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El árbol de Navidad es uno de los elementos más especiales de la decoración de esta época del año. Tiene la capacidad de transformar cualquier espacio y dotarlo de un ambiente navideño y lleno de magia.

Esta sensación se multiplica cuando se trata de un abeto natural que, además, es una opción muy sostenible.

 

Cuidar el medioambiente

¿Natural o artificial? En lo que al árbol de Navidad se refiere, existen opiniones para todos los gustos. Hay quien opina que los árboles artificiales son una buena opción, puesto que se reutilizan durante muchos años.

Otras personas opinan que los naturales son más ecológicos, siempre que procedan de plantaciones controladas y sean replantados una vez pase la época navideña.

El hecho de que cada árbol que se extrae de la tierra sea sustituido por uno nuevo evita la deforestación. Si se tiene esta seguridad, elegir un ejemplar natural es una opción muy sostenible para decorar la casa en Navidad, aunque seguramente no sea la más barata.

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Hazte con uno a tu medida

Tanto si se trata de un árbol natural como artificial, uno de los primeros aspectos que tendrás que tener en cuenta es el tamaño. Este ha de ser acorde al del lugar donde quieres ponerlo.

No tiene mucho sentido elegir un gran árbol de Navidad para decorar un salón pequeño: quedará desproporcionado y se convertirá en un estorbo. De la misma manera, no deberías colocar un arbolito muy pequeño en un gran salón, ya que pasará totalmente inadvertido.

Lo mejor es que midas la altura de tu techo para tener una referencia del tamaño del árbol que necesitas (así evitarás sorpresas cuando llegues a casa).

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¿Qué especie elegir?

Seguro que tienes en tu cabeza la idea del abeto navideño perfecto, con su copa de forma cónica y terminado en punta. Sin embargo, los árboles de Navidad naturales no siempre responden a esta imagen de una manera tan exacta.

Hay diferentes variedades que puedes elegir. Entre las más recomendables se encuentran las siguientes:

- Abeto de Normandía (Abies nordmanniana). Es uno de los abetos que ofrece una imagen más típica de un árbol de Navidad. Además, es muy resistente, tiene un follaje denso y agujas suaves y sin punta.

- Abeto de Noruega (Picea abies o Picea excelsa). Posee una bonita forma cónica y es fuerte y resistente. Una buena alternativa para estas fechas.

- Abeto español (Abies pinsapo). Es originario del sur de España, por lo que se adapta muy bien al clima de nuestro país. Soporta el viento y las heladas. Después de Navidad, podrás plantarlo en el jardín, ya que no crece demasiado (en torno a dos metros de altura).

 
 
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El mejor lugar

Elegir una buena ubicación dentro de casa para colocar el árbol de Navidad natural es decisivo si quieres conseguir que sobreviva a las fiestas. Busca un emplazamiento fresco y bien ventilado, y cerca de una ventana para que le llegue mucha luz.

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es la temperatura, ya que el calor excesivo podría acabar con tu arbolito. Debes alejarlo en lo posible de radiadores, estufas y de la chimenea, y pulverizarlo de vez en cuando.

Tampoco conviene que coloques tu árbol en un sitio en el que haya corrientes de aire.

Por otro lado, aléjalo de las zonas de paso. Inevitablemente será golpeado, se rozarán las ramas e incluso podrían llegar a romperse. Lo mejor es colocarlo en una esquina de la habitación para protegerlo.

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¡Está vivo!

Conviene no olvidar en ningún momento que tu árbol de Navidad es un ser vivo, no una estructura de metal y plástico. Eso quiere decir que necesita que lo cuides, que lo riegues adecuadamente para que no se seque y que, mientras esté en tu casa, proporciones el mejor espacio.

Una buena idea es ir aclimatando poco a poco tu árbol a la temperatura del interior. Cuando lo traigas del vivero, déjalo un tiempo en el balcón o la terraza (si tienes y es posible), después pásalo al garaje o a cualquier otra zona fría de la casa, y transcurridos unos días ya podrás ponerlo en tu salón y empezar a decorarlo. Así sufrirá menos.

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Las ventajas de lo auténtico

Decidirse por un árbol natural para decorarlo en Navidad tiene numerosos beneficios y también algún que otro inconveniente que no vamos a negar.

Es cierto que aporta una atmósfera muy auténtica y que su belleza es más real que la de cualquier arbolito de plástico.

También es cierto que, como ser vivo vegetal que es, colabora a purificar el aire de tu casa, además de proporcionar al ambiente un suave y fresco aroma a naturaleza.

En contraprestación, tendrás que extremar la limpieza, porque a tu arbolito se le caerá alguna que otra aguja y el espacio alrededor puede ensuciarse.

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Para el jardín

A todos nos gusta contar con un precioso árbol de Navidad en el interior de nuestra casa, quizás en el salón o en el recibidor. Sin embargo, tampoco es mala idea dejar un árbol natural en el jardín para que alegre el exterior de la casa. Decóralo, ponlo realmente bonito y disfruta de él. Ten en cuenta que para el arbolito será, sin duda, la mejor opción.

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Una decoración a tu estilo

Los árboles de Navidad naturales, más o menos grandes y frondosos, se adaptan de maravilla al estilo del espacio donde les coloques. Elegir para ellos una decoración navideña basada en elementos de materiales sobrios nos parece una gran alternativa.

Eso no quiere decir que no le vayan los dorados y los brillos, sino que tampoco es mala idea apostar en esta ocasión por un estilo más silvestre: elige colores de la naturaleza (verdes, tierras, marrones, grises, blanco, etc.), coloca elementos como piñas y frutos secos y potencia lo campero.

 
 
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¿Y después de Navidad?

Antes de decidirte por comprar un árbol de Navidad natural debes pensar en lo que vas a hacer con él una vez pasen los días festivos y llegue enero.

Es cierto que estos arbolitos pueden replantarse después, siempre que tengas un buen lugar para hacerlo, como un jardín o una finca en el campo.

Si no es así, infórmate de si el vivero donde lo compres cuenta con un servicio de recogida de árboles de Navidad. O también puede ser que existan viveros municipales que organizan campañas de este tipo.

 

Un consejo

Si tienes la desgracia de que el árbol no sobreviva a las celebraciones navideñas, no lo tires. Se trata de un recurso biodegradable que puedes convertir en compost.

 
 
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