Recordamos la controvertida boda de Gina Lollobrigida y Javier Rigau
La actriz italiana y el empresario español contaron, en exclusiva, sus planes de pasar por el altar, y restaban importancia a la diferencia de edad que les separaba; 34 años
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“Ha de quedar muy claro que lo nuestro empezó hace mucho. Si no se tiene en cuenta van a pensar que estoy loca”, contaba en exclusiva Gina Lollobrigida para ¡HOLA! acerca de sus planes de boda con Javier Rigau. La diferencia de edad no existía para ellos; ella tenía setenta años y él, cuarenta y cinco. Treinta y cuatro años de diferencia.
La actriz italiana -recientemente fallecida- anunciaba el otoño de 2006 sus planes de boda. El icono italiano que tantas veces había huido del matrimonio, ahora le decía ‘sí’ al empresario español, totalmente alejado del foco mediático y la popularidad. Una boda que no tendría un final feliz: la actriz terminó denunciándolo por estafa y falsedad documental por el matrimonio “por poderes”, que contrajeron en 2010.
“Antes de conocer a Javier yo había sentido la pasión, pero nunca el amor”
Su vida privada, siempre noticia
Antes de iniciar su relación con Javier Rigau, la mujer ‘más bella del mundo’, tuvo una relación durante décadas con el doctor Milko Skofic, le dijo ‘no’ al magnate Howard Hughes - que estuvo décadas pidiéndole que se casara con ella-, y sus pretendientes iban in crescendo, pero ella no fue nunca mujer enamoradiza, hasta que el empresario barcelonés se cruzó en su camino y daba rienda suelta a su particular dolce vita.
En 2006 nos abría las puertas de su mansión de Roma -concretamente en la vía Antica- para presentarnos a su futuro marido. “Nos casaremos antes de fin de año, por la Iglesia. El traje no será blanco. Lo que sí tendrá es un look muy español, en honor a Javier”, nos contaba la actriz ilusionada.
La intérprete de Pan, amor y fantasía estaba completamente enamorada del empresario y gritaba a los cuatro vientos que era feliz y que la diferencia de edad tan solo era un número. “Siempre tuve debilidad por los hombres jóvenes, porque son generosos y no tienen complejos. Javier, como todos los españoles, es apasionado, y eso a mí me encanta”. Para el enlace, que terminaría celebrándose en el año 2010, su prometido le regaló una espectacular esmeralda de 36 quintales como anillo de pedida, que la actriz luce en las imágenes de este reportaje.
‘Amor a primera vista’
La diva italiana se definía ‘intensa’ en todas las facetas de su vida. No era solo una actriz, era mucho más; fotógrafa, escultora y actriz a partes iguales, pero cuando se apagaban los focos existía una Gina Lollobrigida con miedo a no encontrar el ‘amor verdadero’ por culpa de su popularidad. “En todas mis experiencias de la vida con los hombres que eran más importantes que yo resultó que ellos acabaron teniendo miedo de mi popularidad”. Porque cuando las relaciones iban a más y se iban convirtiendo en amor, los hombres ‘huían’.
Pero ahora, había encontrado a su alma gemela -ambos se conocieron en 1984, en Montecarlo, el lugar de muchos de sus encuentros- y se mostraba ‘arrepentida’ de no haberse casado antes con él.
Sus experiencias con hombres nunca la llevaron a estar enamorada, simplemente sentía ‘pasión’. “Antes de conocer a Javier, yo había sentido la pasión, pero nunca el amor. Y mis experiencias anteriores no fueron buenas. Entre otras cosas, porque había problemas de celos. El hombre es siempre más celoso que la mujer”, relataba. Aunque dejaba claro que con Javier nunca había tenido motivos para estar celosa. Por su parte, Javier Rigau definió su relación como ‘amor a primera vista’.
“Siempre tuve debilidad por los hombres jóvenes, porque son generosos y no tienen complejos. Javier, como todos los españoles, es apasionado, y eso a mí me encanta”
Gina Lollobrigidia era considerada por muchos ‘la mujer más bella del mundo’, pero para ella este calificativo era simplemente una prueba del amor incondicional que su público sentía hacia ella. “El público confunde siempre a la estrella que aparece en la pantalla con la persona que hay debajo de esa estrella”. Con los pies en la tierra, Gina era consciente de que nadie le había regalado nada y que su carrera no había sido fácil. “Nadie me ha dado nada. Todo el mundo sabe que he hecho mi carrera sola, sin ayuda alguna. Y sin compromisos”.
Separación de bienes
“Nos casamos, como he dicho, por la Iglesia y haremos separación de bienes”, explicó la actriz en las páginas de nuestra revista. Su objetivo era legalizar una relación después de tantos años y “no seguir mintiendo sobre que Javier es un amigo”. “Tiene que ser así porque siempre he hecho lo que he querido”. “Me caso porque lo siento, y estoy segura de que el público que me quiere compartirá conmigo mi felicidad. Por eso, ahora digo: ‘¿Por qué tengo que seguir mintiendo y escondiendo una relación diciendo que Javier es un amigo?’. La gente que me quiere va a decir: ‘¡Brava!’”
“Ha de quedar muy claro que lo nuestro empezó hace mucho. Si no se tiene eso en cuenta van a pensar que estoy loca”
Pero no todas las historias de amor tienen un final feliz y esta relación fue una de ellas. En el año 2016, la fiscalía de Roma solicitó una pena de ocho meses de prisión para el empresario barcelonés por estafa en la boda celebrada en 2010 entre él y la actriz italiana. Aunque Rigau fue absuelto en marzo de 2017, fue acusado de acceder al patrimonio de la artista mediante ese enlace.
© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.
