Es una mujer apasionada. Por eso, no la veíamos en otro color que no fuera el rojo para brillar desde nuestra portada. Y ese fulgor que irradia nada tiene que ver con sus apellidos (su madre es Blanca Romero y su padre Cayetano Rivera) sino más bien con lo orgullosa que se siente de su perseverancia combativa y de lo lejos que la ha llevado en estos diez años de carrera. La vida no le ha regalado nada, pero no se lamenta, todo lo contrario. ¿Su próximo desafío? La interpretación. Así nos lo cuenta desde el corazón.
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Parece que atraviesas una etapa profesional fabulosa, coronada con el Premio Gen ¡H! de ¡HOLA!
Todavía quedan muchos por recibir. Llevo ya una década luchando exclusivamente por una carrera llena de obstáculos. Y me hace sentir muy bien obtener un reconocimiento de parte de aquellos que siempre han creído en mí; es como un abrazo muy esperanzador.
Echando la vista atrás, ¿qué ha sido lo más catártico de 2025?
Bueno, he hecho un cambio muy importante en mi carrera fichando por Next Madrid. Ha sido como darme una oportunidad más y creer en mí de nuevo. En lo personal, he hecho limpieza, he empezado a quererme más que nunca y, estos últimos meses, he aprendido que quiero cuidar a los míos por encima de todo.
“Me dedico a la moda por vocación, pero también he tenido una suerte increíble al verlo de cerca desde pequeña”
Dicen que las crisis son las mejores maestras, pero mucha gente crece más en los momentos de calma y reflexión. ¿Es tu caso?
A mí las crisis me motivan y me hacen aprender cosas increíbles. Me mueven de sitio. Creo que nos hacen mirar atrás con mucha más seguridad en nosotros mismos.
Has comentado que, en alguna ocasión, pensaste en dejar la moda. ¿Qué te hizo seguir adelante?
Hay “algo” que siempre me dice que tengo que continuar luchando. Tirar la toalla sería no quererme ni ser justa conmigo misma, después de tanta perseverancia. La gente piensa que lo he tenido todo muy fácil y, en cambio, ha sido todo lo contrario.
¿La moda siempre ha sido algo vocacional para ti o la influencia de tu madre ha sido determinante?
Más vocacional. Pero tuve mucha suerte al verlo de cerca desde pequeña y poder jugar a ser modelo con una modelo en casa.
¿Habláis mucho de moda tu madre y tú cuando estáis juntas?
Sobre todo, de tendencias. ¡Me pide muchos trucos de estilismo!
“Ha habido momentos en los que he pensado en tirar la toalla, pero sería no ser justa conmigo misma”
¿Cómo ves el futuro de la industria, con los cambios que traerá la IA y la exigencia de una sostenibilidad real?
No me gusta que las máquinas nos quiten capacidad ni valor humanos. Prefiero lo artesanal y hecho con cariño. Y, en cuestión de sostenibilidad, es esperanzador que los jóvenes compren vintage y tengan responsabilidad con sus hábitos de consumo.
Si abrimos tu armario, ¿qué encontramos para esta temporada?
Tengo muchos maxiabrigos y también botas.
Entre esas prendas, ¿hay alguna que hayas “robado” a tu madre?
¡Me roba ella más a mí! (Risas). Pero también es cierto que tengo la suerte de poder heredar algunos de sus bolsos.
La interpretación es tu próximo desafío. ¿Qué expectativas tienes puestas en esta profesión?
Precisamente, lo que no quiero tener son expectativas. En la moda empecé con ellas y creo que hay que darse la oportunidad de ser libre y disfrutar las cosas sin miedo.
¿Piensas que ser un rostro conocido será una ventaja o un hándicap para abrirte paso en el cine?
Seguramente me cierre muchas puertas, pero me abra otras.
“Las crisis me motivan y me hacen aprender cosas increíbles”
Vives en Madrid, pero tu hogar está en Asturias. ¿Es tu remanso imprescindible de paz?
Lo siento como mi casa por la gente que tengo allí. Creo que el hogar lo hacen las personas.
Has hablado sin tapujos de lo importante que es atender la salud mental. ¿Cómo cuidas tu bienestar en este sentido?
Con mucha terapia. Y tengo que decir que las clases de interpretación también me están ayudando.
¿Qué es aquello que te hace bien y qué has aprendido a dejar por el camino?
Estoy en ese aprendizaje. El sentimiento de culpabilidad que tanto nos acompaña a las mujeres lo he sanado. Me he perdonado. He pasado de ser mi peor enemiga a mi amiga.
Los abrazos deben durar veinte segundos para beneficiar a la salud. ¿Eres de dar largos abrazos?
Cada día más. He vuelto a decir “te quiero” a mi familia siempre que les llamo y a la gente que me lo hace sentir.
¿Qué admiras en las personas?
La lealtad, la sinceridad y la espontaneidad en un mundo donde todo está tan medido. Admiro a los que se dejan ser ellos mismos, a los “currantes” y a los que quieren a los suyos.
“Estoy en el aprendizaje de saber lo que me hace bien y de soltar lo que no. He pasado de ser mi peor enemiga a mi amiga”
¿Quiénes son tus referentes vitales?
Sin duda, mis abuelos. Y ahora más que nunca mi abuelo, que me ha enseñado a ser, en parte, la mujer que soy ahora.
Entramos en un nuevo año. ¿Qué le pedirías a 2026 o qué sueños te gustaría ver cumplidos?
Sobre todo, salud para los míos, tras un año en el que no ha podido ser así y que ha roto todos mis esquemas. En lo laboral, echo mucho de menos escribir y tener mi propia columna. Es algo que me hace verdaderamente feliz. Y, por supuesto, más portadas, más campañas… ¡y mi primer proyecto como actriz!
