En la planta baja, la mayoría de las casas contaban antiguamente con una bodega en la que almacenaban el vino. Una tradición que define a los 22 municipios que conforman la Ruta del Vino Sierra de Francia, entre los que se encuentra, claro, San Martín del Castañar, y que tiene a la uva rufete como protagonista. Para catar las bondades de los ricos caldos que por aquí se elaboran, hacemos parada técnica —que, oye, nunca está de más— en uno de sus dos restaurantes más emblemáticos. Ya sea en el Mesón de San Martín (ruralbuenaventura.com) o en el restaurante Posada de San Martín (posadasanmartin.es), acompañamos la copita de vino con algo de jamón ibérico o embutido local, seguimos con unas magníficas patatas meneás, y terminamos con una ración de cabrito cochifrito. Qué, ¿paseamos —de nuevo— para bajar la comilona? Va a ser que sí.