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A simple vista los conejos son mascotas muy fáciles de mantener, sin embargo hay muchos trucos y pautas que en ocasiones nos pueden hacer ver que no estamos haciendo todo de la mejor forma. A veces por exceso de cariño, protección o por querer darle al conejo un alimento que creemos deseado por él, podemos estar haciendo lo contrario de lo que necesita. A continuación repasamos varios malos hábitos que podrías tener de cara a su mantenimiento y te damos consejos para mejorarlos y conseguir un mayor nivel de salud y felicidad para tu conejo.

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1. No sacarlo de la jaula

Si tu conejo ya es mayor y nunca ha estado “libre” de la jaula probablemente sientas algo de vértigo ante la idea de sacarlo. Este es un proceso que preferiblemente se debe comenzar desde que es bebé, que se acostumbre a pasar tiempo fuera la jaula, y que no sienta la necesidad de escapar o refugiarse. Los conejos necesitan cierto espacio para jugar, explorar y desarrollarse físicamente, de ahí la necesidad de sacarlos de vez en cuando, lo ideal sería que pasen varias horas diarias fuera, eso sí, siempre deberás tener en cuenta los posibles peligros del entorno y vigilar sus movimientos para que ni se extravíe ni ponga en riesgo su seguridad.

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2. Bañarlo a menudo

Si bañas a tu conejo con cierta regularidad probablemente notes que su piel tiene problemas, lo notarás en su pelaje. Además de que el carácter de tu conejo puede haberse visto repercutido. Los conejos sienten fobia al agua, como los gatos, y es que son animales muy limpios que están preparados para hacerse cargo de su higiene de forma muy pulcra y efectiva, no necesitan bañarse porque su piel retiene el agua y secarse se convierte en un proceso largo. Si quieres mantener a tu conejo limpio simplemente debes basar su higiene en el cepillado del pelo, eso hará que la propia limpieza que él ejerce sobre sí mismo sea más efectiva.

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3. Cogerlo demasiado en brazos

Cuando vemos un conejo, un hámster o incluso un perro entrañable y pequeño como un chihuahua, nuestro primer impulso es cogerlo en brazos. Siempre es una mala idea. De forma innata a los animales no les gusta que les cojamos en brazos porque pierden autonomía, se sienten presos y sin control. Esto es más grave aún en aquellas especies que son presas naturales, como conejos y hámsters. De ahí que los perros lo aguanten mejor, pues su cerebro no está programado para huir, sin embargo los conejos sentirán un miedo irrefrenable cuando son cojidos, pese a que esa sensación se disimule y se palíe con la costumbre.

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4. No socializar con el conejo

Los conejos hacen una radiografía de los humanos con los que conviven, no son una especie que permanezca al margen de las personas, sin llegar a las cotas de sociabilidad de los perros, un conejo que ha crecido y se ha desarrollado en un hogar humano acaba por desarrollar actitudes sociales: reconocer a las personas con las que vive, jugando y mostrando gestos de cariño con ellos. Sin embargo, para que esto sea así y el conejo sea sociable, es necesario dedicar tiempo al juego y a construir esa relación. Solo así será posible sacarlo de la jaula y que éste no trate de escapar cuando trates de relacionarte con él.

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5. Solo darle de pienso

Cada especie necesita una alimentación distinta, aunque los perros por ejemplo basan gran parte de su alimentación en el pienso, los gatos sí que equilibran más la comida seca con la húmeda. En el caso de los conejos debemos ir más allá, el pienso de pellets sólo deberá formar parte de su dieta en un 5%, y para que su alimentación sea equilibrada se deberá complementar con fruta fresca (manzana, cerezas, mandarina, mango, melón papaya, pera…), verduras (apio, pepino, berros, hojas de calabaza) y heno. ¿Y zanahorias? Lo cierto es que es una hortaliza con un alto contenido en azúcares, por lo que es preferible no ofrecérsela en demasía.

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6. Darle alimentos con azúcar

La hipomotilidad intestinal es una enfermedad muy grave que afecta a los conejos y está directamente relacionada con su dieta, en especial con el azúcar de los alimentos que consumen. Cuando le ofrecemos más azúcar que fibra estamos haciendo justamente lo contrario de lo que precisa su metabolismo. Muchos snacks para conejos son azucarados, así como las frutas y hortalizas más comunes, con alto contenido en fructosa. Utiliza siempre alimentos naturales, vigila su contenido en azúcar y jamás le des productos para humanos, pues el nivel de azúcares que suelen tener es enorme comparado con los que los conejos pueden asumir.

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7. No tener en cuenta que la casa debe estar preparada para sus paseos

Si vamos a sacar al conejo para dejarlo correr y explorar la casa durante una o dos horas, antes debemos haber hecho un trabajo exhaustivo de protección de nuestro hogar. Ningún cabo debe haber quedado suelto: cuidado con los cables (les apasiona roerlos) y todo aquello que sea de madera: zócalos, patas de sillas o mesas y puertas. Si tienes alfombras o moquetas, estas superficies le serán muy agradables, tanto que podrían orinar en ellas, tenlo en cuenta. También vigila las rendijas, ventanas o conductos por los que pudiera precipitarse. Tan peligroso es que el conejo escape como que se produzca una lesión al acceder a una zona incierta.

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8. No castrarlo o esterilizarlo

Cuando pensamos en las medidas que podemos tomar para controlar la natalidad de los conejos solemos no percatarnos de que tanto la castración como la esterilización son intervenciones tremendamente positivas para su salud general, pues evitan que desarrollen enfermedades específicas de sus aparatos reproductores, como en el caso de las conejas, que no haber sido castradas aumenta en un 80% la posibilidad de padecer cáncer de útero pasados los 6 años de edad. También los machos, al esterilizarse moderan su conducta y son menos agresivos y territorialistas.

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