Sincera como suele ser, Michelle Salas compartió recientemente con sus seguidores algunos detalles muy personales sobre su salud y bienestar. La influencer reveló que desde hace tiempo ha estado lidiando con melasma, una condición que hasta el momento no tiene cura y que ha impactado en el cuidado de su piel.
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A través de una historia en Instagram, Michelle explicó que comenzó a notar cambios en su piel hace tiempo. “Desde hace un par de años me empezaron a salir manchas de sol y, la verdad, ha sido súper frustrante porque no es algo que se quite por completo”, señaló la hija de Luis Miguel y Stephanie Salas.
En ese mismo sentido, Michelle dijo que, a pesar de que el melasma es una condición que no tiene cura, sí se puede controlar. “Sí se puede mantener bajo control con constancia y el tratamiento adecuado”, finalizó.
Por otro lado, Michelle Salas también compartió que ha estado enfrentando una fuerte contractura muscular en el trapecio, una situación que le ha provocado molestias frecuentes. Para aliviar este problema, su médico le recomendó un tratamiento con bótox, pero no con fines estéticos, sino terapéuticos. “Me recomendó ponerme bótox en el trapecio (que siempre tengo tenso y contracturado) para relajar el músculo y evitar que el nervio se enganche, como me pasa seguido”, explicó.
¿Qué es el melasma?
El melasma es una afección cutánea que se manifiesta como manchas oscuras, generalmente en el rostro, y está vinculada a factores hormonales, exposición solar y predisposición genética. Aunque no representa un riesgo para la salud, sí puede afectar la apariencia y, en algunos casos, la autoestima. Según la American Academy of Dermatology (AAD), su tratamiento requiere constancia, protección solar diaria y, en algunos casos, intervención dermatológica especializada. Aun sin cura definitiva, es posible mantenerlo bajo control con los cuidados adecuados.