Psicología

Mi pareja es muy dependiente, ¿qué puedo hacer?

Cuando una de las partes sufre de dependencia emocional la relación no se vive de una manera equilibrada y saludable.

Por hola.com

Cuando surge el amor entre dos personas se suele vivir una etapa de fantasía, en la que ambas partes ven lo mejor de su nuevo compañero, se idealiza, se vive en una burbuja. Las muestras de afecto son constantes y se vive un 'amor romántico' que hay que saber reconducir hacía una fase transformadora que será la que arroje estabilidad a futuro. Sin embargo, toparse con la realidad cotidiana, la que llega tras esta etapa de enamoramiento inicial, no es algo que todas las parejas lleven bien. Es entonces cuando salen a la luz las personalidades, el nivel de emocionalidad, las neurosis o las posibles carencias de cada uno. Entenderse y conjugarse es fundamental para que la relación prospere.

En este punto, uno de los casos que pueden darse es que se evidencie que una de las partes depende emocionalmente de la otra. Ya abordamos hace un tiempo la toxicidad de las parejas dependientes y las negativas consecuencias que esta visión del amor tiene para el marco de la relación y la persona en sí, pero, ¿qué pasa si es solo tu pareja la que vive presa de esa dependencia? Lo normal es que genere en ti una sensación de asfixia, casi de control. Entenderle y descubrir cuáles son los orígenes de ese comportamiento será lo que tengas en tu mano. Por su parte, lo más recomendable es que trate la situación con un experto psicólogo que le ayude a superar sus miedos y autoconocerse.

¿Cómo reconozco que mi pareja es dependiente?

Te llama persistentemente para saber dónde estás o qué estás haciendo, reclama muestras de cariño, llama tu atención, establece mecanismos de control… Estas son algunas de las actitudes que una persona que adolece de dependencia emocional tiene con respecto a su pareja. Es un comportamiento obsesivo, que se agudiza por un miedo atroz al abandono. Tiende a idealizar el concepto de amor y sufre de verdad cuando siente, de manera deformada, que no genera interés en la otra parte. Si no se pone freno lo normal es que una relación que vive este desequilibrio acabe en ruptura. El tiempo hará más frecuentes los conflictos y el caos emocional te acaba alejando de la persona amada.

Cómo trabajar la dependencia emocional

Como comentábamos anteriormente, reconocido el 'problema' es recomendable recurrir a la ayuda de un psicólogo que pueda estipular un tipo de terapia adecuada para ahondar y trabajar este desajuste. Es habitual que disfunciones de este tipo tengan su origen en el núcleo familiar, con padres distantes y duros ante los que se han reprimido las emociones. Dejar brotar esas carencias del pasado permiten explorar nuevas vías de transformación mucho más enriquecedoras, pero para ello debe haber voluntad de cambio por parte del paciente.

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Es probable que también presenten rasgos de baja autoestima, de descontrol de impulsos o de dificultades para relacionarse de una manera saludable con el entorno. Poner el foco en estos aspectos mejorará la manera de entender las relaciones, pero lo más importante será centrarse en uno mismo, revisando el amor propio, el autoconcepto y la libertad individual. No se trata de practicar el 'no puedo vivir sin ti' sino el 'puedo vivir sin ti, pero elijo vivir contigo'.