Buenos tratos

El tipo de piel determina, entre otros factores, la exfoliación a aplicar.

Por hola.com
La frecuencia de uso de una exfoliante
Debe de ser de una vez por semana para las pieles normales y grasas, y mensual para los cutis secos o sensibles, ¡como máximo! No frote hasta irritar la piel, e insista sólo en las zonas problemáticas, evitando las áreas más frágiles.

Las cremas a base de AHA’s o retinol
Son fantásticas para las personas jóvenes (de 20 a 40 años aproximadamente) que deban resolver problemas de sequedad o aspereza, o que hayan tomado demasiado sol y deban corregir síntomas de fotoenvejecimiento como la piel rugosa o los problemas de pigmentación. Determinados tipos de acné también se ven aliviados con la ayuda de ácidos como el glicólico o el retinoico, aunque su uso debería estar determinado por un dermatólogo.

Los peelings químicos o láser no son juego de niños
¿De qué sirve someterse a una intervención de este tipo si luego sigue tomando el sol o castigando su piel de forma similar? Si se decide a ponerse en manos de un médico estético para este tipo de tratamientos, hágalo para mantenerse después alejada del sol. Recuerde que esa piel que ahora se ve tan tersa y lisa es especialmente susceptible, como la de un bebé. Como explica Massumeh, "deben escoger entre el sol o su piel". Debe optar por productos de tratamientos muy suaves, específicos para piel sensible, así como maquillajes hipoalergénicos.

Las pieles maduras deben extremar las precauciones
Si su piel es fina, seca, sensible o madura, olvídese de la exfoliación. No se puede permitir perder capas de células. ¡Al contrario! Debe reconstruir ese escudo de defensa que es la capa córnea, y darle los lípidos y proteínas que le faltan. Este es un consejo especialmente importante en el caso de los cutis maduros. Piense que su capa córnea adelgaza hasta llegar a sólo el 50% del grosor original que tenía en la juventud, así que para mantenerla fresca, debe cuidarla con mucho mimo y productos que la protejan.