La ubicación de esta casa en pleno parque natural, a escasos kilómetros de Barcelona, determinó bastante su estética, con un punto rústico, aunque claramente de líneas modernas. Sus propietarios, una pareja joven con dos niñas, soñaban con "una vivienda fácil, cómoda y pensada desde los espacios, es decir, priorizando el interiorismo", explica Pia Capdevila, responsable del proyecto de interiorismo junto a las arquitectas Núria Selva y Sandra Dachs. Entre sus peticiones estaba también que la distribución respetará una zona de noche separada de una día abierta al jardín y con un gran porche cubierto, con barbacoa y piscina.
La casa, de 180 metros cuadrados, es de nueva construcción, de formato compacto, en una sola planta rectangular con cubierta plana, salvo una parte inclinada en la zona central, una construcción dirigida por las arquitectas Núria Selva y Sandra Dachs. Al tratarse de un edificio a cuatro vientos, la vivienda disfruta de ventilación cruzada, como demuestran las numerosas ventanas que salpican la casa en todo su perímetro, para garantizar la máxima luminosidad en el interior y las mejores horas solares en la zona de día durante el solsticio de invierno.
Una gran zona de día
El espacio central de la casa se ha destinado a la zona más social, es decir, la que incluye salón, comedor y cocina en un ambiente diáfano, aunque con las atmósferas perfectamente diferenciadas gracias a la estudiada distribución del mobiliario, la mayoría hecho a medida. Lo primero que llama la atención al acceder es su excepcional doble altura con vigas de madera y cubierta inclinada, comparada con el resto de la casa que es plana, generando una línea horizontal de ventanas en la parte más alta, con efecto claraboya.
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