Olvida el 'hygge', el 'lagom' es el nuevo camino hacia la felicidad

Más fácil de pronunciar y mucho más beneficioso de practicar

Por Blanca de Almandoz

Lagom es la media melena de Elsa Hosk, ni ligeramente corta ni demasiado larga, simplemente acertada. O su estilo: ni excesivo, ni moderado, sencillamente perfecto. Lagom es el interiorismo escandinavo: ni aburrido ni barroco, más bien práctico. También su gastronomía; ni presuntuosa ni excesiva, tan sólo equilibrada. Lagom no es ni mucho ni poco, sino todo lo contrario: suficiente.  

Es no quedarse en la oficina hasta las 8 de la tarde, pero tampoco escatimar en pausas para el café (para ese momento tan sagrado como puede ser la sobremesa existe otro término específico: fika). También es invertir en unos buenos vaqueros en lugar de destrozar varios al año. Lagom, pronunciado /lóh-góm/ es la palabra sueca que define la medida perfecta de las cosas y, más que un estado, se trata de un estilo de vida. Eso es precisamente lo que lo diferencia de la otra tendencia escandinava que se volvió viral en 2016.

El año pasado todo eran restaurantes acogedores, jerseys amorosos y cafés humeantes que Instagram catalogaba bajo la etiqueta #hygge, ese concepto danés cuya traducción más cercana a nuestro idioma sería “a gustito” y que cautivó a influyentes como Sara Carbonero. Ahora que habíamos aprendido a pronunciarlo (/hüga/ con esa u tan próxima a la i, a la manera francesa), sus vecinos suecos nos sorprenden con una nueva lección idiomática que encierra el secreto de su felicidad.

 

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“Los suecos se toman su tiempo. Se paran, miran, escuchan y espera. La belleza de aminorar es lo que te ayuda a disfrutar de los pequeños placeres de la vida”, escribe Niki Brantmark autora del blog My Scandinavian Home en su libro Lagom publicado el pasado mes de octubre.

Esta británica que decidió trasladarse a Suecia hace 10 años relata cómo adoptó esta filosofía que se traduce en numerosas costumbres sociales. Desde lo más material -¿Así o te pongo más? Lagom ¿Tuviste mucho trabajo hoy? Lagom. ¿Voy demasiado vestida? No, lagom-, a lo más abstracto. Por ejemplo, aceptar una invitación a una casa pero llevar tus propias sábanas se consideraría un gesto lagom. O llevarle un detalle a una mujer que ha dado a luz pero no quedarte para no molestar. Muy lagom. O disfrutar del derecho a tomarse el día porque tu hijo está enfermo sin abusar del pretexto. Lagom nivel extremo. De hecho, en Suecia ni conciben que pueda usarse como excusa.

 

Este rasgo cultural afecta a la moda, a la decoración, a la manera de comer o de socializar y a cada uno de estos aspectos de la vida le dedica un capítulo de su libro ‘Lagom: el arte de una llevar una vida equilibrada’ Linnea Dunne. La escritora vive en Dublín desde que se decidió a viajar a Irlanda al finalizar la secundaria y antes de empezar la universidad. “Porque eso es lo que hacemos los suecos, nos tomamos un tiempo fuera de casa para asegurar una opinión formada, lejos de etnocentrismos o prejuicios, sin olvidar los beneficios de un país con educación gratuita y la generosa ayuda de los padres en esta etapa”, escribe.

El suyo es uno de los libros más populares de los 11 volúmenes sobre este tema que hay ahora mismo a la venta en Amazon y hasta Ikea le ha dedicado la sección “Live Lagom” con consejos de sostenibilidad. Sin duda, hay cada vez más gente interesada en las aplicaciones prácticas de este fenómeno muy compatible con el movimiento ‘slow’ y hasta con el ‘hygge’. Aquí van algunas con las que puedes empezar mañana mismo, que ya sabemos lo que pasa cuando se espera al lunes…

A primera hora del día

De mayo a septiembre, los suecos sólo conciben una forma de empezar el día: ‘Morgondopp’, o lo que es lo mismo, con un baño matutino. A ser posible, al aire libre de ahí que la costumbre se limite a unos meses al año. A falta de lago o piscina, puedes trasladar la idea a la ducha o bañera. El contacto con el agua a primera hora de la mañana no sólo logrará despertarte sino que mejorará tu humor durante todo el día. Si además consigues alternar agua fría y caliente, contribuirás a mantener la elasticidad de la piel.

Los viernes son los nuevos domingos

Tras una semana a pleno rendimiento, se plantea el eterno conflicto: tu cuerpo pide siesta pero tu mente dice ¡fiesta! Es normal estar cansado un viernes por la noche y está bien tomárselo con calma. Una cena tranquila en casa con la familia, una noche de manta y peli o un rato a solas con una buena lectura es lo que los suecos llaman ‘Fredagsmys’. Literalmente, viernes cómodo.

Dieta escandinava

Sin menospreciar los innumerables beneficios de la dieta mediterránea, hay que recordar que el índice de obesidad en Suecia es menor que el de España, Francia o Italia (OMS, 2014). En esto influyen muchos factores pero hay dos que destacan notablemente. Por un lado, el clima –a menor temperatura, mayor gasto calórico- y por otro lado, los hábitos en la mesa. La cocina es mucho más emocional en nuestra cultura que en la nórdica donde la hora de la comida difícilmente se alarga más de media hora y la cantidad se delimita con la misma mesura que el resto de sus actividades. Quedarse con hambre está tan mal visto como pasarse porque de lo que se trata es de encontrar el perfecto punto medio. Ya sabes, lagom.
Come hasta satisfacerte, ni un bocado más, y procura hacerlo despacio para saber cuándo te has saciado y evitar el empacho.

 

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Armario Lagom

Podría ser el nombre de un mueble de Ikea pero se trata del famoso concepto del armario cápsula. Todo un reto en los tiempos del fast fashion donde las tendencias y los escaparates se actualizan en un parpadeo, pero puedes ayudarte de varios trucos para saber por dónde empezar. Por ejemplo, cuando vayas de compras ponle un precio máximo a la prenda con la que haya ocurrido el flechazo. Si la etiqueta marca un céntimo más de lo que estabas dispuesta a pagar, descártala. Olvida también todo aquello a lo que puedas sacarle un pero: “si lo tuvieran en otro color”, “me quedaría mejor en otra talla”, “no sé si me lo voy a poner mucho”… En cuanto a lo que ya posees, saca de tu armario toda la ropa que no te hayas puesto el último año, almacénala en cajas y si pasado otro año no la has echado de menos, ha llegado el momento de deshacerte de ella.  

 

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No es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita

Por más que jugar al ‘precio justo’ cuando vayas de compras para evitar llevarte toda la tienda sea el epítome del lagom, hay algo mucho más profundo en este estilo de vida que se caracteriza por buscar tu propio equilibrio y al mismo tiempo, el de los demás. Las calles limpias, el reciclaje… Además de su amor por la naturaleza hablan de su respeto por los demás. En cuanto hay un rayo de sol, los suecos se lanzan a la calle a disfrutarlo. Adoran el camping y las actividades al aire libre y por eso cuidan mucho sus espacios comunes. Tienen fama de introvertidos porque el frío y la escasez de horas de sol les obligan a pasar mucho tiempo en casa pero es precisamente por su mentalidad lagom por la que son capaces de las muestras más inesperadas de generosidad. Por ejemplo, dejar pagado un café -Bjudkaffe - para que otra persona sin dinero pueda disfrutarlo o escribir una nota en un libro antes de donarlo para alegrar el día del próximo lector.

Ahora que conoces un poco más de la filosofía Lagom, solo te queda poner en marcha tus propósitos para encontrar tu propio bienestar. 

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