De Bilbao a Milán, la historia de las estilistas que cambiaron la vida a cientos de mujeres

Lo que comenzó como una idea de negocio hoy se ha convertido en 'Lookiero', una plataforma digital que traspasa fronteras a través de la figura de la 'personal shopper'

Por Mara Mariño

Hay dos tipos de mujeres: las apasionadas que van de tienda en tienda (esas que disfrutan de una buena maratón de compras), y las que lo evitan por pereza, falta de tiempo o porque realmente no saben qué les favorece. Y entre todas ellas, las que se animan después del trabajo son quienes añaden a sus bolsas un 10 % más de compras impulsivas. Sin embargo, los hábitos están cambiando con el auge del ecommerce y la tecnología. Ya no tenemos que desplazarnos para conseguir las últimas tendencias. Y lo que es mejor, el negocio de la moda online ha derivado en plataformas que permiten dar una nueva vida a las prenda, pero también conocer mejor nuestro cuerpo y lo que realmente nos favorece. No solo hablamos de la nueva estrategia de Facebook que promete resolver tus dudas frente al armario, también la atención personalizada está ganando la batalla al fast fashion y a las compras por impulso. El concepto de 'la estilista virtual' sigue ganando fans y lo comprobamos con Lookiero. Un concepto de negocio ideado por Oier Urrutia, un empresario de Bilbao, que hoy se ha convertido en un referente gracias a la figura de la asesora de moda.

Inspirado en un modelo de Estados Unidos, este servicio de personal shopper ya ha convencido a miles de mujeres de nuestro país y de alrededor de Europa en países como España, Francia, Reino Unido, Italia, Portugal, Bélgica y Luxemburgo. Su máxima se inspira en recrear el fondo de armario perfecto a través de 5 prendas versátiles y ponibles. ¿Lo mejor? Te lo pruebas sin tener que moverte y solo compras aquellas que te gusten realmente.

Pero, ¿hay tanta diferencia entre comprar en solitario que hacerlo, poniéndose en manos expertas, vía online? La respuesta es afirmativa. Así nos lo cuentan desde la marca que propone guardar en el armario solo aquellas prendas que de verdad favorecen y además, ayudar a descubrir nuevos estilos y a salir de la zona de confort. La relación con una personal shopper, al final, es similar a la que se tiene con una pareja, ya que se va profundizando en las preferencias personales dentro de la que es una experiencia emocionante (¿a quién no le gusta recibir por sorpresa una caja con ropa que va a encajar en nuestros gustos?). También ayuda a descubrir marcas menos conocidas en un aprendizaje que va desde cómo combinar las prendas hasta qué les queda mejor de una manera 100% personalizada, algo que pueden disfrutar todas las mujeres, independientemente de su perfil o conocimiento sobre moda.

Una de las personal shopper detrás del éxito de Lookiero es Alazne Etxebarria, que no pone en duda la capacidad de la mayoría de las mujeres a la hora de diferenciar lo que nos sienta bien de lo que no. "El problema es precisamente no conocer qué potencia nuestra belleza, nuestra silueta o qué prendas nos aportan ese bienestar o ese plus de autoestima que a veces necesitamos. Lookiero selecciona lo que mejor se ajustan al gusto, morfología, o forma de vida de nuestras clientas. Son ellas quienes tienen la última palabra porque crear estilo es un trabajo en equipo", dice la estilista.

El trabajo detrás de cada clienta es casi detectivesco. "Cada una de nuestras cajas es el producto de un estudio profundo de toda la información con la que contamos, hasta ese momento, sobre nuestra clienta: ficha, fotografías o redes sociales, peticiones, comentarios de cajas anteriores, su histórico de envíos...", afirma la personal shopper. "Hay tantas cajas como clientas, es más, incluso en cada clienta hay diferencias entre sus cajas. Por ejemplo, la primera es una toma de contacto, es la más difícil porque no nos conocemos aún en profundidad. Caja a caja vamos explorando cuánto quiere arriesgar, a qué le llama ella 'vestir a la moda' o con qué estilismo laboral se siente más ella misma", afirma.

El trabajo del personal shopper no se limita únicamente a los perfiles, como recuerda Alazne. "No somos solo expertas en cada una de nuestras clientas, además, estudiamos tendencias masivas o nicho, marcas, producto, ventas y actualizamos conocimientos sobre colorimetría, morfología, o protocolo constantemente para enamorar en cada caja", dice la estilista. "Las clientas se ponen en nuestras manos, depositan su confianza en nosotras lo cual nos vincula de una manera especial", y es que una de las ventajas de su trabajo es que termina por acumular experiencias con un plus añadido, la emoción. "Lo hacemos rápido lo cual es bastante agotador, pero cuando una clienta nos escribe compartiendo con nosotras que va a ser mamá en primicia y que busca prendas que disimulen su estado como si fuéramos su mayor confidente, todo el esfuerzo merece la pena", declara.

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