La familia Estefan nos recibe por Navidad: recuerdos, emociones y sueños cumplidos
Cantan en un disco las canciones favoritas de su Nochebuena
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Dan igual los premios. Y el éxito. Y los números uno. O los miles de discos vendidos en todo el mundo. Al final, lo único que importa es el amor. El sentirse querido, apoyado, protegido, cuidado… Y de todo eso son aún más ricos en la casa de los Estefan. Y no, no es una impostura del marketing ni una imposición familiar por aquello tan latino del “qué dirán” y el cliché de la familia unida. Todo lo contrario. Son muy libres, extremadamente incluso. Pero su elección es la unión. Les hace fuertes. Y porque lo suyo no ha sido un camino de rosas.
Ni en los comienzos, como suele suceder en todo viaje del héroe, pero tampoco una vez alcanzada la cima. Pero, aun así, han sabido, a golpe de amor, salir adelante y revertir las flaquezas en fortalezas. De ahí que den gracias. Todos. Juntos. A la vez. Desde el más pequeño al más mayor. Porque todos tienen su importancia. Y porque, nunca mejor dicho, tienen una voz. La familia Estefan acaba de grabar un disco navideño. Perdón, de grabar no, que se metieron en el estudio en julio y agosto, cuando Sasha, que saca unas excelentes notas, estaba de vacaciones escolares y resulta que ejerce de productor asociado del álbum. Nada más y nada menos. Pero ahora, a un mes de comerse las uvas, porque los Estefan se comen las doce uvas, sale a la luz este agradecimiento a la vida por Navidad, Estefan Family Christmas.
Por primera vez, Emilio Estefan canta en un disco. El “milagro” lo obró su nieto Sasha, con quien el afamado productor hace un dueto que, en esta ocasión, ha producido Gloria, su mujer
Thankful es el single elegido de un compacto con clásicos de todos los tiempos, revisitados por Gloria, la abuela; Emily, la hija; Sasha, el pequeño de la familia (hijo de Nayib, el primogénito de la pareja), y el abuelo Emilio. Sí, Emilio, el gran productor de Shakira, JLo o Ricky Martin, que se arranca a cantar por vez primera… Lo que no consiga un nieto…” He cumplido un sueño”, cuenta a ¡HOLA! la estrella cubana desde Nueva York minutos antes desfilar en la gran fiesta de Thanksgiving de la Gran Manzana.
Porque el álbum, nos explican, no es otra cosa que un reflejo de lo que ocurre alrededor de la mesa el día de Nochebuena, cómo todos los integrantes de la familia se ponen a cantar, agradecen lo bueno que les ha traído el año que se va y expresan los deseos por cumplir para el que se avecina. “Viajábamos tanto que la Navidad era el momento para estar en casa, en familia, porque, aunque siempre me he acompañado de mis hijos, hacíamos hincapié en estar en casa para el 24. Íbamos a casa de mi mamá y ella cocinaba… Ahora, tristemente, también son tiempos para la nostalgia desde que ella nos dejó… Pero, de esas reuniones familiares, nació este disco. Y te confieso que, secretamente, para mí era una excusa para estar más tiempo con los míos”.
¿El balance de sus cuarenta y cuatro años de casados? “Lo rápido que se me han pasado. Y puedo contar con los dedos de una mano las veces que hemos reñido”, nos cuenta la cantante, que acusa a su marido, entre bromas, de “malcriarla”
De la pérdida de la matriarca, nació Te extraño, otro de los pocos temas inéditos del LP, que salió de las manos de Emily. O, mejor dicho, de las teclas, porque ella y su sobrino pasan horas componiendo con el PC. “Debe de ser muy bonito aprender de los hijos, pero, aún más enorgullecedor, que sea un nieto, ¡de solo diez años!, el que te enseñe ¿no?”, preguntamos. “Somos tres generaciones en un solo disco y tres maneras diferentes de pensar. Es un regalo. Me parece magia que se pueda escribir una canción con una computadora, pero ¿sabes qué? Que mi hija y mi nieto saben hacer magia. Doy gracias todos los días porque mis descendientes puedan hacer ya lo que yo soñaba un día por ser cuando llegué desamparado a este país. Los sueños se cumplen y, si no, eche un vistazo a tantas y tantas familias latinas que hoy, por fin, están triunfando”, relata Emilio, el patriarca, que recuerda con viveza los años que vivió en Madrid, la esquina donde tocaba el acordeón para ganarse unas perrillas, el comedor de beneficencia…
Es evidente lo inspirador que es para cualquiera su historia vital, pero, sobre todo, para los miles de emigrantes. “A mis hijos les he dicho siempre: “Nada que vale la pena es fácil. Todo lo que tiene valor es difícil de adquirir. Necesitas disciplina, perseverancia y apoyarte el uno en el otro. Confiar. Y cuidarte mucho””. En cuidarse está, dicen, el secreto de los cuarenta y cinco años que están a punto de cumplir como matrimonio. “¿Balance?”. “Lo rápido que se siente. Se me han pasado enseguida. Y puedo contar con los dedos de una mano las veces que hemos reñido”.
Y lo que parece increíble: si riñen, es porque Emilio le regala demasiadas cosas. “Me malcría, y eso no es bueno” dice la estrella de Mi canto, con ese carácter inquebrantable que, por cierto, además de la voz, también ha heredado Emily. Ella salió del armario hace un tiempo ganándose el respeto de sus padres. “Somos una familia de mujeres valientes. De mujerones”, dice orgullosa Gloria Estefan.
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