EXCLUSIVA

Un recogido de bailarina y un maquillaje fresco y natural: los secretos del look ‘beauty’ de Mónica de Tomás

María Barrera nos descubre los detalles del peinado y el maquillaje de la novia

Beauty Look Mónica de Tomás

Te quedan x días gratis. Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Te quedan pocas horas gratis. Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Estás en tu periodo de prueba gratuita. Sigue disfrutando de ¡HOLA!+.

HOLA.com, tu revista en internet

Tu período de prueba gratuita en ¡HOLA!+ se ha activado con éxito

Disfruta de todo el contenido totalmente gratis durante 7 días.

Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Ya tienes una suscripción activa.

Recuerda navegar con tu sesión iniciada.

Por fin ha llegado el gran día de Mónica de Tomás y Laurent De Greef. Después de contraer matrimonio civil en Madrid, el pasado 27 de abril, la pareja ha pasado por el altar esta misma tarde, pasados unos minutos de las cinco de la tarde (hora española) en Marrakech. Una vez que hemos descubierto a la modelo, radiante, vestida de novia, ahora desvelamos todos los detalles del look beauty que ha lucido en la Iglesia de los Santos Mártires de la antigua ciudad imperial marroquí, ante sus 150 invitados.

Beauty Look Mónica de Tomás©FRANCO GRIBODO
Acceso a la versión digital

Si para su vestido la también periodista e influncer se puso en manos de Pronovias, una de las firmas que ha marcado su trayectoria profesional, para deslumbrar en su gran día confió en una marca que la acompaña siempre: Yves Saint Laurent Beauty.

María Barrera, una de las estilistas y maquilladoras más cotizadas entre las actrices españolas, fue la encargada de resaltar aún más la belleza de Mónica. “Hemos tratado de que sea ella al 100 por 100, que se viera a sí misma y se sintiera a gusto, algo que es fundamental para toda novia”, nos comenta la sevillana, que creó para Mónica un recogido elegante y pulido, y un maquillaje muy fresco, con efecto glow.

“Mónica tenía algo muy claro: no quería sentirse despeinada”, prosigue María, por lo que trabajó mucho su melena, “preparándola con un antifrizz y un aceite especial antes de hacerle el brushing. Con esto conseguimos que, aunque lleve el pelo recogido, su cabello se vea sedoso, pulido, luminoso, con destellos...”.

Para conseguir ese efecto pulido, sin ir pegado al cuero cabelludo, la estilista explica que es importante recrear volúmenes y para lograrlo, “una vez que termino el ‘brushing’, empleo la técnica de las anillas huecas: voy cogiendo mechón por mechón y enrrollándolo en mis dedos, deespués los voy sujentando con pinzas y se quedan así mientras le preparo el rostro”.

Después, María le soltó el caballo, lo cepilló, le aplicó un spray fijador de baja potencia y procedió a crear su recogido: un moño de bailarina reinventado. “Le hice la raya en medio, que es como Mónica se ve siempre, recogí todo el cabello en una coleta, la dividí en dos y el acabado es redondo pero envuelto, es decir, un recogido que se envuelve sobre sí mismo: un moño de bailarina con un plus”.

En cuanto al rostro, María admite que trabajar con Mónica ha sido súper fácil: “Desde nuestro primer contacto teníamos claro que queríamos una piel luminosa, jugosa, bronceada con el efecto besada por el sol, que es algo muy fresco, y para lograrlo, hidraté muchísimo la piel”.

La maquilladora sevillana nos describe el paso a paso. Lo primero que hizo fue aplicar un spray fijador, “que es un tip mío personal, lo hago antes de empezar a hidratar, para que la piel se prepare, la hidratación tenga una acción prolongada y el maquillaje dure más”. Después le puso contorno de ojos, sérum facial, crema hidratante y, por último, protector solar. El consejo de María para esta hidratación: “Trabajar bastante bien el producto haciendo masajes de manera ascendente y circular, así preparamos la piel en profundidad y logramos que esté reluciente”.

Después comenzó con la base de maquillaje. María utilizó All Hours Foundation, de YSL, “que es una base de cobertura media con acabado aterciopelado y un poco de glow”. Según María, “con esto conseguimos que la piel transpire, algo muy importante, que se vea uniforme, y que sea como una segunda piel, es decir, que se funda con la suya, que sea como un velo”.

Para crear el efecto bronceado, lo que se llama besado por el sol, María aplicó en las mejillas de Mónica tanto colorete y bronceador en crema como en polvo. “Me gusta utilizar productos en crema, para crear ese efecto glow”. Pero para que sea duradero y soporte altas temperaturas como las de Marrakech, la maquilladora usa también la textura en polvo. “Aplico primero el producto en crema: en mi propia mano fusiono el colorete y el bronceador en crema, lo aplico en la manzanita de la mejilla y con una brocha lo voy difuminando en movimientos ascendentes y redondos hacia el pómulo y la sien; también aplico un pelín encima de la nariz, para crear ese efecto sonrosado. Después hago el mismo proceso con el producto en polvo, bronceador y colerete en polvo para obtener fijación y termino este proceso volviendo a aplicar encima en crema, para que el acabado real sea más jugoso”.

Para resaltar la mirada de la novia, María creó el efecto foxy eyes: “Un maquillaje de ojos con efecto lifting, para recrear una mirada más rasgada, rejuvenecida, ascendente y sensual. Tantos en los ojos como en la cejas, con el fin de modificar y perfeccionar la forma del ojo levantándolo y alargándolo para crear una forma más almendrada y felina”, apunta.

Las cejas son fundamentales y “Mónica tiene un arco de ceja bastante bonito y también la lleva muy natural”. La maquilladora jugó con dos tonos de lápiz: un tono castaño, que es el tono natural de la novia, y uno ceniza. “A mí no me gusta el efecto tatuaje, así que lo fijo con un gel transparente y con esto peinamos la ceja en movimientos hacia arriba, nunca en zig zag, porque quedaría emborronado”.

Antes de utilizar la base de maquillaje, María aplicó el corrector en el inicio de la ojera y hasta la zona del iris. “Si aplicamos corrector en todo el surco, lo que hacemos es resaltarlo más”, aclara María. Por eso, su truco para lograr este maquillaje fresco y hacer la mirada abierta y ascendente “es es muy importante marcar puntos de luz en el ojo”.

Para María Barrera los tres puntos de luz de la mirada son el párpado superior justo debajo del arco de la ceja, el lagrimal y abajo, desde la zona del iris hacia el final del ojo y muy pegado a la línea de las pestañas inferiores. “Aquí hago lo mismo, primero aplico el iluminador en crema y después polvo, jugando con los volúmenes y la forma de iluminar para que visualmente resulte armonioso”.

Después, llegó el turno del eyeliner, “muy difuminado, simulando el espesor de las pestañas”. Para ello, María marcó con el lápiz negro Dessin du Regard Waterproof de YSL un trazo fino en toda la línea de pestañas superiores “y con un pincel biselado difumino esa línea”. Después le puso doble capa de la máscara de pestañas Lash Clash Waterproof de YSL “y conseguimos una mirada totalmente abierta, luminosa, muy fresca y natural, pero potenciándola al máximo. Un truco que yo utilizo —sostiene la maquilladora— es rizar la pestaña, aplicar la máscara, esperar a que se seque, rizar de nuevo y volver a aplicar máscara, así creamos un efecto pestaña postiza sin llevarla”.

En cuanto a los labios, Mónica los llevó muy naturales y jugosos, de color fresa, “creando el efecto labio mordido, con acabado gloss. Para ello, tiene más intensidad en el centro y se va difuminando en un tono más claro hacia las comisuras”, afirma la sevillana.

Para terminar el rostro de la novia, María utilizo de nuevo spray fijador “y polvos matizadores en puntos concretos, como en la zona T, en las aletas de la nariz y en la zona de la ojera, un pelín. Pero este maquillaje no va muy matizado. Es un look bastante glim al completo. Muy integrado con su piel”.