La generación de escritoras que ha conseguido popularizar la poesía en el universo Instagram

Con menos de treinta años, pero más de cien mil seguidores en redes sociales, hablamos con algunas de ellas en el Día Mundial de la Poesía

Por Elena M.Medina

Si alguien te contara que su profesión es ser poeta es posible que enseguida te venga a la mente la imagen de una persona romántica, sensible, con gran vida interior e intensas preguntas existencialistas. Y es que la figura del escritor atormentado o del poeta de versos inspirados por amores no correspondidos parece que es la única que ha transcendido al imaginario colectivo. Sin embargo, la poesía de hoy en día ha evolucionado tanto como cualquier otra corriente artística, guardando algunas similitudes pero sobre todo muchas diferencias con la que se estudia en los libros de literatura. En el Día Mundial de la Poesía, hemos hablado con tres de las poetas del momento, que además de triunfar como escritoras, lo hacen también en las redes sociales, donde sus lectores-seguidores llegan a superar las 160.000 personas.

Elvira Sastre (Segovia, 1992), va camino de publicar su sexto libro de poemas (Aquella orilla nuestra, editado por Alfagura, llegará a las librerías el próximo abril), pero recuerda con nítidez su primer contacto con la poesía: “Fue durante mis paseos a la biblioteca, donde iba en busca del libro exacto y las tardes en mi casa leyendo”, nos explica. Y el cómo ha logrado atraer la atención de miles de jóvenes, muchos de ellos adolescentes, hacia un género tan poco relacionado con este grupo social también parece tenerlo claro. “Quizá sea más fácil llegar a un adolescente a través de poemas que comprenda, que sean más contemporáneos, que hablen de la sociedad de hoy, y a partir de ellos llegar a autores más clásicos”, explica.

Otra de las formas más directas de llegar a un adolescente es a través de las redes sociales, donde Sastre está apunto de alcanzar los 170.000 seguidores que siguen cada día las publicaciones de la poeta. " Como escritora, las redes son una herramienta de difusión que es fundamental para compartir mi trabajo. Lo cierto es que ahora mismo hay mucha gente haciendo una misma cosa, así que si desapareces de Internet es probable que otro ocupe tu lugar”, sentencia consciente de la fragilidad del éxito digital.  

Para Sara Bueno, (La Línea de la Concepción, 1991) la poesía ya estaba ahí cuando ella nació. Con un bisabuelo poeta y una abuela que le recitaba versos con frecuencia, su interés por esta forma literaria surgió siendo ella muy pequeña. En su cuenta de Instagram, tiene una legión de 166.000 seguidores que comparten e interactúan con los micropoemas que Bueno publica de forma casi diaria. Aunque es consciente del peligro de tratar de complacer siempre a un público que, aunque está presente de forma digital, tiene algo que ver con la visibilidad que ha obtenido. "Tratar de crear poemas para sumar likes es un arma de doble filo para los autores que estamos presentes en internet, y creo que es importante tenerlo presente. Efectivamente, puedes saber cuándo algo va a gustar más o menos, por el tema que tratas, el tono del lenguaje o las circunstancias sociales que se estén dando en el momento que publicas. Pero creo que es necesario ser coherente con tu estilo y no caer de manera constante en complacer. Si no lo que ocurre es que dejas de escribir para expresar, pierdes autenticidad, y pasas a escribir para el resto". 

Loreto Sesma (Zaragoza, 1996) escribe desde los nueve años pero fue cuando siendo una adolescente encontró en YouTube la manera de dar a conocer sus poemas a todo el mundo. Se creó su canal en el año 2013 (bastante antes de que aterrizaran muchas de las caras más conocidas del momento), y aunque al principio nos cuenta que le daba algo de verguenza, muy pronto se sintió para "trasmitir lo que escribía leyendo". Algunos de sus vídeos superan el millón de reproducciones y en su lista de suscriptores la cifra asciende a los 163.000 usuarios. La gran acogida tanto de sus poemas como de las creaciones de sus compañeras de profesión es algo que le entusiasma: "Me parece precioso. La poesía al fin y al cabo habla de cosas universales que le pueden pasar a todo el mundo, de sentimientos que todos vivimos sin importar la edad. Para mí el logro no está en que lean mis libros, que también , sino que a partir del mío vayan a otro, y a otro, y a otro… A muchos les pasa y es muy enriquecedor".

Estos son solo algunos de los nombres más prometedores de la poesía de nuestro país, pero no las únicas que han logrado demostrar que esta forma literaria también puede tener cabida entre las inquietudes de los más jóvenes, confirmando también que el uso de las redes sociales como herramienta sirve mucho más que para encumbrar tendencias o descubrir modelos.  

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