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La decoración de la habitación infantil requiere el máximo cuidado para ser no solo el lugar de descanso, recreo y estudio sino también un refugio en el que se sienten a gusto y pueden crecer sin miedos. Estos consejos de ‘feng shui’ te ayudarán a poner orden y armonía en un sitio, a menudo, caótico y hacer que reinen las buenas energías. 

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Cambio de ‘escenario’

No olvides que los niños están en constante evolución y que su mundo debe abrazar esta transformación permanente, por lo que, no se trata de dejarlos crecer en el en la misma habitación (el mismo ‘escenario’) durante demasiado tiempo, sino que, al menos una vez cada dos años, los muebles deben moverse para acompañar el movimiento de su propia vida. Además, les encantará ver la transformación y tener una habitación de ‘mayores’.

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Distribución óptima

Además del cómo, el dónde también es importante. Por eso, la distribución debe ser estratégica y clara, para liberar buenas vibraciones. “Evita colocar el cabecero justo delante de una ventana. La cama no debe situarse frente a la puerta de acceso al dormitorio y, cuando diseñes la zona de estudio, procura que no dé la espalda a la puerta, así mejorarás su concentración”, aconseja Virginia Albuja de Interior Designer&Feng Shui Project. No olvides los libros y el entretenimiento de su edad, que deben colocarse en un lugar destacado en los estantes. 

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¿A todo color? ¡Sí, pero sin pasarse!

Los dormitorios infantiles tienen que ser estancias agradables y tranquilas, donde los pequeños se sientan cómodos para poder estudiar y descansar y el color de la pared es ‘culpable’, en parte, de esta cuestión. “Evita los tonos estridentes, demasiado intensos en estancias como esta, ya que no favorecen ninguno de los aspectos que necesitamos. No hace falta seleccionar rosa o azul pastel sino que podemos crear gamas de colores de cualquier tonalidad, el truco está en bajar la intensidad y combinarlos con neutros”, señala Virginia Albuja.

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Cada cosa en su lugar

Y, por supuesto, nunca bajo la cama. Para mantener el orden es fundamental que sepan dónde dejar las cosas que usan en el día a día, de manera que las puedan coger y devolver casi de forma inconsciente. Para ello, deja un espacio central libre de trastos, pon a su alcance lugares de almacenaje a la vista, como en esta propuesta de Knowhaus, y establece una rutina que puedan seguir fácilmente. Seréis todos más felices.

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Con su propio orden

Edúcalos para que, dentro de su personalidad, sepan cómo conseguir vivir en armonía, ya que es un error, especialmente en hijos adolescentes, pretender que tengan el mismo sistema que vosotros. “El orden y la limpieza son fundamentales dentro del ‘feng shui’, pero, a veces, nuestros hijos nos lo ponen difícil. Antes de nada, haz balance de la situación. Estableciendo qué resta y qué suma. Así, el desorden generalizado, hacer que recojan o recogerlo tú, resta, mientras que ver cómo disfrutan mientras juegan o comprobar cómo fomentan su desarrollo a través del juego, suma, al igual que el disponer de tiempo para ti, mientras ellos se divierten. Después, ya con otros ojos, enseña a tus hijos a hacer ‘feng shui’ e involúcrales con ciertas normas. El reciclaje de juguetes es una buena idea”, señalan desde el estudio Montserrat Beltrán Feng Shui.

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El aroma también importa

Se trata de crearles un espacio seguro, que les inspire, les dé alas para soñar (y para estudiar) y les potencie sus sentidos. Y para ello, nada mejor que una fragancia. “Seleccionar un buen aroma, libre de alcohol que contenga perfume natural lo conseguimos a base de aceites esenciales. La lavanda, el romero, el limón son muy recomendables para las estancias de nuestros pequeños. Tan sencillo como impregnar una pinza de madera con el aceite y meter varias dentro de su armario. Los pequeños detalles marcan la diferencia”, señala Virginia Albuja.

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Una decoración evolutiva

Hacer cambios simbólicos en su habitación lo alentarán a crecer. Si no tiene un espejo, cuelga uno el que pueda verse en su totalidad; colócalo de forma que no se vea desde la cama y ​​hazlo más alto a medida que crece. Al agregar muebles o elementos decorativos, elige líneas curvas: el niño crecerá en un entorno más creativo. Vuelve a pintar su habitación cada dos año y da la bienvenida a las imágenes de animales: pintadas o colocadas como pegatinas, estos compañeros simbólicos deben ser amigables y reconocibles. 

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Sin acumulaciones

Es importante que toda la ropa y los juguetes que ya no sean de su edad se revisen, se donen, se tiren o se reciclen regularmente, y no solo por razones de espacio. De hecho, en una habitación infantil en armonía solo debe haber objetos que reflejen y apoyen su desarrollo. Es decir, mantener toda su colección de peluches en la cama después de la edad de guardería no es lo más aconsejable, ya que puede promover el estancamiento y frenarlo. Para evitar una verdadera crisis en casa, pídele que elija los dos o tres peluches que prefiera y cada seis meses, clasifica sus pertenencias: tira los objetos rotos o dañados y los ‘heredados’ que no usa nunca. Enséñale a ordenar su habitación, sin imponerle tareas demasiado pesadas.

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Ambiente natural y saludable

Un consejo que también podemos trasladar a nuestro cuarto. “Es importante apostar por materiales naturales cuando pensamos en el dormitorio de nuestros hijos. Generamos un ambiente más ecológico, sostenible y relajado si seleccionamos materiales nobles, tales como la madera con acabados suaves y delicados. Evita siempre las aristas agresivas (picos) y elige terminaciones curvas más sinuosos. La ropa de cama siempre de fibras naturales, como el algodón y el bambú, y las colchas y cortinas, de tejidos naturales: el lino es una buena elección porque nos transmite calidez, armonía y sosiego”, precisan desde Interior Designer&Feng Shui Project.

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