1/7 © Adobe Stock

Hoy hay un motivo de celebración en muchos hogares, pues se celebra como cada 21 de julio el Día Mundial del Perro. Sin duda, compañeros leales y files de grandes y pequeños. Quien tiene una mascota lo sabe. Nos hacen compañía, nos alegran el día cuando llegamos a casa y nos reciben con entusiasmo, nos dan mimos y cariño, nos acompañan en nuestros paseos… Sin duda, muchas ventajas. Tanto es así que muchas veces escuchamos la recomendación a personas que viven solas o ancianos a que se decidan a vivir con un can, que les da una compañía tan noble como desinteresada, así como cariñosa y divertida. Son muchos los pros psicológicos que nos aporta una mascota.

 

Lee también: Las mejores razas de perro para la gente mayor

2/7 © Adobe Stock

Mejora el estado de ánimo

Así lo apunta la psicóloga Pilar Conde, quien nos explica que vivir con un perro aporta beneficios generales para todos, se viva solo o en familia: nos ayuda a mejorar el estado de ánimo y la autoestima, a la vez que reduce el estrés. Por todo ello, supone, en general, una mejora del bienestar emocional, y, por lo tanto, de nuestro estado psicológico. Hay algunas razas que son especialmente recomendables para personas que están viviendo procesos de ansiedad.

 

Lee también: ¿Por qué si tienes una mascota en casa irás menos al médico?

3/7 © Adobe Stock

Ventajas extra para los más pequeños

Aún hay más ventajas, especialmente para los más pequeños de la casa. Y es que, que un perro camine junto un niño, dentro y fuera de casa, es, en opinión de la directora técnica de Clínicas Origen una ventaja añadida en los procesos de desarrollo y aprendizaje, puesto que potencia las capacidades de atención y de concentración, el autocontrol y manejo de emociones. Y aún hay más ventajas, pues la convivencia con el animal fomenta la preocupación y cuidado por los demás, y también mejora las interacciones sociales y la expresión del afecto.

 

Lee también: Beneficios de que los niños crezcan con mascotas

4/7 © Adobe Stock

Terapia con perros

Además, hay que tener en cuenta cómo la convivencia con un perro es beneficiosa para solucionar múltiples problemas. De hecho, son conocidos y continúan en estudio los avances en la mejora de los problemas de aprendizaje del lenguaje, de comportamiento y de conducta alimentaria, gracias a la terapia con perros, así como con otros animales, entre los que se encuentran el caballo y el delfín. De hecho, estos últimos casos se emplean en el trabajo habitual con los niños con Trastorno del Espectro Autista.

 

Lee también: ¿Sabías que tu mejor terapeuta puede tener cuatro patas?

5/7 © Adobe Stock

Adquirimos un compromiso

Pero, ¿qué nos lleva a tener estos beneficios? En primer lugar, hay que tener en cuenta que adquirimos un compromiso con un animal del que vamos a ocuparnos y sobre el que debemos responsabilizarnos de ahora en adelante. Nunca debemos abandonarlo, tal como vemos que, desgraciadamente, sucede cada verano por estas fechas.

En estos casos, y siempre, explica Pilar Conde, no deben tener mascotas a su cargo las personas con dificultad para el autocuidado personal: “Tener un animal requiere de unas responsabilidades, por lo que es necesario, que la persona primero se cuide a sí misma y sea consciente y esté dispuesta a asumir las implicaciones que lleva el cuidado de una mascota”, cuenta.

 

Lee también: Tener un perro puede ayudar a tu autoestima

6/7 © Adobe Stock

¿Y si tienes depresión?

Sin duda, son buenos compañeros que pueden ayudarnos cuando tenemos problemas como puede ser la depresión. Pero la experta nos cuenta que hay que tener en cuenta que hay que tener cuidado si se presentan síntomas ansiosos y excesiva tristeza, pues en ese caso es posible que no sea capaz de cuidar ni de uno mismo ni del perro.

Lee también: Las mejores razas de perro si sufres depresión

7/7 © Adobe Stock

El duelo ante la pérdida

Hay otro aspecto psicológico relacionado con las mascotas, y en este caso tiene una vertiente negativa: el duelo cuando nos tenemos que despedir de nuestro fiel compañero. La psicóloga de Origen apunta que un duelo exagerado por la pérdida de un perro u otra mascota no es motivo habitual de asistencia a consulta, aunque sí lo ha tratado como factor desencadenante, junto a otros, de un periodo de inestabilidad.

 

Lee también: Sí, el duelo tras la pérdida de una mascota existe 

Más sobre: