¿Se podrá probar la ropa? ¿Habrá aforo? Todo lo que cambiará al ir de compras después de estas semanas

Varios expertos nos dan las claves acerca de las nuevas medidas que podrían tomar las tiendas de ropa

Por Elena M.Medina

Cuando la llamada "nueva normalidad" deje de ser nueva y se convierta en la rutina habitual quizá no nos extrañarán las nuevas medidas que traerá consigo el ir de compras. Lo que antes era una actividad que en ocasiones realizábamos como autómatas (¿cuántas veces has entrado a una tienda sin necesidad de comprar nada?) ahora se convertirá en un plan, si no especial, sí muy diferente. Si el comienzo de la crisis sanitaria limitó el consumo a las tiendas online (de acuerdo con el último Informe de la moda online en España, elaborado recientemente por el portal Modaes.es y Kantar, el 19,7% de los consumidores afirma haber visitado alguna web de moda o buscado ropa por Internet durante estas semanas), la desescalada traerá consigo cambios del retail de moda. Aforo limitado, menor número de probadores, distancia controlada... varios expertos nos desvelan todo lo que podría cambiar al ir de compras en las próximas semanas (según las últimas informaciones de las diferentes fases de desescalada, primero en pequeños comercios y algo más tarde en centros comerciales), teniendo en cuenta la incertidumbre que atraviesa el sector. 

Cambios inminentes: distancia controlada, desinfección en los probadores...

Los cambios más llamativos para los clientes tienen que ver con los que se producirán en la propia tienda que serán, además, los más inmediatos. Muchos de ellos, como el aforo limitado, ya se han implementado en los países que han comenzado la desescalada, como es el caso de Alemania. En España, cuando se produzca la reapertura del pequeño comercio, fijada de momento para el 11 de mayo, deberá ser reducida al 30% de aforo (un porcentaje que se irá ampliando según avancen las fases). Uno de los puntos a concretar en este aspecto es si las tiendas de mayor superficie, como las que se pueden encontrar en las arterias comerciales de las grandes ciudades, podrán abrir también en esta fecha o se retrasará igual que los centros comerciales. Pero ante la incertidumbre hay una cosa clara y es que, cuando se abran, nada será como antes. Tal y como explica Puchi Santamaría, docente del Instituto Europeo de Diseño de Madrid (IED), "los primeros cambios serán limitar la exposición de prendas, habilitar solo un porcentaje de las cabinas de los probadores con su posterior desinfección, la distancia controlada en las colas... Más allá de estos cambios inmediatos, llegarán momentos de introducción de tecnología, como terminales de pago itinerantes por las tiendas, autocobro, o incluso pago remoto por RFID, pero entiendo que esta tecnología aún está por extender". Y añade "¿un extra de protección de los clientes? Tener prendas en cuarentena tras haber sido probadas y sustituidas por unos muestrarios de prueba en tienda ya desinfectados, y que el cliente pudiese probarse estas prendas de forma segura".

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Otras propuestas que podrían verse materializadas en las tiendas de ropa, teniendo en cuenta que ya se llevan a cabo en otros locales abiertos, son la colocación de mamparas en las cajas o el uso obligado de geles entre los clientes. Medidas que tienen como objetivo la protección del usuario y que, algunas de ellas, podrían prolongarse en el tiempo o incluso llegar a ser habituales: "No sería mala idea mantener unas mayores medidas de higiene en el interior de los comercios, combinando la limpieza con una intensa desinfección como medidas preventivas", sostienen desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Otra pregunta que conviene formular, y para la que no se tiene una respuesta única por el momento, es si los empleados, como ocurre en los supermercados y otros negocios abiertos al público, tendrán también protección específica.

Adaptarse a la nueva situación

"La crisis del Covid-19 va a conducir al retail moda a una renovación para mejorar e innovar en la experiencia del cliente. Dado que la moda es un sector muy orgánico en cuanto a experiencias de compra, el retail físico se mantendrá, pese a que sufrirá una de las mayores caídas en el último siglo. Los retailers tendrán que 'exprimir' su creatividad para dar una atención al cliente adecuada a la nueva situación. Cambiará el espacio físico 'compartido' en las tiendas de ropa, por dos motivos, el primero que menos gente acudirá a los puntos de venta y el segundo, que se controlarán los aforos con unas limitaciones mayores. Cambiará también la experiencia con las prendas, ya que, al menos durante unas temporadas, tendremos reservas a probarnos o incluso entrar en contacto con artículos que estén expuestos, sin control del grado de desinfección que estamos normalizando (muy difícil para las cadenas de fast fashion, por ejemplo)", explica Santamaría. 

Desde la OCU consideran que el confinamiento ha traído consigo algunos cambios de consumo que, aunque todavía es pronto para saber si se mantendrán en el tiempo, dibujan un nuevo horizonte. "La imposibilidad de acceder a las tiendas de calle ha multiplicado las compras online, incorporando infinidad de nuevos usuarios que hasta ahora desconfiaban de este medio. En la medida en que estos e-commerce sean capaces de ofrecer un buen servicio durante el estado de alarma, ganarán peso entre los consumidores. Aunque no es menos cierto que, en el caso concreto de las tiendas de ropa, aspectos como el tallaje o los colores reales, jugarán siempre a favor del comercio físico". En este sentido, recuerdan los riesgos del comercio online: "La ciberseguridad siempre es mejorable. Pero no es solo responsabilidad de las autoridades, también lo es del consumidor que debería de contar con algún tipo de antivirus en todos aquellos dispositivos que utilice para hacer compras. Y, por supuesto, evitar webs sospechosas, con precios especialmente baratos, pero sin una dirección clara dentro de la Unión Europea o tan siquiera un teléfono de contacto", recomiendan desde la OCU.

Hablemos de moda: ¿conseguirá el estilo 'comfy' relegar a las tendencias?

Las marcas asequibles con más ventas de nuestro país (Zara, Mango, Bershka...) han reflejado en sus últimas campañas las situaciones cotidianas que muchas vivimos en casa. Modelos que posan con las novedades de las colecciones mientras leen tumbadas en la cama o el sofá, balcones convertidos en el nuevo estudio de fotografía o coreografías que recuerdan a los bailes de TikTok como alternativa a las imágenes fijas de siempre. Pero, más allá de estos detalles que pueden ser pensados como una manera de transmitir cercanía a los compradores, ¿influirá el confinamiento en las próximas colecciones de la temporada o las mezclas comfy (cómodas) que hemos visto estas semanas desaparecerán a medida que nos acercamos a la nueva normalidad? "No creo que de cara a primavera verano las marcas den un giro muy radical, más que eso irán incorporando más propuestas para los estilos informales y de día. Ocasiones de consumo que hasta ahora se cubrían con otras prendas (lo que en España llamamos ropa de “estar por casa”) se legitimarán y se premiunizarán", explica Daniel Córdoba-Mendiola, socio fundador de The Hunter y experto analista de tendencias. En opinión de Córdoba-Mendiola esta forma de vestir relajada tiene una implicación mucho mayor que la de ser una moda pasajera, este estilo (¿hay alguno que no?) guarda un mensaje intrínseco que "se puede ligar a tensiones del rol de la moda en la identidad, los momentos de empowerment y una forma diferente de manifestar nuestra forma de ver el mundo a través de la moda".

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