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Tienen fama de ser muy delicadas, pero realmente no es así. Las orquídeas son plantas que se adaptan bastante bien al entorno en el que viven y, si les das los cuidados que necesitan, conseguirás que florezcan cada primavera. Descubre todos los aspectos que has de tener en cuenta para cultivaras en casa.

 

Origen tropical

Aunque existen orquídeas que crecen mejor en climas cálidos, templados y fríos, la mayoría de las variedades son originarias de zonas tropicales y aman los lugares húmedos y con temperaturas suaves. Por eso es conveniente tratar de recrear en tu casa un ambiente parecido, con una temperatura que no baje de los 15 º C y que no supere los 35º C.

También es importante tratar de aumentar la humedad, pulverizando la planta con frecuencia, y colocando la maceta sobre un recipiente con agua y grava (para que no esté en contacto directo con el agua).

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Numerosas variedades

Existe un amplísimo repertorio de variedades y tipos de orquídeas, todas ellas poseedoras de una belleza exótica y especial que las confiere una gran poder decorativo.

Hay cerca de 35.000 especies conocidas en todo el mundo y muchas de ellas son fuertes y fáciles de cultivar. Las más habituales son: Phalaenopsis, Cattleya, Vanda, Dendrobium, Cymbidium, entre otras.

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El sustrato adecuado

La mayoría de las orquídeas son plantas epífitas (no crecen en tierra, sino sobre el tronco de los árboles o arbustos), aunque también hay especies terrestres. Por lo general las que cultivamos en casa pertenecen al primer grupo, por lo que no debemos plantarlas en tierra compacta.

Necesitan un sustrato suelto y poroso, que permita que las raíces “respiren” y el agua de riego drene mejor. La corteza triturada, la perlita o en carbón vegetal pueden ser buenas opciones para el sustrato.

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Que no les falte luz

Uno de los requisitos que has de tener en cuenta para que las orquídeas florezcan es la luminosidad. Aman la luz y la necesitan para desarrollarse plenamente.

Sin embargo, has de cuidar de que no les den los rayos del sol de forma directa, la mayoría de las especies no lo soportaría. Cuando estás buscando el lugar perfecto para tu nueva orquídea, procura ponerla junto a una ventana pero con cortinas o estores que mitiguen la entrada de luz.

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¿Cómo hay que regarlas?

Estas plantas tan exóticas necesitan vivir en ambientes húmedos, pero eso no quiere decir que requieran un riego demasiado abundante. De hecho, el exceso de agua de riego es una de las cosas que pueden echarlas a perder.

Por eso conviene regarlas con moderación asegurándote de que tienen un buen drenaje y, por el contrario, pulverizarlas con mucha frecuencia.

 

Un consejo

A tus orquídeas no les gustará que las riegues con agua muy dura. Si en la zona donde vives el agua tiene mucha cal, procura regarlas con agua de lluvia. O puedes añadir una cucharada de vinagre por cada litro de agua para regarlas.

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Las claves de la floración

A pesar de que son fuertes y fáciles de cuidar, para que las orquídeas florezcan cada año es necesario preparar el ambiente adecuado. No hay recetas infalibles; más bien se trata de trabajar para que se produzca esa combinación de factores que harán posible que tu orquídea te brinde sus flores:

- Lo primero es asegurarse de que la planta está sana.

- Ha de tener suficiente luz (es clave para la floración).

- Procura que tenga oscilaciones de temperatura.

- Humedad ambiental alta.

- Tendrás que aportarle un abono específico.

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Los nutrientes esenciales

¿Quieres que tus orquídeas estén sanas y florezcan? Para conseguirlo deben estar bien nutridas, por lo que conviene que les aportes un fertilizante específico, en función de si se trata de especies epífitas (la mayoría) o terrestres.

Para las primeras puedes utilizar nutrientes que se disuelvan en el agua que utilices para vaporizarlas, mientras que para las segundas funcionan bien los fertilizantes de liberación lenta.

Recuerda que no debes abonar tus orquídeas mientras están en periodo de floración.

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Contraste de temperaturas

Para favorecer la floración es importante que expongas a las orquídeas a oscilaciones de temperatura. Necesitan un contraste frío/calor adecuado (de unos 10º C de diferencia) durante las semanas anteriores a la primavera.

Para conseguirlo puedes cambiarla de ubicación por la noche a partir de marzo, colocándola en un lugar de la casa más frío (puede ser una ventana orientada al norte o en el garaje). Por la mañana tendrás que devolverla a su rincón habitual, más cálido y soleado.

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¿Hay que trasplantarlas?

La mayoría de los jardineros inexpertos tiemblan ante la posibilidad de trasplantar las orquídeas. Es cierto que es un momento delicado, puesto que las raíces quedarán al descubierto y podrían ser atacadas por alguna enfermedad, pero en ocasiones es necesario el trasplante a un nuevo recipiente, sobre todo cuando las raíces han crecido mucho y no les queda espacio, o cuando el sustrato se ha deteriorado y está demasiado compacto.

Para evitar someter a la orquídea a una situación demasiado estresante, riégala un par de días antes (de la manera habitual, sin ponerle más agua) y colócala a la sombra.

Cuando llegue el momento, sácala con cuidado de la maceta, retira los restos de sustrato y enjuaga las raíces con agua antes de colocar la planta en su nuevo contenedor (que debe ser un poco más grande que el anterior).

Respeta la profundidad que tenía antes, sin dejarla demasiado baja, y rellena con sustrato de forma que la orquídea quede firme y apretada, pero no demasiado.

Pulverízala frecuentemente y déjala unos días a la sombra para aumentar la humedad.

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