En el recibidor, el salón, el espacio de trabajo o en el dormitorio. Una estantería de pared es un elemento versátil que puede resultar muy práctico. Si, además, es tan original como la que vamos a aprender a construir hoy se convertirá en un objeto muy decorativo en cualquier rincón de la casa. Toma nota del paso a paso y ponte manos a la obra.
Para toda la casa
Las estanterías tienen cabida en todos los espacios de la casa. Y, salvando algunas diferencias que pueden establecerse en función de la estancia donde vayas a ponerla, quedan genial en cualquier habitación, sobre todo si se trata de estantes como el que hoy vamos a aprender a construir:
Los estantes de pared son perfectos en el recibidor, por ejemplo. Este tipo de espacios suelen ser reducidos y no siempre cuentan con los metros suficientes como para poner un mueble, por pequeño que sea. Si es tu caso, con esta idea tendrás una balda en la que dejar las llaves, las gafas de sol y el móvil al llegar a casa.
También quedará de maravilla en otros espacios: junto a la mesa de trabajo o en el rincón de lectura del salón, para dejar los libros que estés leyendo. Seguro que le encuentras la ubicación perfecta.
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Los materiales y herramientas que necesitas
Para llevar a cabo este proyecto necesitas pocos materiales: una tabla de madera de 200x20 cm y de 2 cm de grosor (ten en cuenta que las medidas son aproximadas), 2 soportes en ángulo (cortados a inglete) de 12x12 cm, 4 tornillos para madera de unos 2 cm de grosor, espigas de madera de 6 mm. de grosor, cola blanca para madera, pintura acrílica de color blanco, pintura en aerosol de color negro, chapa de metal de 20 x 35 cm y 1 mm de grosor y cinta adhesiva de doble cara.
En cuanto a las herramientas, hazte con un destornillador eléctrico, un taladro (con broca para madera) y sierra de calar. También necesitarás papel de lija, lápiz, regla y rodillo de espuma.
Un consejo: Las herramientas antes mencionadas se pueden sustituir por una multiherramienta equipada con diferentes accesorios: un disco de corte, un accesorio para lijar, una broca para madera, etc.
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Paso 1: decidir el diseño y elegir las medidas
El primer paso de este trabajo sencillo de carpintería consiste en dibujar un pequeño croquis del diseño de la estantería. Determina la forma que vas a darle y cada una de las piezas de las que se va a componer. Puedes modificar el diseño a tu gusto y también elegir las dimensiones en función de tus necesidades.
Cuando hayas terminado este esquema te resultará mucho más fácil especificar las medidas de cada una de las piezas para poder trasladarlas a la plancha de madera con ayuda del lápiz y la regla.
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Paso 2: cortar todas las piezas
Una vez tengas todas las piezas dibujadas sobre la plancha de madera es el momento de recortarlas. Para ello utiliza la sierra de calar, o la multiherramienta provista de un disco de corte apto para madera.
Trabaja despacio asegurándote de que vas recortando todas las piezas por las líneas dibujadas. Termina lijando los bordes hasta que queden suaves al tacto. Corta también la chapa de metal, empleando un disco de corte o una cuchilla apta para este material.
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Paso 3: ensamblar las piezas
Una vez tienes todas las piezas de madera cortadas y con los bordes lisos, llega el momento de ensamblarlas para componer la estantería.
Para unir los elementos se emplean espigas de madera que se insertan en agujeros y se afianzan con cola blanca. Haz los agujeros con el taladro y una broca para madera (o utiliza la multiherramienta).
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Paso 4: reforzar las uniones
Para unir dos piezas de la estantería, después de haber realizado agujeros en ambos elementos, inserta en uno de ellos la espiga de madera. Conviene poner un poco de cola blanca en el agujero antes de introducir la espiga de madera. Después acopla la otra pieza. Las uniones quedan reforzadas y la estantería será sólida y resistente.
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Paso 5: decorar con pintura blanca
Una vez se haya secado la cola y las uniones sean sólidas, llega el momento de pintar la estantería para darle un toque más moderno. Píntala con pintura acrílica blanca y un rodillo de espuma. Te ayudará a no dejar marcas de brochazos.
Un consejo: aunque puedes utilizar la pintura que prefieras, hay muchas razones para elegir un esmalte acrílico, que se diluye con agua, en lugar de uno sintético. La pintura acrílica es más fácil de usar. Se seca antes, no huele y, además, se limpia con agua. Son ventajas a tener en cuenta.
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Paso 6: pintar la chapa de metal
La chapa fina de metal se va a emplear para decorar el frontal de la estantería. Irá pegada a modo de perfiles en los cantos de las piezas de madera.
Antes hay que pintarla con pintura en aerosol de color negro. Aunque las pinturas actuales presentan muy buena adherencia, puede que necesites aplicar previamente un a imprimación específica para metales de modo que la pintura se adhiera mejor. En cualquier caso, tendrás que aplicar dos capas de producto.
Un consejo: antes de aplicar la pintura en aerosol protege muy bien el espacio de trabajo, así como a ti mismo. Ponte guantes y mascarilla, y tapa la mesa, etc.
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Paso 7: decorar el frente de la estantería
El último paso de este trabajo consiste en pegar los perfiles metálicos que hemos pintado de negro en los cantos de la estantería, en su parte frontal. Para ello se ha utilizado cinta de doble cara, un método fácil, rápido y efectivo.
Con este último paso se crea un contraste muy decorativo en blanco y negro. Ya tienes tu estantería DIY. ¡Lista para colgar en la pared!
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