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En la decoración de interiores nos gustan mucho las plantas con grandes follajes, como las monsteras (Monstera deliciosa), las orejas de elefante (Alocasia california) y, por supuesto, la palmera que protagoniza este reportaje, la palma licuala (Licuala grandis) que vemos en la imagen.

La que para muchos es considerada la palmera más bella del mundo, gracias a sus preciosas y brillantes hojas verdes en forma de diamante, no alcanza una gran altura en interiores. Te descubrimos las claves de cuidado por si te decides a cultivar una totuma en casa.

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¿De verdad es de interior?

La Licuala grandis o palma licuala es una palmera originaria de las islas Vanuatu, al este de Australia y Nueva Guinea, en Oceanía y se la considera ‘friolera’, lo que se traduce en que no se siente feliz cuando las temperaturas bajan de los 15º C. Es por este motivo que con nuestro clima, que no es tropical, deberemos plantarla en maceta y si la tenemos en exterior, ponerla a resguardo en los meses fríos.

En Canarias, donde gozan de un clima subtropical y mínimas que en inviernos son de unos 16º C, sí existe la posibilidad de cultivarla directamente en el jardín.

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La alternativa para exterior

Sobre estas líneas vemos otra especie de la familia de las licualas más resistente al frío y que alcanza hasta los 3 metros de altura, se trata de la Licuala spinosa que, como puedes apreciar en lugar de unas hojas redondeadas presenta unos bordes recortados dentados. Esta variedad es capaz hasta de soportar heladas.

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Tenla en espacios luminosos

La mejor exposición para esta bella palmera es en lugares donde reciba mucha claridad, pero no los rayos de sol directos. Ten en cuenta, además, que esta palmera ama las temperaturas estables, así que no la sometas a cambios bruscos.

En los interiores, la habitación conviene que sea amplia pues le gustan más los espacios grandes. Más consejos, debes alejarla tanto de las corrientes de aire como de las fuentes de calor que produce, por ejemplo, un radiador.

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Cuidados de sus bellas hojas

No es una planta de interior de complicados cuidados si bien es cierto que, para mantenerla sana, convendrá que limpies su follaje con un abrillantador casero (por ejemplo, a base de un litro de agua tibia, una cuchara sopera de vinagre blanco y media cucharadita de aceite de oliva), o, si seleccionas uno comercial, comprueba en sus indicaciones que mantenga los poros de la planta destapados para que respire bien.

Sea cual sea el producto de tu elección, se pulveriza sobre las hojas y posteriormente se pasa un paño de microfibras para retirar el líquido. De este modo, lograrás repeler por más tiempo el polvo del bello follaje de la totuma. ¿Con qué frecuencia habría que limpiar las hojas? Bastará con hacerlo dos veces al mes.

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Amante del agua

Es una palmera a la que le gusta el agua tanto en el riego como vaporizada por sus hojas, así que por regla general aporta agua no calcárea unas dos veces por semana, disminuyendo el riego a una vez por semana en invierno. Lo ideal es que la tierra se quede siempre húmeda.

Si el ambiente es seco, pulveriza agua sobre las hojas a discreción, aunque le va a convenir que la humedad ambiental sea más bien alta.

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Con buena salud

La también llamada palma licuala (Licuala grandis) es una planta a la que le gusta el agua, pero esta no deberá quedar encharcada para no provocarle enfermedades. Y lo cierto que, por lo general, no da más complicaciones. Ve vigilando sus hojas en busca de alguna plaga, porque sobre todo es susceptible a la mosca blanca, las cochinillas y la araña roja.

En la imagen vemos que produce frutos, que pasan de verde a un color rojo, aunque ni siquiera maduros son comestibles. En todo caso, puedes estar tranquilo si tienes niños pequeños en casa o mascotas ya que no se trata de una variedad de planta tóxica.

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Ni delicada, ni exigente

La Licuala grandis es una palmera que, como hemos dicho, no debe soportar encharcamientos, por lo que el sustrato debe tener un buen drenaje y siempre que se pueda, ser rico en materia orgánica. Para lograr esto último aplica fertilizante para plantas verdes en primavera y verano.

Respecto a la multiplicación, puedes hacerla por división o mediante siembra. Por último, ni se poda ni hay que trasplantarla con frecuencia, dado que su crecimiento en maceta es bastante lento (la frecuencia estimada es hacerlo cada 3 o 4 años). Así que sin grandes preocupaciones podrás disfrutar de esta especial y decorativa palmera de interior.

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