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Catherine Zeta-Jones y Michael Douglas celebran hoy 22 años de matrimonio. Una cifra realmente espectacular en términos de longevidad de los enlaces en Hollywood, que tienden más a durar un suspiro. Eso sí, a lo largo de la historia de la actriz que da vida a Morticia en la serie Miércoles y el hijo de Kirk Douglas no todo ha sido felicidad. De hecho, hubo momentos muy duros que pusieron su relación a prueba. Estas son algunas de las vivencias que han definido su historia de amor.
Catherine Zeta-Jones comparte el secreto de su longevo matrimonio con Michael Douglas
1998: el encuentro propiciado por Antonio Banderas
Fue en el Festival de Deauville, Francia, en septiembre de 1998 cuando se conocieron. Catherine presentaba La máscara del Zorro junto a Antonio Banderas, y este, que por entonces estaba casado con Melanie Griffith, fue quien los presentó a petición de Michael. Aquella primera cita salió fatal pues al poco rato de comenzar a hablar, Michael le aseguró a su futura esposa que se convertiría en el padre de sus hijos, un comentario tras el que ella se despidió rápidamente de él para evitar malentendidos. Por entonces, Douglas seguía casado con su primera mujer, Diandra.
De aquella cita, el actor sacó en claro que a Catherine le apasionaba el golf como a él y que ambos cumplían años el mismo día, el 25 de septiembre. Eso sí, mediaban 25 años entre uno y otra, una diferencia de edad que no fue obstáculo para su amor. Una disculpa acompañada de un ramo de flores enderezó la torpeza de aquel primer encuentro.
Una boda por todo lo alto
Hace exactamente 22 años, el 18 de noviembre de 2000, Michael y Catherine se daban el “sí, quiero”. A su boda acudió lo más granado del mundo del cine, pero también personalidades como el entonces secretario de la ONU Kofi Annan. La diferencia de edad entre ambos (Catherine acababa de cumplir 31 y Michael se acercaba ya a los 60) hizo que mucha gente apostara a que aquella iba a ser una relación corta. Se equivocaron, aunque no les han faltado obstáculos a lo largo de todo este tiempo.
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Los problemas del hijo mayor de Michael hacen mella en su relación
El hijo de Michael y Diandra Douglas, Cameron, comenzó una peligrosa espiral en el mundo de las drogas en 1999 que diez años después terminó con él en la cárcel. Aquellas constantes detenciones preocuparon, y mucho, al matrimonio, que había protagonizado la película Traffic en el año 2000, poco después de casarse. En ella, Michael interpretaba a un juez que veía cómo su hija caía en ese mundo oscuro. El actor, que tras el encarcelamiento de su hijo confesó haber sido un mal padre, también reconoció que llegó a temer por su vida.
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2010-2013: enfermedad y crisis
En el año 2010, Michael acudió al médico aquejado de un dolor de garganta que terminó siendo un cáncer. Aquel era solo el primer escalón de una serie de desgracias que sufriría el matrimonio Douglas-Jones a lo largo de los años siguientes. En 2011 le diagnosticaban trastorno bipolar a Catherine, quien fue ingresada dos veces por esta causa (la última, en abril de 2013). Un mes después, el matrimonio se separaba, aunque esta situación no se hizo pública hasta el mes de agosto. Una de las causas podría haber sido las declaraciones del actor acerca del posible origen de su dolencia (su adicción al sexo). Sin embargo, no iniciaron los trámites de divorcio y el episodio se quedó solo en una crisis.
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Unos meses después, se daban una segunda oportunidad, y en 2014 renovaban sus votos, coincidiendo con el cumpleaños de ambos. Querían dar comienzo a una nueva etapa que, como se ha podido ver, los ha mantenido juntos durante casi una década más.
Hoy: una familia sólida y orgullosa
Han pasado los años y hoy Catherine y Michael no solo están más unidos que nunca (especialmente tras la muerte de Kirk, el patriarca de la familia), sino que son dos padres que adoran a sus hijos. Dylan, el mayor, se graduó el pasado mes de mayo en Ciencias Políticas. Un logro doblemente importante dado que tuvo que recibir, como su padre reveló, educación especial en sus primeros años para superar su dislexia. Carys, tras finalizar sus estudios secundarios, ha decidido seguir los pasos de su hermano y estudia la misma carrera. Aunque ambos están interesados en la profesión de sus padres, han elegido darle prioridad a sus estudios, algo que tanto a Michael como a Catherine les llena de orgullo.
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