padre o madre, ya sea porque no lo tienes en tus planes, por decisión o por edad. “En este sentido entones, la relación va a fluir con un ritmo de armonía. Si, por el contrario, tu novio o novia ex casado o ex casada que has elegido viene como un chalet unifamiliar adosado de tres, cuatro o más habitaciones, es conveniente que te vayas haciendo a la idea de que esto va a ser un hándicap y, como todo, puedes convertirlo en un drama, o por el contrario, en solo una peculiaridad”, dice.

 

La experta considera que si tu madurez, como soltero o soltera y sin hijos, te permite interpretar que todo esto forma parte de vuestra realidad, serás capaz de quitarte de la cabeza eso de que “tienes que compartirlo”, y aceptarás desde el inicio, que parte de su tiempo mental y físico, va a estar destinado a sus hijos. Si, por el contrario, has ido con la expectativa opuesta podrías encontrarte insatisfecho y frustrado porque, por supuesto, creías que iba a ser “solo para ti”, y no es así.

 

“De todas maneras, esta idea de exclusividad en las parejas, debería de ser sometida a investigación, ya que nadie ni nada nos pertenece, y menos, la totalidad de un amante que a la vez es amante de sus descendientes; tal y como debe de ser, porque para eso uno decide tener hijos: para quererles y demostrar que son importantísimos en tu vida. Y por supuesto, que los divorciados con hijos vamos a elegir a solteros o no, que no pongan en duda nuestro papel de madres y padres, siempre y cuando seamos los primeros que sepamos gestionar y compaginarlos con nuestro novia o novio que no hayan cambiado un pañal”, añade.

 

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La relación con su ex

Y tienes que tener en cuenta el cuarto supuesto: un hombre o mujer que ha estado casado tiene una ex mujer o ex marido y padre o madre de sus hijos. Puede que mantenga con ella una relación cordial, y ambos hayan sabido mantenerse y regalarse un lugar cómodo y adecuado en memoria de lo que fueron el uno para el otro, de tal manera, que todo fluya con serenidad.

 

“Puede que tu novio o novia divorciado o divorciada, sin embargo, siga con esa cuerda en la que cuelga su pasado sin resolver, tenga una regular relación con su ex marido o ex mujer, y no sepa separar sus dramas y los extienda hasta considerarte su terapeuta", explica.

 

Pilar Guerra nos cuenta que terapeuta para tu pareja no debes de ser nunca, pero responsable para ti mismo sí. "Aquí has de convertirte en una suerte de Sherlock Holmes, investigando quién de los dos, tu novio o novia o su ex, es el que aún no tiene las cosas claras”, nos cuenta la psicóloga. “Si es su ex, tendrás que poner toda tu autoestima como una artillería, observar desde fuera, y no sentirte miembro de este lío que no es tuyo. Si, por el contrario, tu intuición te desvela que es tu pareja la causante de enredar las emociones, y observas que hace cosas que no te hacen sentido, recuerda que lo que es, es. Empieza a protegerte y a hacerte una lista mental y escrita de todo aquello que te chirría. Decide si lo quieres poner en conversación con tu pareja, o ni tan siquiera”, nos sugiere. Y hace una última recomendación: “Honestamente, autoindaga si son celos infundados tuyos, o realmente sus sentimientos están en una autovía con dos direcciones paralelas, cuando en realidad, debería de ser una carretera comarcal con una vía de ida, y otra de vuelta”.

 

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