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Manchas, agujeros de colgar cuadros o repisas, grietas que surgen de improviso, rozaduras… Es muy difícil tener las paredes de casa siempre perfectas porque cuando menos te lo esperas se produce un accidente o aparecen los desperfectos.

Todas estas marcas le dan a los espacios un aire descuidado que no les favorece en absoluto. Aprender a reparar las paredes es lo mejor que puedes hacer para conseguir que tu casa parezca siempre nueva.

 

Los desperfectos más comunes y los materiales para repararlos

Además de las manchas en las paredes, que trataremos más adelante, los desperfectos que más se suelen producir son grietas, agujeros o desconchones en la pintura. A la hora de arreglarlos es importante elegir el material adecuado.

- Pasta tapagrietas: como su nombre indica es específica para rellenar los agujeros y grietas que se produzcan en las paredes. Son masillas universales que se aplican fácilmente y, una vez secas y alisadas, permiten pintar encima.

- Yeso o cemento cola: se emplean para reparaciones en el interior, como pegar elementos, sellar o rellenar huecos, etc.

- Pastas reforzadas con fibra de vidrio: son adecuadas para rellenar grietas más grandes, o cuando se sospecha que pueden reaparecer por posibles movimientos.

- Bandas de fibra de vidrio: para grietas largas y anchas. Se utilizan junto a la pasta tapagrietas.

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Reparaciones en exteriores

En ocasiones, los desperfectos se producen en el exterior de casa, ya sea directamente en la fachada o en paredes que están a la intemperie. Para repararlas necesitarás otro tipo de materiales más resistentes y preparados para soportar las inclemencias de la meteorología.

- Pastas para exteriores: para rellenar grietas y desconchones y enlucir después.

- Cemento blanco o gris: el material adecuado para reparar desperfectos, pequeños o grandes, en superficies de hormigón, ladrillo, etc.

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Grietas en la pintura

Son muy habituales en cualquier casa. Se trata de pequeños desconchones o grietas que se pueden reparar fácilmente rellenándolos con una masilla especial.

- Comienza por eliminar los restos de pintura o yeso sueltos que quedan en la pared.

- Si se trata de una grieta, ábrela un poco más con ayuda de una espátula.

- Humedece la zona a rellenar con un pulverizador de agua.

- Rellena con la masilla tapagrietas. Has de ir aplicándola con la espátula en capas finas hasta que quede bien cubierta, evitando que se formen bolsas de aire. Como al secarse la pasta se retrae ligeramente, lo mejor es que apliques bastante cantidad aunque la zona quede abultada. Deja secar completamente.

- Lija el exceso hasta que la pared quede completamente lisa.

- Pinta de nuevo con el mismo color de la pared.

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Cómo eliminar los agujeros de tacos

Somos personas cambiantes y, según evolucionamos, nuestra casa también cambia con nosotros. Por eso, si ya no te gustan los cuadros que colgaste o quieres quitar estantes y repisas, no debes dejar que los agujeros de la pared te condicionen. Es posible taparlos y eliminarlos por completo antes de volver a pintar.

Solo tendrás que rellenarlos con pasta tapagrietas, tal como se explica en el punto anterior. La única diferencia es que si el orificio es muy grande, conviene rellenarlo con un trocito de gasa humedecida o con papel de periódico desmenuzado. Si el taco de plástico se ha colado para adentro, introdúcelo al máximo y aplica la pasta encima.

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Claves para acabar con las manchas difíciles

¿Tienes en casa unos pequeños artistas que han tratado de plasmar sus habilidades pictóricas en las paredes? Este tipo de manchas es más que habitual en las casas con niños y existen formas de tratarlas, aunque no siempre resultan efectivas al 100%.

Todo depende del material que hayan empleado. Si se trata de lápices de colores o rotuladores lavables, siempre puedes tratar de limpiar los trazos con el borrador mágico, una esponja con dos caras que se utiliza en seco o ligeramente humedecida.

Debes tener la precaución de no frotar demasiado intensamente, ya que puedes eliminar la pintura junto con la mancha, con lo que sería peor el remedio que el mal inicial.

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Manchas y rozaduras en el papel pintado

Tenemos la idea preconcebida de que el papel pintado es muy delicado. Si bien no es una superficie todoterreno, lo cierto es que soporta bastante bien el paso del tiempo. Si se mancha, algo que ocurre con frecuencia como en otro tipo de paredes, el tratamiento dependerá del tipo de papel pintado que tengas.

- Los papeles tradicionales y el tejido no tejido (TNT) se pueden limpiar en seco con una goma de borrar, si se trata de rozaduras no demasiado grandes. También puedes limpiarlos con un paño mojado y muy bien escurrido, sin frotar demasiado.

- Los papeles vinílicos soportan perfectamente la humedad. Se limpian con una esponja y agua y jabón, secando la zona después.

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Cuando el papel pintado se despega

Este tipo de desperfecto de las paredes empapeladas sucede con cierta frecuencia. Las juntas de las tiras del papel pintado se despegan en algunos puntos, lo que resulta realmente antiestético.

Para solucionarlo debes despegar un poco más ambas partes y encolar con cola de empapelar, aplicándola con un pincel sobre la pared y en el papel. Después frota con un paño limpio para que quede bien asentado. Elimina el exceso de cola y deja secar.

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¿Tienes un agujero o un desgarrón?

Si has tenido un accidente y tu pared empapelada se ha dañado con un agujero o rasguño, no desesperes porque tiene solución, siempre que hayas sido previsora y hayas guardado el papel pintado sobrante en la instalación. No está de más quedarse con un rollo para estos imprevistos, que nunca sabemos cuándo pueden suceder.

- Traza un marco cuadrado o rectangular con lápiz alrededor del desperfecto y recorta con un cúter.

- Busca un trozo de papel pintado que se ajuste al diseño de esa parte. Corta el trozo que necesites dejando un margen de unos 3 o 4 cm por cada lado.

- Colócalo en el lugar adecuado de forma que el dibujo case perfectamente y sujeta con cinta de carrocero. Los papeles quedan superpuestos.

- Practica el corte doble en junta: haz un solo corte con el cúter sobre los dos papeles superpuestos: el de la pared y el que vas a emplear para reparar. Retira el sobrante de ambos y pega con cola. El dibujo casa al milímetro.

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Protege las paredes

Si la parte inferior de la pared está muy dañada, ya sea por marcas de zapatos o por golpes y rozaduras, siempre puedes ocultarla instalando un friso o arrimadero a la altura deseada y del material que prefieras.

Puedes poner paneles o molduras decorativas, o instalar un friso de tablas de madera machihembradas. Se trata de trabajos sencillos que mejorarán la pared de una manera total.

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