Primer paso: elegir el lugar idóneo
La primera pregunta que debemos formularnos es si queremos cultivar los girasoles en una maceta, dentro de nuestra casa, o en nuestro jardín. Una cuestión que resulta fundamental, ya que de ello dependerán los cuidados que precise.
En caso de que se decante por ponerla en el interior de la vivienda, hay que tener en cuenta la altura. Como se ha mencionado con anterioridad, dependiendo de la variedad seleccionada, puede alcanzar una mayor o menor altura. Los girasoles pacino, sunspot o sonriente alcanzan casi los 30 centímetros, mientras que los teddy bear, los 60 centímetros. Por ello, lo ideal es reservar estos últimos, de mayor altura, para un espacio exterior.
Tamaño de la maceta
Escogida la variedad, toca elegir la maceta, que debe tener un diámetro de 40 centímetros como máximo, y una profundidad acorde a esta medida.
La tierra
Igual de importante que la maceta es la tierra donde plantarla. Hay que cerciorarse de que tenga un buen drenaje. Los girasoles tienen unas largas raíces que se hunden en la iterra para buscar nutrientes y agua.
Por ello, sería recomendable que una capa sea de grava, seguida de otra de compost y tierra.
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