Ale Capetillo ha regresado a México para cerrar el año rodeada de aquello que da sentido a su vida: su familia y las raíces que la sostienen. En medio de celebraciones, reencuentros y días que transcurren sin prisas, la hija de Biby Gaytán y Eduardo Capetillo ha decidido hacer de lo cotidiano un acto profundamente significativo, especialmente al reencontrarse con una de las figuras más importantes en su historia personal: su abuela paterna, doña María del Carmen Vázquez Alcaide, a quien desde siempre llama con ternura ‘Yeya’. Lejos de los reflectores y del ritmo vertiginoso que suele acompañar su día a día, Ale ha mostrado que el verdadero lujo está en compartir tiempo, miradas y silencios con quien ha sido un pilar emocional a lo largo de su vida.
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Desde el segundo momento de esta visita, la modelo y creadora de contenido ha dejado ver la intensidad del vínculo que la une a su abuela, compartiendo instantes íntimos que hablan por sí solos. “Hace años que no me quedaba a dormir con mi ‘Yeya’, pero demasiado tiempo. Y siento que es un momento, que si tienes una relación así (cercana) con tu abuela, recomiendo no saltarla”, expresó conmovida en una historia de Instagram. Sus palabras acompañaron imágenes que retratan mañanas tranquilas, despertar una junto a la otra, peinarla con delicadeza o simplemente tomar el sol mientras hojean fotografías antiguas y escuchan relatos que conectan generaciones.
Esta cercanía no es nueva ni circunstancial. Ale ha hablado en diversas ocasiones de la profunda admiración que siente por su ‘Yeya’, una mujer que no solo ha sido testigo de su crecimiento, sino también guía, memoria viva y cómplice de momentos determinantes. Un ejemplo claro de ello se vivió durante su boda, cuando Ale decidió llevar como velo una mantilla sevillana que perteneció a su ‘Yeya’, un gesto cargado de simbolismo que unió pasado y presente en uno de los días más importantes de su vida.
La conexión de Ale con su abuela
Esa conexión especial también se ha reflejado en los viajes que han marcado su historia reciente. Previo a su boda civil, celebrada a mediados de abril, Ale Capetillo y su esposo, Nader Shoueiry, realizaron un viaje significativo por Sevilla, ciudad que representa una parte esencial de sus raíces familiares. En ese recorrido, la presencia de su ‘Yeya’ estuvo más viva que nunca a través de recuerdos y consejos que la acompañaron en cada paso. “Me presentaste a Sevilla, ahora me toca enseñártela en cada viaje”, escribió Ale en una publicación, recordando las recomendaciones turísticas que su ‘Yeya’ le compartió durante años.
No era la primera vez que Ale recorría Sevilla siguiendo los pasos de su ‘Yeya’. Un año antes, la joven había viajado sola con una lista de lugares que su ‘Yeya’ frecuentaba en su juventud, desde restaurantes emblemáticos hasta rincones llenos de historia personal. En esta ocasión, esa experiencia cobró un nuevo significado al compartirla con el hombre que hoy es su compañero de vida, mostrándole aquellos sitios donde su ‘Yeya’ solía comer y los espacios que formaron parte de su historia antes de mudarse a México.
Hoy, de vuelta en casa, Ale Capetillo confirma que su mayor ancla emocional sigue siendo su familia y, en especial, esa relación entrañable con su ‘Yeya’. Un lazo que no necesita grandes escenarios para brillar, sino tiempo compartido, memorias contadas al oído y la certeza de que el amor, cuando es genuino, se hereda y se cuida día a día.
