Cómo lograr un salón zen, donde desconectar, relajarse y sentirse bien
Con una ‘deco’ al servicio del bienestar
El confinamiento nos ha pasado factura en todos los aspectos de nuestra vida, haciendo tambalear, además de nuestro trabajo, relaciones y ocio, nuestras emociones. Por eso, siempre, pero ahora más que nunca, necesitamos una decoración de interiores que nos acompañe, reduzca el estrés y convierta nuestra casa en el mejor lugar del mundo. Ese lugar donde encontrar algo de espacio para nosotros mismos, capaz de poner en ‘off’ nuestra vida ‘multitasking’.
La decoración zen es mucho más que un ‘look’. Se trata de una filosofía de vida asociada a la paz, el relax, la elegancia sin sobresaltos y, en general, una atmósfera que permita desconectar, como la que propone este ambiente de Maisons du Monde. Sin olvidar, su respeto por el medio ambiente. Estas ideas de decoración son toda una inspiración (japonesa) para la decorar el salón, el corazón del hogar, siguiendo sus mandamientos.
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Pocos muebles y bajos
Para crear una sala de estar zen digna de la 'tierra del sol naciente', olvídate de los muebles y asientos demasiado altos y, en cambio, confía en los modelos bajos, que te acercan lo más posible al suelo para conectarte con la tierra. También es importante que apuestes por una decoración (casi) minimalista, evites las acumulaciones de piezas y accesorios, ya que esto podría cansar, a la larga, tanto a tus ojos como a tu cerebro. Ignora lo superfluo y céntrate en lo esencial, tanto en mobiliario como en la decoración de interiores, como en esta propuesta de Karup Design, donde el sofá es también cama.
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Materiales naturales
Para llevar energía positiva a salón zen, huye de los materiales sintéticos y confía en los naturales, con un tacto y textura agradables. Madera, por supuesto, pero también algodón, lino o ratán. La alfombra Roots de Inma Bermúdez para GAN está realizada de forma artesanal con yute y urdimbre de algodón, reivindicando el valor de la artesanía y la necesaria vuelta a lo esencial. El bambú, la cerámica hecha a mano, el cuero y el vidrio son también buenos aliados de este estilo decorativo.
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Mobiliario de inspiración japonesa
El zen es en realidad una rama japonesa del budismo Mahāyāna. Por este motivo, una solución para que no se vea falso, es introducir una o más piezas de inspiración japonesa, que lograrán, además de darle un toque exótico, ser los pilares de tu decoración zen. Entre los muebles de salón de estilo japonés destaca el tansu, una cómoda con aire de cofre en madera, donde entra (casi) de todo; aparadores con rejilla, como este de Westwing, las noren, típicas cortinas, los cojines de suelo, las mesas de té o, incluso, los futones que hacen de sofá o de cama, según el momento.
Un tatami o un ‘shoji’
Para dar la impresión de que no vives solo en un salón zen, sino en una verdadera casa tradicional japonesa, nada mejor que poner un tatami, como el de esta propuesta de Rastelli Design, o un ‘shoji’ (biombo típico). El primero es una ‘esterilla’ realizada en fibra vegetal (el igusa), que absorbe la humedad, purifica el ambiente al inhalar el dióxido de carbono y repele el polvo. Esta solución que aísla del frío y se limpia fácilmente puede usarse para crear diferentes ambientes, colocando cojines para una zona de estar, para practicar ejercicio físico o como rincón de relax con una colchoneta. Junto a ellos, otra pieza clave son los 'shoji'. Paredes translúcidas que separan las habitaciones en las casas japonesas, dando privacidad sin perder la unión entre ellas. Puedes usarlos como tabiques separadores o para dar privacidad a un rincón de lectura, por ejemplo.
Con plantas
No es ningún secreto que las plantas también son ideales para crear un ambiente zen, pero no valen todas. Lo recomendable es elegir especies que sean bastante pequeñas y no demasiado frondosas. Así que deja paso a las macetas XS, las orquídeas, el bambú mini y, por supuesto, los bonsáis, auténticas estrellas de esta tendencia. Aprovecha para crear con ellas un rincón de lectura, por ejemplo, donde puedas leer un libro, meditar ‘aislada’ del resto de la estancia o relajarte cinco minutos, como el de esta propuesta de Ikea.
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Colores neutros suaves
Para crear un salón zen digno de ese nombre, la elección de los colores, tanto de las paredes como del mobiliario, es muy importante. Para no ‘contaminar’ debes evitar en la medida de lo posible los tonos brillantes y vitaminados, como rojo, amarillo o azul eléctrico, y los demasiados oscuros, aunque esto no impide dar un toque negro o azul medianoche. Lo ideal es optar por tonos claros y relajantes, como el blanco, el beis o el crudo, como los de este ambiente de Muji.Y si te gusta el color, usa un verde suave, que nos conecta con la naturaleza y representa la paz, o un violeta, un aliado dulce y en calma.
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Líneas simples y redondeadas
Es un principio básico tanto de la decoración ’feng shui’ como del estilo zen: calmar la vista y la mente cuando entras en tu salón. Para ello, elige muebles y elementos clave en la estancia, como la escalera Genius de Fontanot, con formas sencillas, líneas minimalistas y redondeadas. Las curvas aportan suavidad y plenitud a una habitación, y son una de las tendencias de decoración de este 2021, mientras que las líneas rectas y los ángulos son un poco más agresivos en el aspecto.
Un jardín interior
¿Vives en un apartamento y por lo tanto no tienes la posibilidad de crear un verdadero jardín japonés con piedras, bambú y una fuente al aire libre? No hay problema: simplemente opta por la versión interior del jardín zen, como el de esta propuesta de Pia Paisajismo para Casa decor 2020. Un jardín en miniatura con arena, sobre el que se colocan guijarros, estatuas de inspiración oriental, pequeñas velas y, siempre que sea posible, una fuente. Un elemento decorativo que proporciona, además, gracias al suave sonido del agua que fluye, una sensación relajante.
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Velas en todos los rincones
Para crear la atmósfera zen ideal, la luz no debe ser ni demasiado directa ni demasiado potente. Por eso, además de favorecer la iluminación tenue (las lámparas de papel son todo un acierto), di sí a las velas, como estas de Cerabella. Distribúyelas por toda la estancia, sobre una mesa auxiliar, en el alfeizar de la ventana, en la chimenea o el aparador y cuando llegues a casa, tómate unos minutos para encenderlas, en lugar de la luz del techo. ¡Efecto relajante garantizado!