Maneras de arruinar tu relación de pareja sin darte cuenta

Consultamos a varios expertos para que nos expliquen cuáles son los motivos más comunes por los que una buena relación puede acabar en ruptura

Por Nuria Safont

Si alguien nos prometió que la vida en pareja iba a ser un camino de rosas, nos mintió. O, al menos, no nos contó toda la verdad. Y es que la convivencia de dos personas, relacionadas emocionalmente, no es fácil. Pueden surgir roces, engaños, malentendidos, serias disputas, etc., debido a que no todos somos iguales y cada uno de nosotros tenemos puntos de vista distintos. Ahora bien, sabotear la relación, aunque sea de manera inconsciente, es muy distinto.

Por supuesto, la traición y el engaño, según la escala de valores que se establezca en la pareja, es la vía más rápida para acabar con años de buena convivencia. Pero, en muchas ocasiones, nos la cargamos poco a poco sin darnos cuenta. Consultamos a varios expertos para que nos expliquen cuáles son los motivos más comunes por los que una buena relación puede acabar en ruptura.

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No te compares

Cualquier comparación nos lleva siempre a competir y eso puede hacer mucho daño a la pareja. “Puedes comparar dos objetos similares, pero no podemos hacerlo con las personas y, ni mucho menos, parejas”, opina la psicóloga Patricia Ramírez, que junto a su compañera de profesión, Silvia Congost, han lanzado el proyecto '10 maneras de cargarte tu relación de pareja’, obra que se representará en el teatro Nuevo Apolo, en Madrid. Cuando lo hacemos solemos fijarnos solo en aquello que nos falta, es decir, no vemos la totalidad y nuestro juicio es subjetivo. Por ejemplo, puedes estar en un restaurante y ver detalles en la pareja de enfrente que te gustarían a ti pero desconoces cómo se comportan en su intimidad. En estos casos, lo mejor que podemos hacer es comunicar, y hacerlo correctamente.

Sin comunicación, no hay entendimiento 

La comunicación es esencial para la buena salud de una pareja. No basta con pensar que el otro adivinará qué necesitamos, por mucho tiempo que llevemos juntos. “Las cosas hay que hablarlas. Si esperamos que el otro se adelante a nuestras necesidades, sin haberlas verbalizado, es muy probable que nos decepcionemos”, afirma Ramírez. Por su parte, expertos de Grupo Laberinto, especializados en psicoterapia, recuerdan que hay que esforzarse por  "prestar atención a la pareja, ya que es uno de los principales trucos para que ésta funcione. Además, a través de la escucha los problemas pueden verse desde otra perspectiva y encontrar antes la solución". Reconocer los errores es otra de las mejores maneras para mantener el buen estado de salud de la pareja. "La autocrítica y ser capaz de disculparse cuando uno se equivoca es conveniente con vistas a mantener una relación sana", recuerdan. Por último, no hay que olvidar trabajar la paciencia y el perdón si lo que se quiere es gozar de una relación firme. 

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Las expectativas son malas consejeras

Las expectativas que depositamos en la relación de pareja suelen estar lastradas por nuestras creencias y la educación que hemos recibido de pequeños. Los hermanos Grimm o Andersen con sus cuentos idílicos, esas historias en las que las chicas éramos princesas desvalidas a la espera del príncipe que viniese a rescatarnos, las películas con final de lágrima fácil que nos colmaban de felicidad donde los protagonistas terminan juntos, sonrientes y cómplices… nos han llevado a crear una imagen de la relación de pareja muy alejada de la realidad.

Nosotros, no yo 

Según señala la coach Miriam Subirana, autora del libro Cómplices (ed. Kairós), el individualismo ha conseguido logros, como una mayor libertad e independencia personal, autonomía financiera y de movimiento, pero en ocasiones ha atrofiado emocionalmente, en especial, cuando prima el yo sobre el nosotros, y se pierde la habilidad de convivir, comunicar, escuchar y dialogar. “Nos cuesta tolerar y nuestro compartir saludable escasea”, señala la experta. Este individualismo reduce la posibilidad de cooperación, ofrecer, acordar, la escucha activa, la empatía, amar y permitirse ser amado, perdonar y evolucionar juntos. En este sentido, Patricia Ramírez admite que, desde la psicología, se está haciendo mucho hincapié en el yo. Sin embargo, hay que buscar el equilibrio. "Debemos intentar diferenciar cuándo podemos estar solos y en qué momentos debemos compartir las actividades en pareja. Todo depende, una vez más, de la escala de valores que se establezca de forma común".

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El sexo es importante

Según afirma la psicóloga Patricia Ramírez, el sexo es esencial en una relación de pareja. "Si no lo hay, se trata de otro tipo de vínculo, por ejemplo, compañeros de piso. Para que la vida sexual sea sana y satisfactoria, es importante comunicar los deseos y analizar los posibles problemas. En este sentido, la falta de deseo sexual suele ser uno de los escollos más comunes en la ausencia de relaciones íntimas. “La pérdida de apetito sexual puede producirse por muchos factores: falta de estímulo sexual, baja autoestima, falta de comunicación en la pareja, estrés, ansiedad, toma de algunos fármacos, algún tipo de disfunción… El deseo sexual de cada persona es diferente, no existe un nivel de libido normal´”, comenta Valérie Tasso, embajadora de LELO en España. Analizar la relación, buscar estímulos, ver si existe un problema de autoestima y comunicarlo para tratarlo son consejos que pueden devolver el apetito. Si se resiste a aparecer, es recomendable acudir a un especialista en sexología. 

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