1/10 © José Hevia para The Hall Studio

Según la plataforma de reformas del hogar Timbrit, las solicitudes de presupuestos para renovar la caldera aumentaron un 37% durante los meses de septiembre y octubre de 2022, en comparación con los mismos meses del año anterior, y un 53% respecto a los meses de julio y agosto. Y es que, aunque el frío parece que se resiste a llegar, la subida de precios generalizados a las puertas del invierno pone el foco en este equipamiento que no solo permite disfrutar de una buena temperatura en casa con la máxima eficiencia energética, sino que es clave para la generación de agua caliente sanitaria (ACS), un servicio básico en cualquier hogar.

Así pues, acertar con el modelo que mejor se ajuste a nuestras necesidades permitirá despreocuparse de estas cuestiones y, de paso, ahorrar en las facturas. Te detallamos las cuestiones que debes tener en cuenta.

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2/10 © Thermor

¿Qué uso le darás a la caldera?

Hay calderas destinadas únicamente a la calefacción del hogar, aunque (como hemos mencionado) lo más habitual es que se utilicen también para la generación de agua caliente. En este último caso, es necesario decantarse por un modelo mixto, que suministre agua caliente tanto a los grifos como a los radiadores o al sistema de climatización radiante.

Los más generalizados son los instantáneos con tecnología de condensación, que emplean el calor latente de los gases de la combustión para producir agua caliente, por lo que consiguen mejor rendimiento y ahorro entre el 25% y 30% en combustible.

La gama de calderas Kompakt, de Thermor (en la fotografía), es capaz de proporcionar una doble condensación: tanto en agua caliente como en calefacción. Y es que su diseño hace posible aprovechar el calor latente de la condensación tanto para un uso como para el otro, lo que da lugar a una caldera altamente eficiente, que puede trabajar cada circuito de forma totalmente independiente.

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3/10 © Monstera / Pexels

¿Qué potencia necesito?

El siguiente paso es calcular la potencia necesaria. Además del uso que se le vaya a dar, esta dependerá de los metros cuadrados de la vivienda y del número de baños que tenga, ya que está íntimamente vinculada al rango y la cantidad de agua que tenga que aportar al hogar, tanto para la calefacción como para el agua caliente.

En términos generales, la potencia más habitual en nuestro país, en las zonas de clima templado, son 24-26 kW para viviendas de entre 80 y 100 metros²; mientras que en climas fríos y viviendas de unos 120 metros², se situaría en 27-31 kW. Por último, las viviendas de más metros y ubicadas en zonas frías podrían requerir de 32 a 37 kW.

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4/10 © Vaillant

El gas, a la cabeza

El gas es el combustible que presenta una mejor relación entre eficiencia energética, coste y sostenibilidad. Las calderas de gas natural son las mejores en este sentido, aunque requieren instalación para conectarlas a la red y un mantenimiento periódico.

Las calderas también pueden funcionar con gas butano o propano (en el caso de no tener acceso a la red de gas natural). En el primer caso, funcionan mediante bombonas, mientras que, en el segundo, son varias las formas de suministro (a granel, encauzado, etc.). Independientemente del gas que empleen, todas son ideales para zonas muy frías.

La de la imagen es el modelo ecoTEC exclusive Smart, de Vaillant, una caldera de condensación mural para calefacción y agua caliente sanitaria que, en este caso, queda perfectamente integrada entre los armarios de la cocina.

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5/10 © La Nordica-Extraflame

Combustibles alternativos

Si tu vivienda no tiene acceso a canalizaciones de gas, las calderas de biomasa pueden ser una excelente alternativa, ya que son tanto o más eficientes que las de gas natural y consumen mucho menos que las de gasoil (la otra opción más usada en estos casos).

Esta es la caldera de pellets PR-30 de la empresa La Nordica-Extraflame, capaz de calentar de forma ecológica y económica toda la casa sin renunciar a la comodidad y a la facilidad de uso. Los sistemas automáticos de limpieza del intercambiador de calor y del quemador, junto con el sistema integrado de extracción y compactación de las cenizas, reducen significativamente las operaciones de mantenimiento ordinario, aunque, como se puede ver en la imagen, requiere más espacio que un modelo de gas.

En el caso de no disponer de sitio suficiente para almacenar el combustible (uno de los principales inconvenientes de este sistema), siempre puedes recurrir a una bomba de calor de tipo Inverter (muy eficientes, pese al alto coste de la electricidad en la actualidad).

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6/10 © Bosch

Calderas de condensación

Todos los expertos coinciden en asegurar que las calderas de condensación son las más adecuadas para calefacción y agua caliente en el hogar. Y no faltan razones: no solo son las más eficientes, porque reutilizan el vapor generado por la combustión para calentar el agua, lo que hace que se rentabilice el 95% de la energía consumida (en una caldera tradicional, hasta un 20% del calor que se produce se pierde en la expulsión del vapor), sino que también son las más limpias, ya que reducen hasta en un 70%, las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2) con respecto a las calderas convencionales.

La de la propuesta es una de las nuevas calderas de condensación de la gama Condens, de Bosch. Se trata de modelos con un renovado diseño exclusivo, de fácil instalación y mantenimiento y con conectividad WiFi.

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7/10 © Ariston

Apuesta por una caldera ‘inteligente’

Las nuevas normativas han favorecido el uso de equipos de regulación más sofisticados gracias a los cuales, la caldera de condensación funcionará al máximo rendimiento. La integración de sistemas electrónicos avanzados, termostatos inteligentes y conectividad permiten a las calderas mejorar su eficiencia, porque permiten un mejor control de su uso al tiempo que posibilitan el aprovechamiento del calor latente y los sistemas de termorregulación.

Es por ello por lo que cada vez son más las soluciones que integran conectividad en los productos. Por ejemplo, el modelo Genus One, de Ariston (en la imagen) dispone de un termostato inteligente que permite encender, apagar, programar y regular la caldera en función de nuestros hábitos o necesidades de forma remota a través de la aplicación Ariston Net, donde se pueden ver con detalle los datos de uso. E incluso puede controlarse por voz, gracias a la compatibilidad con los asistentes de Google, Apple y Amazon.

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8/10 © Leroy Merlin

¿Y si solo necesito agua caliente?

Aunque hay calderas solo para calefacción (en cuyo caso, se deben combinar con otro sistema de generación de agua caliente), si no se van a usar para esto, sino solo para generar agua caliente, hay alternativas más económicas e igualmente prácticas, como puedan ser los calentadores de gas y los termos eléctricos.

En el caso de los primeros, sus principales ventajas son que calientan el agua de forma instantánea y de manera eficiente, ocupan poco espacio y nunca nos quedaríamos sin agua caliente, ya que esta se va calentando según se necesite, asegurando un caudal continuo a la temperatura deseada. Dado su funcionamiento a gas, necesitan instalación (como las calderas) por lo que, si buscas un sistema que no la requiera, la alternativa son los termos eléctricos. Estos últimos calientan el agua gracias a una resistencia eléctrica, almacenándola para cuando se desee utilizarla, por lo que es muy importante acertar a la hora de elegir su capacidad, ya que, si nos quedamos cortos, podemos quedarnos sin agua caliente (y, en el momento que se acabe el agua almacenada, tardará en llegar de nuevo el agua caliente, ya que irá entrando poco a poco al depósito).

El de la imagen es un modelo de termo eléctrico de Cointra con una capacidad de 80 litros (indicado para viviendas donde se prevén usos simultáneos o consecutivos de 2 o 3 duchas), de venta en Leroy Merlin.

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9/10 © Domusa Teknik

Tecnologías híbridas

En cualquier caso, teniendo en cuenta que el consumo de energía destinado a calefacción y agua caliente sanitaria supone el 75% del total del de un hogar, la subida de los precios de la energía y el hecho de que no haya una tecnología ‘idónea’ para todas las necesidades está dando lugar a la combinación de varias.

Ocurre así con los termos que combinan una resistencia eléctrica con una bomba de calor o el sistema híbrido de calefacción formado por una caldera de condensación a gas y una bomba de calor aerotérmica. Esta última extrae el calor del aire exterior, por lo que produce hasta cuatro veces más energía térmica que la electricidad consumida. La tecnología Inverter hace que el motor funcione de modo variable para alcanzar rápidamente la temperatura deseada y mantenerla sin continuos arranques, por lo que consumen hasta un 75% menos que un sistema eléctrico convencional o una caldera.

No obstante, dado que se recomiendan para climas templados (ya que en zonas frías baja su eficiencia y se incrementa el consumo), combinar una bomba de calor con una caldera de condensación a gas para cuando las temperaturas caigan bajo cero es una solución que tener muy en cuenta.

Las bombas de calor híbridas de Domusa (como la de la imagen), son una solución muy práctica para mantener instalaciones de radiadores ya existentes, consiguiendo el máximo rendimiento de la aerotermia en cualquier condición de temperatura exterior.

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10/10 © Junkers Bosch

Precios y ayudas económicas

Tienes calderas de condensación (las más eficientes) a partir de unos 1.000 €, a lo que hay que añadir unos 400 € de instalación.

Dado que se trata de una inversión relativamente importante, existen subvenciones para la adquisición de equipos con un menor consumo de energía gestionados por las distintas Comunidades Autónomas de forma anual. Muchas firmas fabricantes e instaladoras realizan incluso las gestiones necesarias para beneficiarse de ellas, por lo que conviene informarse con un profesional antes de decidirte por un modelo u otro.

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