Espacios naturales para un sinfín de aventuras en la naturaleza

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Recorrer la sucesión de hoces que dibuja el cañón del Ebro, navegar por el Canal de Castilla, acceder a una ermita rupestre en el complejo kárstico de Ojo Guareña, quedarte boquiabierto viendo a miles de avutardas en la laguna de Villafáfila, o recorrer la senda del Cares. Todos estos privilegiados espacios de Castilla y León son para sorprenderse y disfrutar al aire libre.

SIERRA DE GREDOS (ÁVILA)
Lagunas, circos, gargantas, riscos, galayos y cuchillares que culminan en los 2.592 metros del pico Almanzor resumen este impresionante paisaje modelado por la erosión glaciar en las rocas graníticas del Sistema Central que es la Sierra de Gredos, una de las señas de identidad de la provincia de Ávila. Para descubrir su quebrado corazón montañoso, un auténtico paraíso para la cabra montés, existen varias alternativas, pero la ruta más popular es la que lleva, entre praderas, cascadas y fuentes de agua cristalina, a La Laguna Grande, que tiene en el mirador de la Laguna su mejor panorámica, donde se admira la inmensa hoya protegida por las montañas que la rodean.

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CAÑONES DEL EBRO (BURGOS)
Unos cuantos millones de años les ha costado a las aguas del Ebro tallar en las rocas calizas de Burgos esta sucesión de hoces y cañones que, en algunos puntos, supera los 200 metros de pofundidad. En este entorno habita una valiosa fauna arriba y abajo del profundo tajo, una vegetación que se desploma sobre las múltiples sendas que invitan a ser recorridas a pie o en bicicleta. Si todo esto va aderezado de pintorescos pueblos de piedra, como Pesquera del Ebro, Cortiguera, Valdelateja y, sobre todo, Orbaneja del Castillo, en cuyo centro brota una poderosa cascada, el resultado final es uno de los parajes más bellos de España.

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CANAL DE CASTILLA (PALENCIA/VALLADOLID)
En un principio fue un sueño. Después un proyecto de locos. Más tarde una obra faraónica. Ahora, además de seguir llevando agua a campos y poblaciones, el Canal de Castilla es una oportunidad para viajar por la provincia de Palencia de norte a sur y por una parte de la de Valladolid. El canal se puede recorrer a pie, en bici, pero, sobre todo, un tramo hay que hacerlo navegando. Los barcos salen desde el Centro de Interpretación de Herrera de Pisuerga o desde Medina de Rioseco. En el camino, paradas imprescindibles son la dársena de Alar del Rey, el remonte de la esclusa en la presa de San Andrés en Herrera de Pisuerga, el conjunto de esclusas de Frómista –además de la iglesia románica de San Martín y el espectáculo multimedia de Santa María del Castillo– y, en Villaumbrales, el Museo del Canal de Castilla. También son de interés en la ruta el espacio astronómico San Pedro Cultural de Becerril de Campos, la iglesia del pueblo de Dueñas y el monasterio de San Isidro de Dueñas.

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VALLE DE IRUELAS (ÁVILA)
Iruelas es un valle sorprendente. Tiene de todo: una naturaleza desbordante, mucha agua y hasta un rey, el buitre negro. Montes tapizados del verde de los pinos, cumbres suaves de granito, barrancos, gargantas, berrocales y aguas, las del río Alberche, remansadas en el pantano del Burguillo, brindan, en las estribaciones de Gredos, un espacio ecológico para todo tipo de aventuras: recorridos senderistas, caminos para hacer trekking, paseos a caballo por las riberas de los ríos, rutas en piragua… La senda Botánica y la del Cerro de la Lancha de las Víboras son algunas de las más cortas y fáciles, más tiempo lleva la subida al puerto de Casillas para luego continuar hacia el Cerro de la Escusa el Pozo de la Nieve. En la zona de Las Cruceras se encuentra la oficina de información del valle.

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CAÑÓN DEL RÍO LOBOS (SORIA)
A tiro de piedra de la monumental El Burgo de Osma espera un paisaje tallado con paciencia infinita por la erosión, es el que dibuja las mil y una revueltas el río Lobos entre la localidad de Hontoria del Pinar y su desembocadura en el río Ucero, a los pies del castillo de esta población soriana. Entre ambos puntos median casi 25 kilómetros de riscos rojizos, cantiles que en algunos lugares superan los 100 metros de altura, infinidad de covachas y todo un repertorio de caprichosas formas con las que la naturaleza acostumbra a decorar sus rincones de piedra caliza. En el más maravilloso recodo, los templarios plantaron, rondando el siglo XII, la ermita románica de San Bartolomé. La visita al lugar comienza en Ucero, haciendo un alto en el Centro de Interpretación del parque. El camino más sencillo lleva en diez minutos desde el aparcamiento de Valdecea hasta el rincón más emblemático del parque: el estrechamiento del cañón que vigilan la ermita desde un lado y la boca de la Cueva Grande.

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LAS MÉDULAS (LEÓN)
En El Bierzo, en el noroeste leonés, se encuentra el fantástico paraje arqueológico de Las Médulas, un tortuoso y zigzagueante laberinto de picachos y agujas de color ocre que sobresalen entre la vegetación de castaños centenarios, escobas y brezos. Es el accidentado y descomunal resultado de la mayor explotación de oro del Imperio Romano en la Península Ibérica, donde se calcula que los romanos extrajeron unos 600.000 kilos de oro. Esta inquietante orografía que ha permanecido intacta tras su abandono en torno al siglo III, es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Justo a la entrada del pueblo de Las Médulas se ha instalado el aula arqueológica, cuya visita resulta imprescindible para entender mejor tanto los procesos mineros que han conformado el paisaje, como la forma de vida de sus pobladores. El paseo a pie más frecuente es el que conduce hasta las cavidades de La Cuevota y la galería de Orellán, pero para tener una visión del conjunto el mejor enclave es el mirador de Orellán.

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HOCES DEL DURATÓN (SEGOVIA)
El paisaje uniforme y regular de la meseta castellana se rompe de forma repentina en el entorno del Duratón, donde, poco después de pasar por la localidad de Sepúlveda, se encañona entre escarpados acantilados calizos de 70 metros a los que hay que asomarse para observar el poderío de su corriente, capaz de construir este retorcido y sinuoso cañón fluvial repleto de riqueza natural. Aquí habita una de las colonias de buitre leonado más numerosas de España, con casi 700 parejas nidificantes, además de alimoches, halcones peregrinos, águilas reales y búhos reales. En uno de los meandros del cañón, de 24 kilómetros de longitud, se alzan las ruinas del convento de la Hoz, y en el siguiente, la ermita de San Frutos, una iglesia románica del siglo XI, donde se retiró el patrón de Segovia. Antes de llegar a las hoces conviene pasar por la Casa del Parque, situada en la iglesia románica de Santiago, en Sepúlveda, donde se orienta sobre las rutas senderistas señalizadas o cómo recorrer el cañón en piragua.

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LAGUNA NEGRA (SORIA)
Emulando ese viaje que hizo Machado en 1910 al nacimiento del río Duero y que le inspiró su romance de La Tierra de Alvargonzález, se llega hasta esta oscura y enigmática laguna a los pies del pico Urbión, la más grande de las lagunas glaciares que quedan en la imponente sierra donde convergen Soria, Burgos y La Rioja. No hay que hacer ningún esfuerzo para llegar hasta ella y eso que se encuentra encajada a 2.000 metros de altura entre paredes graníticas y bordeada por infinitos pinares. Cuando se tiene ante los ojos esta “agua pura y silenciosa/ que copia cosas eternas; agua impasible que guarda/ en su seno las estrellas” solo queda la contemplación.

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LAGUNAS DE VILLAFÁFILA (ZAMORA)
A unos cuarenta kilómetros de Zamora, entre noviembre y marzo, miles de aves llegan a estas lagunas huyendo del frío siberiano en busca de temperaturas más suaves y aguas menos heladoras. Para descansar o emparejarse, se quedan en este espacio natural protegido durante el invierno antes de regresar a las tierras más frías del norte de Europa al comienzo de la primavera. Tanta es la atracción que acapara que las lagunas albergan la mayor concentración de avutardas del mundo, con más de 3.000 ejemplares, todo un espectáculo, pero también se ven, mejor con prismáticos, el ánsar común, el ánade friso, grullas… En la reserva natural hay varios observatorios de fauna y también se puede visitar la Casa del Parque y el Parque de Fauna. El recorrido más habitual se hace a pie rodeando la Laguna Salina Grande.

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PICOS DE EUROPA (LEÓN)
El mirador de Valdeón, el valle de Sajambre y el desfiladero del Cares son los principales atractivos de la parte leonesa de los Picos de Europa, esa peculiar naturaleza geológica que se reparte en tres macizos bien diferenciados. El valle de Sajambre es un aislado territorio rodeado de montañas y cubierto por densos hayedos y robledales donde tiene sus fuentes el cantábrico rio Sella. En su entorno, además de altivos picos –Torre Bermeja, Torre Parda y Peña Santa de Castilla– destacan pueblos interesantes como Oseja y Soto de Sajambre, y la senda del Arcediano, un atractivo camino empedrado de 13 kilómetros que enlaza Soto de Sajambre con la aldea asturiana de Amieva y permite superar el desfiladero de Los Beyos, por donde discurren las impetuosas aguas del Sella. Delimitada por increíbles precipicios, la senda del Cares, discurre a lo largo de 14 kilómetros entre Poncebos (León) y Caín (Asturias) por la profunda garganta tallada por el río, uno de los lugares de mayor interés paisajístico de España.

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OJO GUAREÑA (BURGOS)
Con cien kilómetros de desarrollo, el complejo kárstico de Ojo Guareña es el conjunto de cuevas más extenso de la península Ibérica y está entre los diez mayores del mundo. A su indiscutible interés espeleológico se suma el hallazgo en su interior de varios santuarios prehistóricos y una serie de invertebrados exclusivos. Además de visitar el impresionante sumidero del Ojo del Guareña, se puede visitar la ermita rupestre de San Bernabé, uno de los santuarios cristianos más originales de España, cuyas paredes están cubiertas por un gran mural realizado entre los siglos XVII y XVIII en el que se cuenta con detalle la vida, obra, once milagros y martirio de San Tirso, primera advocación de la ermita. El recorrido por las acondicionadas galerías lleva unos veinte minutos de duración y permite admirar unas llamativas pinturas rupestres. El el extremo más occidental de este monumento natural, se localiza un escondido y quebrado territorio conocido como los Canales de Dulla, un auténtico laberinto paisajístico modelado por la erosión kárstica en el que abundan cañones calizos, dolinas, simas, pozos, cuevas y surgencias.

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FUENTES CARRIONAS y FUENTE COBRE (PALENCIA)
La Montaña Palentina que ve discurrir el curso alto del Carrión y del Pisuerga es un minucioso tapiz en el que deslumbran por igual sus inmensas cumbres, sus verdes bosques y una maravillosa concentración de arquitectura románica. Todo ello aderezado con el encanto de unos pueblos en los que, por su aislamiento, pervive una arquitectura tradicional en armonía con el paisaje. En el corazón más escarpado de la montaña nace el Carrión, cuya laguna da nombre a toda la comarca y cuyas fuentes están tan aisladas que es posible descubrir en ellas las huellas de varias parejas de osos. Donde brota el Pisuerga –Fuente Cobre- lo que predomina son los bosques caducifolios.

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SIERRA DE FRANCIA (SALAMANCA)
Bajo la agreste silueta de la Peña de Francia –que desde sus 1.723 de altura ofrece las mejores y más dilatadas perspectivas de toda la comarca, además de acoger junto a la cumbre el santuario de la venerada Virgen de la Peña de Francia– se abren unos pintorescos valles cubiertos por frondosos bosques de robles y castaños en los que viven algunas de las especies más amenazadas de la fauna ibérica. También se descubren pueblos tan bonitos y bien conservados como La Alberca, Mogarraz, San Martín del Castañar, Sequeros o Miranda del Castañar. Cuatro senderos señalizados los unen combinando el aliciente de una naturaleza deslumbrante con la sorpresa de ir descubriendo un reguero de instalaciones artísticas a lo largo de ellos, son los Caminos de Arte.