Eugenia Silva conquista Nueva York rompiendo todos los esquemas

¿Quién dijo que 'menos es más'? Su look de fiesta demuestra que, hoy, 'más es más'

Por Mara Mariño

En materia de estilo siempre se ha dicho que "menos es más". Muchas amantes de la moda siguen fielmente el consejo de Coco Chanel que dicta que, antes de salir de casa, hay que quitarse una prenda o un accesorio, una manera de acertar apostando por la sencillez. Sin embargo, parece que las tendencias están dando un giro a las reglas de los estilistas hacia el maximalismo, donde "más es más" y las estéticas recargadas, casi barrocas, se imponen. No en vano el tema de la pasada Gala Met fue el Camp, y este estilo ya se ha colado incluso en las citas más elegantes. Eugenia Silva fue un claro ejemplo de ello con su noche de fiesta en Nueva York este martes, ya que acudió con un look que rompía las normas clásicas, en el mejor de los sentidos. Y, como una de las mujeres mejor vestidas de nuestro país, aquello solo puede traducirse en la confirmación definitiva de la tendencia.

A la hora de escoger un vestido de fiesta, la etiqueta parecía clara al respecto hasta ahora: elegir entre el escote o la minifalda. Y lo mismo sucedía con las transparencias. Al apostar por ellas, y ya que dejan el cuerpo a la vista de manera sutil, en teoría revelar otras zonas de piel sería innecesario. Pero Eugenia ha querido actualizar el dress code con un look que demostraba que, combinar todo en uno, es absolutamente posible. El resultado, además de original, convirtió a la modelo en una de las primeras de la clasificación de invitadas más glamurosas de la Mosaic Gala en contra de la esclavitud. Una lista en la que, además, se encontraban otras compañeras de profesión como Devon Windsor, Cindy Bruna, Lais Ribeiro, Alessandra Ambrosio o Ubah Hassan, la modelo somalí-canadiense con la que posó en el photocall.

Para el evento apostó por un diseñador de renombre, Oscar de la Renta, en concreto por una de sus creaciones de la colección Otoño/invierno 2019-2020, que presentó el pasado febrero en la Semana de la Moda de Nueva York. La elaborada creación estaba realizada en guipur, un tipo de encaje más grueso que une los motivos, flores y hojas en este caso, mediante detalles, en vez de con la clásica malla o red. Los bordados se encontraban cosidos sobre un tul semitransparente que era el que permitía que se marcara sutilmente la silueta de la modelo. Ceñido a la cintura, el vestido de escote asimétrico -con una mitad tipo corazón y la otra estilo Bardot-, también tenía un largo desigual, dejando una pierna al aire y la otra totalmente tapada, al llegar la falda hasta los pies.

Además, para la elección de los zapatos preguntó a sus seguidores qué par, de los dos que compartió en sus redes sociales, debería llevar con el vestido. Ambos diseños eran brillantes, pero finalmente sorprendió a su comunidad de fans con un par de sandalias sorpresa: un modelo negro con tiras atadas al tobillo en clave minimalista, que acompañaba al vestido de fiesta sin robarle protagonismo. El broche final lo puso el bolso, y literalmente, ya que el modelo de Roger Vivier drapeado (que cuesta 1.513 euros) llevaba una hebilla con brillantes, un detalle que se pudo descubrir en el perfil oficial de la top model poco antes de la fiesta. 

Más noticias sobre:
Últimas Noticias