El apasionante reto profesional por el que Tamara Rojo se muda a San Francisco junto a su familia

Ha conseguido un doble hito: será la primera mujer que asume la dirección artística del San Francisco Ballet y la primera española en dirigir una compañía de primera línea en Estados Unidos

Por B. Moreno

El mundo de la danza de nuestro país está de enhorabuena ya que Tamara Rojo será la primera mujer en dirigir el Ballet de San Francisco (SF Ballet), al haber sido nombrada directora artística, tal y como han informado desde la propia compañía. A través de un comunicado, han señalado que con la incorporación de la bailarina española se busca un equilibrio con un "enfoque innovador y coreografías contemporáneas" gracias a su "profunda dedicación al ballet clásico". Tamara Rojo, que hasta ahora ha dirigido el English National Ballet durante nueve años y medio, se unirá al SF Ballet y, tal y como han afirmado, aportará "excelencia e innovación" en la que es la compañía de danza más antigua de Estados Unidos. Tamara, de 47 años, consigue un doble hito con este nombramiento ya que, no solo será la primera mujer en asumir el cargo, sino que también se convertirá en la primera española en dirigir una compañía de primera línea en EE.UU.

Conoce a Isaac Hernández, pareja de Tamara Rojo que deslumbra en 'Alguien tiene que morir'

VER GALERÍA

La coreógrafa y bailarina Tamara Rojo será madre a los 46 años

Su incorporación se hará efectiva a finales de 2022, sustituirá en el cargo a Helgi Tomasson, de 79 años, quien ha sido director de la compañía durante los últimos 37 años, su duración en el cargo ha sido una de las más longevas en puestos directivos de estas características en el ámbito del ballet contemporáneo internacional. La decisión, tomada tras una búsqueda de diez meses, ha sido resuelta por un comité presidido por los miembros de la Junta Directiva, junto con miembros del personal, los bailarines y los músicos de la compañía. La coreógrafa se mostraba muy ilusionada ante su nuevo reto profesional ya que ha afirmado que durante mucho tiempo "admiré al San Francisco Ballet como una de las compañías de danza más creativa de los Estados Unidos, que ofrece a tantas voces artísticas la oportunidad de crear obras para algunos de los mejores bailarines del mundo". También ha expresado estar emocionada por "unirme al Ballet de San Francisco para contribuir al espíritu innovador de la compañía mientras reevaluamos cómo puede y debe ser el futuro del ballet", ha expresado la bailarina.

VER GALERÍA

Por su parte, los presidentes del comité de búsqueda, Sunnie Evers y Fran Streets, se han pronunciado al respecto y han puesto en valor el papel que tendrá Tamara Rojo. "El ballet clásico está evolucionando desde un pasado muy tradicional y, como visionaria creativa, Tamara es la líder dinámica que cambiará eso", han dicho. En esta nueva aventura profesional Tamara no estará sola ya que se mudará a California junto a su pareja, Isaac Hernández, de 31 años, quien, recientemente ha sido nombrado bailarín principal del Ballet de San Francisco. Llevan juntos 5 años y han formado una familia, el pasado mes de marzo daban la bienvenida a su primer hijo, Mateo, ahora comienzan una nueva andadura laboral y personal en Estados Unidos.

VER GALERÍA

Nacida en 1974 en Canadá, donde residían sus padres, ambos de nacionalidad española, pero formada en Madrid, Tamara Rojo ha sido directora artística del English National Ballet (ENB) y bailarina principal del Royal Ballet, primera compañía de danza del Reino Unido. En 2005 ganó junto a Maya Plisetskaya el Premio Princesa de Asturias de las Artes. También ha sido galardonada con otros importantes reconocimientos como los premios Positano, en 2004, y Benois, en 2008. En 2011 recibió la Encomienda de Isabel la Católica; en 2012 los reyes don Juan Carlos y doña Sofía le entregaron la Medalla de Oro a las Bellas Artes y en 2016 fue condecorada con la máxima distinción que el Reino Unido puede otorgar a alguien que no es del país y que recibió de manos del príncipe Carlos de Inglaterra la Orden del Imperio británico por su contribución a la danza.

Cuando llegó al ENB contaba con un sólido prestigio como primera bailarina, ya que venía de la plantilla y el cartel estelar más alto en el Royal Ballet de Londres, pero sin experiencia directiva. Algo que no fue un escollo para ella y, gracias a su tenacidad y disciplina, devolvió a la compañía a lo más alto. Mientras tanto, siguió con su carrera de bailarina y, la compatibilizó con la de coreógrafa, acumulando una visión de la dirección más creativa, con nuevas obras en las que compagina el repertorio tradicional con el de coreógrafos más actuales. También ha destacado por haber impulsado especialmente el papel de las mujeres coreógrafas.