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PARQUE NACIONAL LAHEMMAA
Distancia: 35'

A menos de 50 kilómetros de Tallín, la capital de Estonia, Lahemmaa es una excursión de naturaleza imprescindible desde la capital, con bonitas bahías, bosques, playas, senderos mágicos, antiguas casas solariegas y la cascada de Jägala, el salto de agua más alto de Estonia, con 8 metros de alto y 50 metros de ancho. Entre los lugares que no hay que perderse, el pantano de Viru, el sendero del castor de Oandu, el pueblo de pescadores de Altja y la mansión de Sagadi.

 

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PÄRNU
Distancia: 1 h y 30'

Bonita arquitectura de madera y numerosos conciertos de verano y terrazas, también playas de arena y baños de lodo. Es lo que ofrece la capital estival de Estonia. Su casco antiguo está adornado de edificios modernistas, de influencia alemana y soviética, balnearios donde relajarse, la iglesia de Santa Catalina y terrazas donde degustar la gastronomía local.

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VILJANDI
Distancia: 1 h y 45'

Espléndidas colinas y valles teñidos de blanco por sus rosas, famosas en todo el país, rodean esta ciudad al sur de Estonia. Conocida como la capital de la música folk, entre su puñado de imprescindibles figuran los restos de su castillo y su alargado lago. En el condado al que da nombre la ciudad, dos lugares de naturaleza excepcional: Olustvere, una casa de casa señorial de las mejor conservadas de Estonia, y el Parque Nacional Soomaa.

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TARTU
Distancia: 2 h y 10'

A unos 180 kilómetros de Tallin, esta ciudad universitaria respira vida e intelectualidad. Es la más antigua de Estonia, como su universidad, la Tartu Ülikool, también entre las importantes del Báltico. Nadie se pierde en ella el barrio de Supilinn, con sus casas de madera y sus cafés de novela, el parque de Toomemägi, con su antiguo observatorio y el ayuntamiento neoclásico.

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ISLA SAAREMAA

Es la isla más grande de Estonia y una de las cuatro habitadas del archipiélago Moonsund. Llana y boscosa y con una densidad de población muy baja, así que la vida en ella transcurre tranquilamente. Un lugar para disfrutar de sus playas, del cráter de Kaali –donde impactó un gran meteorito–, de sus famosos molinos de Angla, del faro Kiipsaare y, por supuesto, de pasear por el casco antiguo de Kuressaare, su capital. Aquí se encuentra una de las fortalezas medievales más importantes del norte de Europa, el castillo de Kuressaare, que acoge un museo dedicado a la historia de la isla.

 

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CASTILLO DE RAKVERE
Distancia: 1 h 

Descubrir las impresionantes ruinas de esta fortaleza del siglo XIII del norte de Estonia es como viajar en el tiempo. Levantado entre los siglos V y VI como una fortaleza de madera, pasó por las manos de daneses, polacos y suecos hasta que en el XIV paso a ser de piedra. Hoy en día es un importante centro cultural que ofrece multitud de actividades, además de un perfecto mirador con las mejores panorámicas de esta ciudad. Otros lugares para descubrir en Rakvere son la plaza de la ciudad contemporánea y la cultura del spa.

 

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HIIUMAA

La Unesco ha declarado esta isla, la segunda más grande de Estonia, Reserva de la Biosfera. Una maravilla natural con el 60% de su superficie cubierta por bosques, en los que habitan más de 50 especies raras protegidas. No faltan en ella playas de aguas cristalinas y un faro, el de Kõpu, levantado hace más de 500 años. Hiiumaa es otra de las islas a las que se puede llegar en ferri, como sus vecinas de Saaremaa, Kihnu, Ruhnu y Vormsi.

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HAAPSALU
Distancia: 1 h y 15'

Por las estrechas calles de su casco antiguo con casas con entramados de madera, mansiones de estilo modernista, sus lagos y vías fluviales y sus agradables paseos junto al mar, Haapsalu es una de las ciudades más románticas de Estonia, tanto es así que la llaman la Venecia del Norte o la Venecia del Báltico. También tiene un castillo medieval, una estación de tren con historia –consturida para las visitas del zar, que nunca llegó– y barros de propiedades curativas y terapéuticas.

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NARVA
Distancia: 2 h y 25'

El río Narva actúa como frontera natural entre Estonia y Rusia. En el lado estonio, la ciudad de Narva es una parada muy interesante. Aquí se habla mayoritariamente ruso, incluso la arquitectura del centro tiene un aire soviético. Narva tiene un bonito paseo marítimo desde donde se ve el castillo de Hermann. Es una construcción de finales del siglo XIII que puedes visitar para descubrir la historia de esta frontera. Junto al río del mismo nombre y frente a la fortaleza de Ivangorod, está el también conocido como castillo de Hermann. Fue levantado por los daneses en el siglo XIII y desde entonces sufrió diferentes remodelaciones y ampliaciones debido a las constantes disputas entre suecos y rusos. La torre Pikk Hermann es su principal símbolo y actualmente alberga un museo.

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